Capitulo 30

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Eran las cuatro de la tarde, y me dirigía al departamento de informática porque Poche me había llamado, estaba desarrollando unos nuevos dispositivos de compras para las tiendas de Nordstrom y quería mi humilde opinión de ser humano normalito que no sabe mucho de tecnología.

Para llegar a la oficina de Poche, había que atravesar todo el departamento, y por si no lo había mencionado, era increíble caminar por aquí. La sincronización de los empleados, lo tecnópatas que se veían, era realmente un viaje al futuro.

Cuando por fin llegué, Noe estaba de pie, organizando una pequeña gaveta, estaba llena de una especie de chips, organizados por letra del abecedario.

Carraspeé para que supiera que estaba ahí. Dio la vuelta y sonrió.

- Hola Sra. Calle, ¿en que puedo servirle? - se había vuelto menos pesada desde que frecuentaba un poco más la oficina de Poche.

- Puedes avisarle a Maria Jose que estoy aquí - asintió, tocando una tecla del intercomunicador. Pero al parecer no fue necesario, porque Poche abría la puerta de su oficina en ese momento.

- Daniela, gracias por venir, pasa - me dio esa miradita picarona que me encanta - Que no me molesten, Noe, gracias - la joven asintió y cerró la puerta tras de sí.

Puso su mano en mi cintura y me plantó un rico beso en los labios.

Me llevó a una silla que estaba justo al lado de la de ella y me sentó.

Me dio un vuelco al estómago cuando me senté, tenía varias semanas sintiéndome extraña, pero le había echado la culpa al cansancio, supongo que necesitaba hacer más ejercicio.

Poche me observaba.

- ¿Estás bien, Calle? - sonreí y asentí.

- Si, no te preocupes, he tenido unos días estresantes en la oficina - siguió observándome, pero decidió dejarlo pasar.

- Ven te enseño - comenzó a hablar un montón de cosas y tecnicismos que realmente no entendía nada. La interrumpí.

- Al grano, Poche, ¿que hace el aparato? - se rio.

- Bien, cuando entras a la tienda y tienes tu teléfono inteligente, abres la aplicación de Nordstrom y esta se sincroniza automáticamente con tu ubicación en tiempo real. La aplicación te dirige a un mapa en plano 3D de la tienda en que te encuentras en el momento -

Wow, sonaba interesante.

- Pero lo mejor es, que solo tienes que colocar tu teléfono frente al producto que quieres, e inmediatamente te sale toda la información sobre el producto, por ejemplo, que size es el que estás viendo, cuales son los que están disponibles en la tienda, si tiene descuentos cuál es el precio final del mismo, otras sucursales de Nordstrom en las que ese mismo producto está disponible y todos los sizes - estaba petrificada, sí que era un excelente idea - ¿Qué dices, te gusta? - carraspeé un poco, era cierto que esta mujer valía cada centavo en la compañía.

- Es increíble, Poche - sonrió.

- ¿Lo utilizarías de ser clienta y compradora compulsiva? - me reí.

- Claro que lo utilizaría, es muy práctico - sonrió

-Bien, gracias, eso era lo que necesitaba - asentí e intenté ponerme de pie, pero cuando lo hice sentí un fuerte mareo que me hizo tambalear, suerte que Pochr se percató y me sostuvo - ¿Estás segura que no te pasa nada?

-No pasa nada, tranquila - respondí soltándome levemente de su agarre. Pero la verdad era que ya me estaba asustando.

- No te creo, ¿comiste bien hoy? - preguntó preocupada - ¿Quieres agua? - negué, y me separé de ella.

- No, tranquila, estoy bien - sonreí y le di un beso en los labios - ¿Nos vemos hoy? - intenté cambiar el tema.

- Si, Emma quiere verte - asentí sonriendo.

Llegué a mi oficina y me senté, seguía tremendamente mareada.

Le envié un texto a Abi para avisarle que ya estaba aquí, teníamos que revisar un par de contratos que se enviarían mañana.

Estábamos concentradas en ello, cuando sentí que iba a vomitar todo lo que tenía en el estómago, así que salí corriendo y me dio tiempo de llegar al inodoro. Tuve unas cinco arcadas hasta que terminé agotada sentada en el suelo.

Abi me ayudó a ponerme de pie.

-¿Qué te pasó?, no sabía que te sentías mal - lavé mi cara, quitándome todo el maquillaje y enjugué mi boca.

-No sé qué me pasa, tengo varios días sintiéndome como la mierda - Abi asintió y me ayudó a sentarme en mi silla.

Luego de unos minutos en silencio, Abi, comenzó a hacer preguntas, las cuales no quería ni imaginármelas.

- Calle- subí la mirada - ¿Cuándo fue la última vez que hiciste tu chequeo rutinario con tu ginecólogo? - suspiré.

- Hace más de dos años - Abi abrió los ojos grande.

- Calle, esos chequeos eran cada cuatro meses - asentí.

- Lo sé, es que he estado muy ocupada - negó.

- Eso no es excusa - se apoyó en mi escritorio - Jonh dijo que tu fertilidad podía volver en cualquier momento - sonreí.

- No soy fértil, Abi, tampoco estoy embarazada, tranquila - negó.

- Ahora lo estoy dudando, Calle-levanté la mirada y apoyé mis manos en mi frente.

- Tengo más de 10 años siendo infértil, Abi, despreocupate, seguro es estrés volvió a negar.

-Calle, haz tenido estrés toda tu vida, y nunca te habías puesto así - sonreí - Compraré una prueba de farmacia - negué.

- No me la haré - dije contundentemente.

- Te la harás - suspiré - Vuelvo enseguida -

Salió por la puerta y apoyé mi frente a la mesa. No podía estar malditamente embarazada en este preciso momento de mi vida, cuando siempre creí que era infértil, no quería pasar por esto de nuevo. Y lo peor de todo es que no sabía cómo se lo diría a Poche, había insistido en usar condones y métodos anticonceptivos al inicio de la relación, no creía que quisiera otro hijo. Mierda, estoy jodida.

Abi volvió, sacándome de mi tren de pensamientos destructivos. Respiré profundo y me dispuse a hacerme la prueba.

Todo Cambio Desde Que Te ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora