Capitulo 44

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Calle

Habíamos vuelto a Seattle y al trabajo, visité a Jonh desde que llegué, por lo general mi embarazo estaba bien, seguía en riesgo y debía cuidarme ya que no lo estaba haciendo. No puedo usar tacones, llevo una dieta estricta, nada de ejercicio y cero sexo hasta que pase el primer trimestre que es donde más riesgos presento.

Poche y Emma se habían mudado a mi penthouse, le habían decorado la habitación de Emma lo más parecido posible a la anterior y no se cansaba de mencionarle a todo el mundo que tenía una piscina en su casa, me causaba mucha gracia, pues se había adaptado de maravilla al penthouse, pensaba que le tomaría tiempo, pero la primera noche ya andaba correteando por todas partes y marcando su territorio.

Poche había tomado la mitad de mi oficina para poner algunas de sus cosas de robótica, ya había eliminado algunas pantallas (gracias a Dios) y solo se había quedado con cuatro. Estábamos acomodándonos lo mejor que podíamos y lo mejor que el embarazo me permitía.

Mi abdomen estaba plano aún, pero ya se me formaba un pequeño bulto casi imperceptible, gracias a la dieta que llevaba no había aumentado mucho de peso, lo cual me parecía fenomenal.

Hoy estaba en Nordstrom terminando algunos contratos, ya todos se habían enterado de mi embarazo y de que Poche era la procreadora de la pulga que llevaba en mi vientre. Los chismes volaban en este sitio como pan caliente, y las miradas a Poche de mujeres que se habían enterado de que era intersexual estaba en su apogeo, todas parecían ser más amables con ella, la saludaban como si la conocieran de toda la vida, todas querían estar alrededor de ella como si fuese la chica popular de la escuela. Intentaba no irritarme mucho con ese hecho, ya que los enojos no le hacían bien a la pulga.

Esta mañana, durante el almuerzo, la esperaba en la entrada del edificio corporativo, mientras ella salía rodeada de mujeres del ascensor, la situación era realmente irritante, si soy su novia y estoy embarazada, ¿qué es lo que realmente buscan?

Abi me sacó de mi tren de pensamiento entrando a la oficina, levanté la mirada y posé mis ojos en su rostro, parecía triste desde hacía unos días pero afirmaba estar bien. Sabía que mentía, la conocía muy bien.

- Este es el nuevo contrato de Salvatore Ferragamo, quieren modificar algunos puntos, como es una de nuestras marcas más influyentes agendé una reunión con uno de sus abogados y los nuestros - asentí agarrando el contrato. Abi dio la vuelta y se dispuso a salir de mi oficina.

- Abi - ella volteó para mirarme - ¿A dónde vas? - señaló un espacio muerto en la oficina como si quisiese señalar la suya.

- Voy a mi oficina - asentí.

- ¿Puedes sentarte un momento? - asintió acercándose a la silla y luego sentándose - ¿Quieres dar un paseo? - lo dudó y volteé los ojos, ya me había hartado, la haría hablar si o si.

Me puse de pie, la halé por el brazo y salimos de mi oficina hasta el ascensor, salimos a la calle. Estaba fresco, no extremadamente frío pero salí sin el abrigo. La senté en el banco que estaba fuera de Nordstrom y observamos los automóviles pasar tranquilamente. La brisa fresca era relajante.

-¿Qué pasa? - pregunté cuando ya teníamos un rato sentadas. Negó con la cabeza bajando su rostro y apretando los labios, coloqué mi palma en su hombro - Abi, cuéntame que pasa - sonrió con tristeza.

- Jacob anda con una veinteañera - abrí los ojos con sorpresa, de todo lo que podría estar pasando, nunca imaginé que fuese eso, Jacob adoraba a Abi con toda su alma, bueno, parece que no tanto, pero se notaba cuando la observaba cuanta admiración y amor sentía por la madre de sus hijas.

- ¿Qué diablos?, ¿cómo te enteraste? - comenzó a jugar con sus dedos.

- Tomé su teléfono porque no encontraba el mío, mientras llamaba llegó una notificación a su correo del hotel Warwick que queda en Downtown, como me pareció extraño, entré al correo y vi que era un cobro recurrente que tiene de una habitación todos los jueves - esto me impresionó aún más, porque los jueves Jacob asistía a una noche de chicos con sus amigos y jugaban billar, veían partidos de deportes o salían a tomarse una cerveza, llevaba años haciéndolo - Dejé el teléfono y marqué el correo como "no leído", esperé al jueves y lo seguí, llegó a la noche de chicos, pero salió temprano y llegó al Warwick, había una joven en la puerta del hotel, no podía tener más de 26 años, era alta, rubia, tenía un cuerpo de muerte - tomó una pausa - Se saludaron con un beso en los labios y entraron al hotel - cerré los ojos, no lo podía creer.

Todo Cambio Desde Que Te ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora