Había llegado el día de la prueba piloto y decir que estaba emocionada era una mentira, porque esta emocionadisima, la felicidad brotaba por mis poros como brota el alcohol después de una noche de fiesta.
Estaba en el salón de conferencias con mi equipo, el de tecnología, Abi y Martina, migrábamos los datos de un portal a otro, mientras un pequeño grupo de contables los tabulaban en vivo. Habíamos corrido esta misma prueba en el prototipo, el resultado de hoy debía ser igual al de esa prueba, si concordaban quería decir que el software había funcionado con éxito.
Martina estaba a mi lado viendo las estadísticas del programa en un portal que me habían abierto los chicos de tecnología para que le siguiera el paso a cada una de las reacciones del programa mientras que los datos eran introducidos.
- Va subiendo - susurró, yo solo asentí atenta a la pantalla.
Abi estaba supervisando que los datos por parte de los contables se estuviesen introduciendo de la manera correcta.
Tomé mi vaso de café que estaba al lado del ordenador y le di un sorbo, estaba frío lo que provocó una cara de asco en mí. Martina sonrió al verme.
- Pareces una adolescente - dijo, sonreí intentando borrar el sabor del café frío de mi paladar.
- Tengo alma de una - respondí volviendo mi atención al ordenador.
Llevábamos horas en esto, cuando llegó la hora del almuerzo decidimos tomar un descanso, Martina me había invitado a comer al pub que estaba en la esquina y yo accedí.
No había parado de hablar del software y de la prueba piloto en toda la comida, Martina solo asentía sonriendo y hacía algunos comentarios acerca del mismo. Había pedido una ensalada mediterranea que estaba deliciosa, al parecer Martina era más de carnes porque lo que tenía en frente no me lo comería ni en cuatro siglos intentándolo.
- Pero cuentame un poco de ti, ¿cómo es trabajar en una firma de auditores? - se encogió de hombros.
- Pues no tengo la libertad de hacer esas cosas que haces tú, pero es muy interesante ya que nunca se vuelve monótono - asentí.
- Igual esto lo pude desarrollar porque Blake confía mucho en mí, no sería tan fácil intentar introducirlo en cualquier otra empresa multinegocios como lo hice en esta, no todos ponen su entera confianza en proyectos como estos - sonrió.
- Cualquier error podría hacerlo colapsar y mandar todo a la mierda - me acomodé en mi silla.
- Si, por eso quise estar involucrada en cada parte del proceso, incluso con el grupo de tecnología - la vi limpiarse los labios con la servilleta.
- Eso deja mucho que decir de ti - sonreí. -
- Gracias - respondí de inmediato.
Seguimos comiendo, en tranquilidad, ya yo estaba un poco más calmada, porque esta mañana ni Poche me aguantaba.
- Tienes un brillo especial en los ojos hoy - sonreí.
- Tenía mucho sin estar así de emocionada - asintió.
- Es como cuando sabes que tendrás una noche de sexo gratificante y sólo esperas por ella - negué sonriendo.
- Con el sexo no es bueno hacerse expectativas, cuando más esperas, peor sale esto la hizo reir.
- ¿Has tenido malas experiencias? - negué.
- No malas, pero no gratificantes, sobretodo cuando se trataba de hombres - asintió.
- Te entiendo perfectamente, por eso no me gustan - sonrió tomando de su copa, yo solo la observé con detenimiento.
- ¿Cuántos años tienes? - indagué un poco tratando de cambiar el tema, me observó y luego sonrió.
