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Suiza

Brigid

A las dos de la mañana llego Balderik a despertarnos anoche anunciando que nos iríamos. Mi abuela y yo empacamos las cosas ya que no volveríamos aquí o al menos eso fue lo que dijo Balderik cuando ordenó a sus hombres a desocupar todo el lugar.

Abordamos el jet a las cinco y media de la mañana y llegamos a un lugar bastante hermoso en tan solo hora y media, logre ver lo hermoso de la naturaleza, aunque no pude apreciarlo por mucho por la neblina.

Llegamos a una casa grande y bastante hermosa. La neblina no era demasiada en este punto dejándome completamente impresionada sabiendo que un lugar así no se le compara con otros. «Suiza»

Fang es el primero en entrar cuando Balderik abre la puerta. El olor a comida no se hace esperar provocando que mi estómago haga ruidos extraños he incómodos. Los hombres de Balderik bajan el equipaje mientras que mi abuela no se me despega queriendo avanzar conmigo.

Miro a mi alrededor dándome cuenta que es la única casa que está aquí, no hay vecinos y tampoco alguna cabaña cerca. Esta era la única casa que estaba frente a un lago. Vuelvo la mirada a la casa queriendo mirar adentro por las ventanas, pero estas estaban polarizadas, probablemente los de adentro ya se han percatado de nuestra llegada.

— ¡Brigid! — Volteo a la puerta y sonrió al ver a Maksim que viene con los brazos extendidos. Corro en su dirección estrellándome contra su pecho y no tardamos en fundirnos en un fuerte abrazo donde me alza dando una vuelta haciéndome sonreír.

Me deja en el piso y se aleja para inspeccionarme quedando boquiabierto por los cambios físicos que he obtenido en aquel lugar, el abdomen ya se sentía más duro y se veía más marcado que antes, las piernas igual así como todo lo demás haciéndome ver muy distinta, incluyendo por dentro aunque eso por ahora no quiero sacarlo a relucir.

Maksim también se veía distinto, las bolsas debajo de sus ojos se notaban dejando ver la falta de sueño, incluso se veía un poco más delgado que antes y... ¿lo que tenía en la mejilla eran pequeños rasguños?

— No tienes idea de lo mucho que te extrañe y de lo preocupado que me tenías, de verdad que debí de haberme lanzado contigo ese día — Niego.

— Te necesitaban aquí — Hace una mueca para luego volver a abrazarme.

Alguien detrás de mi carraspea la garganta haciendo que nos separemos y volteemos a ver a Balderik que estaba cruzado de brazos mirándonos con una ceja enarcada.

— Por favor pasen, no quiero dejar mucho tiempo la puerta abierta, no es bueno ya que sigue sintiéndose el frío — Asiento divertida. Mi abuela saluda a Maksim mientras paso a lado de Balderik.

Lo primero que me recibe es la sala y es bastante amplio y moderno, pero lo que más capta mi atención es al hombre que aparece con un par de bebés en los brazos.

Alzó ambas cejas con sorpresa tragando saliva al ver a ambos niños que voltean a verme con curiosidad. Eran idénticos, aunque los ojos eran distintos. Uno los tenía verdes como el señor que los estaba sosteniendo, como Balderik y Hela, mientras que el otro los tenía grises como Maksim y el difunto padre.

— Son...

— Los hijos de Hela — Habla Balderik acercándose a Nerón para sostener al bebé que heredó los ojos de la familia Ricci — Este de aquí se llama Massimo Jones Ricci — Sonríe con orgullo — Y el que trae Nerón se llama Kay Jones Ricci — Se acerca a mi con el bebé en brazos provocando que se me hiele la sangre cuando me lo extiende queriendo que lo cargue y lo hago ya que temo a que se le caiga, se ve que le falta experiencia para sostener a un bebé.

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