— Está bien, nos vemos entonces — Asiento y me voy directo a la casa para subir los escalones y llegar hasta la habitación que estoy compartiendo con Balderik.

Entro y lo veo frente al espejo abrochándose la camisa blanca, me mira por el espejo unos segundos antes de darse la vuelta y agarrar el saco que estaba en la silla.

— ¿Todo bien? — Pregunta al ver que me sostengo de la pared cerrando los ojos y llevándome una mano a la cabeza.

— Necesito ducharme con agua fría, estoy asoleada.

Siento su agarre en mi brazo y su mano en mi espalda guiándome hasta el baño. Escucho como abre la llave para luego volver a mi y desnudarme.

— Sé como desnudarme — Le digo en tono divertido.

— Lo sé, pero ahora mismo no puedes ni caminar sin que te marees — Se levanta después de haberme quitado el short y las bragas — Vamos — Me adentro en el baño soltando un suspiro de alivio al sentir el agua fresca en mi cuello y espalda — Remójate bien — Asiento — Si necesitas de mi ayuda me llamas.

— ¿Seguirás aquí?

— Haré un par de llamadas antes de poder irme — Volteo a verlo.

— ¿No es más fácil decirme que no te puedes ir conmigo así?

— También — Sonrió — Estaré afuera por si me necesitas.

— De acuerdo.

Me remojo completamente bajo el agua sintiéndome cada vez mejor, incluso el dolor de cabeza ha disminuido un poco. Cierro la llave y salgo para tomar la toalla que está colgada y colocármela alrededor de mi cuerpo, agarro otra y con esta me seco el cabello.

Salgo del baño encontrándome con Balderik sentado en la orilla de la cama con el teléfono en mano. Voltea a verme para luego palmear la cama indicándome que me acerque.

— No hay problema, quiero que mantengan todo listo antes de que yo y Hela lleguemos para comprobar lo que han hecho — Habla por el teléfono — Si resulta provechoso voy a querer llevarme todo, así que también quiero que tengas preparadas cajas llenas con todo eso.

Me siento junto a él. Su mano enseguida cae sobre mi hombro para luego hacer acaricias sobre mis clavículas con su dedo he ir subiendo poco a poco por mi cuello hasta llegar a mi barbilla y labios.

— De acuerdo — Dice antes de colgar la llamada y atraerme a su boca besándome con suavidad — ¿Cómo te sientes?

— Un poco mejor.

Suelta un suspiro mirándome completamente hasta que su mirada recae en mi tobillo que se veía mucho mejor, ya no dolía, pero aún tenía un pequeño hematoma que estaba a poco de desvanecerse.

— ¿Ya puedo irme contigo? — Preguntó esperanzada y él niega con la cabeza haciéndome fruncir el ceño — ¿Por qué?

— Hela vendrá aquí dentro de un mes, me ha pedido que te diga que la esperes.

— ¿Para que? — Suelta un suspiro bajando la mirada.

— No sabemos que es lo que va a pasar de ahora en adelante — Me mira — Desmond ha estado muy callado y creímos que atacaría enseguida, pero no ha dado ninguna señal de querer atacar, ha vuelto a desaparecer ya que Zinov fue al búnker y dijo que todo estaba en ruinas, no sabemos en donde se ha ido. Hela y yo iremos a Roma por el veneno de Jichi y Apofis, además de que han preparado armas con eso mismo, así que iremos para ver que tan provechoso sea.

— ¿Y yo que haré aquí?

— Pensaba mandarte a Japón con un maestro mío de confianza, recuerda que te dije que necesitabas aprender a usar una espada — Asiento — Quiero que estes ahí durante un mes, antes de que Hela regrese — Suelto un gran suspiro bajando la mirada — Solo será un mes — Acaricia mis hombros.

Amor Imposible Where stories live. Discover now