(44)

14 2 0
                                    

El búnker

Brigid

Ya han pasado dos días desde que Balderik vino a verme y en medio del sexo había dicho las palabras que nunca creí que diría, pero debo admitir que lo dijo muy a su estilo ya que no me lo puedo imaginar diciéndolo sin estar yo sobre él de manera obscena.

Suelto un gran suspiro abanicándome con la mano ya que en el lugar donde estaba ahora mismo estaba haciendo demasiado calor. Sentía gotas de sudor recorrerme el cuello, el abdomen y la espalda.

No sé por cuánto tiempo hemos estado avanzando, pero ya estaba empezando a reconocer el lugar que había tomado el Coronel. Observó con atención ubicando los puestos que fotografió el Coronel ya que ahí fue donde vio a Mara.

Miro a todos lados queriendo encontrarla, pero no había rastro de ella. Frunzo el ceño confundida, según el Coronel a estas horas es cuando sale del búnker para hacer la ruta de siempre.

— Vor — Volteo a ver a uno de lo Boyevikis que había traído conmigo — El Boss está al teléfono — Pongo los ojos en blanco agarrando el teléfono.

— ¿Qué? — Contestó de mala gana, el calor aquí me estaba poniendo de muy mal humor.

— A mi no me contestes así — Contesta de la misma manera — Te quiero aquí mañana temprano, recuerda qué hay cosas más importantes que encontrar a Desmond Jäger.

— Lo dices porque a ti no te está jodiendo — Digo y siento mi teléfono vibrarme en el bolsillo.

— Desmond Jäger está en segundo lugar, por ahora quiero que nos hagamos cargo del Coronel que es quien nos da más dolor de cabeza.

— Ajá.

Saco mi teléfono con fastidio y enseguida el mal humor se me va al ver quien es la persona que me está llamando.

— Pronto se dará a conocer quién es el ministro, así que no tardes en volver que necesito a todos los hombres posibles y tú eres la única mujer que podría servirme de mucho.

— Bien — Digo para luego colgar la llamada y atender a Balderik antes de que se pierda la llamada — Hola mi amor — Contesto estando alejada de los demás — ¿Qué sucede?

— ¿Cómo te va a ti? Espero que todo mundo esté alrededor tuyo para protegerte — Sonrió.

— Todo en orden — Suspiro mirando a todos lados — Aún no encuentro lo que estoy buscando.

— ¿Es importante?

— Solo un poco — Mi cuerpo se tensa al ver lo que tanto estaba buscando, pero esta vez venía ella sola — Tengo que irme, hay cosas que tengo que resolver por aquí.

— ¿Sucede algo? — Pregunta preocupado ante mi tono de voz. Volteo con rapidez al escuchar disparos, eran mis hombres atacando a otros que estaban intentando inmovilizarlos — Brigid...

Sostengo mi arma y la alzo disparando al hombre que venía directo a mi, alguien detrás me hace soltar el teléfono y aplico la técnica de defensa tirándolo al suelo y disparándole en el cráneo un par de veces, me doy la vuelta con rapidez disparándole en el pecho a otro que venía, apunto a otro y disparo con rapidez, hago lo mismo con otros dos hasta que alguien se viene sobre mi por detrás logrando tirarme al suelo, suelto un jadeo al tiempo que mi arma sale volando lejos de mi.

Me toman de las piernas haciéndome voltear con brusquedad, mi sangre se hiela al ver a un niño de once o doce años que estaba sobre mi, ejerciendo tanta fuerza como si fuese alguien sobrenatural como para arrastrarme por la tierra. Trato de agarrarme de alguna piedra o árbol, pero la tierra cae en mis ojos que me prohíbe ver a mi alrededor de a donde me lleva.

Amor Imposible Where stories live. Discover now