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Adiós Isla, adiós Alaska

Brigid

— Eres un cachorro con muy mal carácter — Digo al ver a Hannibal comerse la pata de la mesa de madera de manera agresiva.

Termino de servirles la comida así que dejo los platos en el suelo y el que viene corriendo es Stripes, le acaricio un poco el pelaje antes de enderezarme y salir de su lugar. Hannibal no tarda en unirse a Stripes para comer como si llevara días de hambruna.

He estado muy al pendiente de ambos, aún es un poco difícil acercarme a Hannibal ya que no sé deja querer, es un tigre bastante orgulloso y con carácter fuerte. Tiene niveles de enojo bastante grandes para un ser tan pequeño como él.

Los dejo solos por ahora, más tarde volvería para pasar tiempo con ambos. Salgo del almacén y veo a todos los hombres de Balderik rondando de un lado a otro por el lugar, desde que le dije a Guido sobre la nota y de quien me la entrego ha estado más atento, no me deja ni un minuto cada que salgo de la cabaña.

— Buenos días — Saludo a todos y ellos devuelven el saludo con cortesía. Estaba comenzando a adaptarme a tenerlos en todos lados, pero prefiero a cierta persona para que ronde alrededor de mi sin estar con la preocupación de si está bien o no.

— Señorita Brigid — Volteo a ver a Guido.

— Buenos días para ti también Guido — Abro la puerta — ¿Qué pasa?

— ¿Necesita algo? — Se alisa la ropa antes de llevarse las manos detrás de él — ¿Todo esta en orden?

— Por supuesto Guido, todo esta en perfectas condiciones, no tienes que preocuparte por nada ¿está bien? Deberías de tomarte un descanso al igual que los demás, estoy segura que por el momento nada malo sucederá, de ser así ya habría sucedido algo, conozco bien a Desmond y te aseguro que de querer hacerme daño ya lo habría hecho.

— Es mi trabajo mantenerla a salvo, el señor Ricci no estaría contento con que la deje desprotegida, discúlpeme si la agobio todo el tiempo, solo hago lo que se me ordena.

— Te comprendo Guido, no te preocupes — Suspiro cruzándome de brazos y recargándome en la puerta — Pero comprende que conozco bien a Desmond y... probablemente solo fue una advertencia.

— Es por eso que estamos en alerta todo el tiempo, con los Jäger al saber que usted esta aquí... no es para nada bueno.

— Lo sé — Digo tratando de mantener la compostura, no quería que esto me ganará, tanto tiempo trabajando en mi para no temer y no iba a dejar que todo fuera en vano — Ahora solo hay que esperar a que vuelva Balderik para empezar con los planes — Asiente en silencio — Y descuida Guido, estoy perfectamente bien, gracias.

— Para lo que se le ofrezca — Dice antes de marcharse. Cierro la puerta y me encamino a la cocina para preparar la comida, no tenía nada que hacer así que quería hacer la comida para mi y los demás para entretenerme un poco.

Saco todo lo que necesito de los gabinetes y empiezo a hacer lo que tengo en mente, un platillo que años atrás preparaba con mi padre. Me entretengo en la cocina queriendo que me salga tal cual me salía antes, tanto que ni siquiera me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor ya que también había puesto algo de música para estar más concentrada y animarme un poco los ánimos.

Dejo que se cosa la carne por lo pronto y me encargo de preparar la salsa y la sopa que tanto le encanta a Balderik.

Terminando me dispongo a llamar a Maksim y como siempre no obtengo suerte para poder comunicarme con Hela, al parecer ella y Seth estaban bastante ocupados como para atender las llamadas, pero estoy bastante feliz por ambos ya que estaban recuperando el tiempo perdido, se lo merecían. Maksim incluso los ayuda a entretener a los escoltas para que puedan obtener aunque sea unos momentos a solas.

Amor Imposible Where stories live. Discover now