Capitulo 10

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Poche

Un rayo de sol se reflejaba en mi cara. Abrí mis ojos lentamente y me sentía desorientada.

Luego recordé todo lo que había sucedido la noche anterior.

Volteé, buscando a Daniela, pero no la encontré.

Quité las sabanas de mi cuerpo desnudo, me puse la ropa que me había prestado, ya que había dejado la mía abajo.

Entré al baño que estaba en su habitación. Me había dejado un cepillo de dientes nuevo.

Luego del pequeño aseo, volví a la cama y me senté.

¡Mierda! No sabía cómo debía actuar con ella. Todo esto era muy nuevo para mí.

No puedo negar que volver a tener sexo después de 5 años se sentía bien. Aunque había perdido todas mis habilidades, me sentí bien, de alguna forma, completa.

Bajé las escaleras y caminé viendo a todos ángulos, tenía un apartamento precioso, no era muy organizada, pero la decoración era estilo clásico moderno, con todo blanco y sofisticado, pero con su toque de juvenil. Se parecía mucho a su personalidad "Fuerte, pero adorable".

La encontré organizando un desayuno en la mesa. Cuando la vi, tan despreocupada e infomal, con un tshirt largo que apenas le llegaba a la mitad de los muslos, me puse nerviosa.

Cuando sintió mi presencia levantó la mirada. Sonrió. Nooo, no sonrías que me derrito. Era hermosa.

- Hey, ¿cómo dormiste? - saludó.

- Bien, gracias por preguntar - contesté, caminando hacia mi ropa que estaba doblada encima del sillón. La tomé y fui al baño sin preguntar.

Salí vestida y me acerqué a ella.

- Gracias por la ropa - se la pasé y me vio a la cara con algo que parecía confusión.

- A la orden - tomó la ropa y la puso en una mesa que había en la esquina. - ¿Tienes hambre? - me sonrió.

Me moría de hambre, pero creo que lo mejor era irme.

- Emmm, no gracias, ya me voy - dije señalando a la puerta, pude ver la decepción en su mirada, y su sonrisa se convirtió en una línea recta.

-Ya lo tengo todo preparado - señalo la mesa, y en verdad se había esmerado. Había huevos revueltos, tocino, waffles, tres tipos de mermeladas diferentes y jugo de naranja.

¿Qué haces, Maria Jose? Preparó todo esto para ti.

- Bien, creo que mejor como algo - pero su expresión de decepción seguía plasmada en su cara.

Comíamos en silencio. La miraba de reojo, su expresión seguía triste y no despegaba los ojos del plato.

¡Mierda! ¿Qué hago ahora? Lo que menos quería era que se sintiese mal.

-Daniela - intenté que subiera la mirada, pero no conseguí nada.

-Está bien, no tienes que decirme nada- respondió - Sé que no estás interesada suspiré.

-No quiero que pienses eso, fue una mierda que te dijera eso - volví la suspirar, de verdad no sabía cómo decir esto de una forma que no doliera - Daniela, eres una persona increíble - me cortó.

- Para... No sigas. Lo entiendo - soltó.

- ¿Qué entiendes? - pregunté incrédula. Me vio por primera vez desde que nos habíamos sentado a comer.

- Que esto fue solo una experimentación - podía ver la incertidumbre en sus ojos - Soy un ser humano, Maria Jose. Se lo que es utilizar a otra persona para olvidar un rato mi cruda realidad - terminó.

- No, espera, no lo malinterpretes, no te estaba utilizando - volvió a interrumpirme.

- ¿A no? - estaba molesta, pero lo intentaba esconder - ¿Y como lo llamas tú entonces? - definitivamente estaba molesta.

Me quedé sin palabras, realmente no sabía como explicar esta situación.

Bajé mi mirada al plato que ya estaba frío y cerré los ojos.

Eso imaginé - susurró, y se paró de la mesa.- Muchas gracias por la noche de sexo, ya sabes dónde está la puerta - subió las escaleras y me dejó ahí sentada.

Creo que me lo merecía.

**********

- ¿Qué te costaba comerte el desayuno y entablar una conversación con ella? - preguntó Laura, estaba enojada conmigo también - Si eres mujer, Poche, sabes cómo es que funciona esto - dijo señalando su cerebro.

-Lo sé, Lau, pero no quería que se hiciera ilusiones - intenté explicarme.

- ¿Ilusiones, Poche, en serio? Si no tiene 15 años, sabe lo que es cada cosa, es la forma en que haces las cosas que no está bien - me discutió - Como parece que no entiendes, te explico. Te hubieses levantado, ves el desayuno, te sientas a comer, le preguntas cosas triviales, le agradeces el desayuno, le dices que debes ir a buscar a tu hija, te cambias de ropa, le das un beso en la mejilla y le dices: hablamos luego. Fin de la historia. No mal interpretaciones, no desilusiones. ¡Si la hiciste sentir como una prostituta! - terminó, golpeándome el brazo.

- Auch Lau - bajé la mirada - tienes razón.

- Sé que tengo la razón, pero no es conmigo agradeces el desayuno, le dices que debes ir a buscar a tu hija, te cambias de ropa, le das un beso en la mejilla y le dices: hablamos luego. Fin de la historia. No mal interpretaciones, no desilusiones. ¡Si la hiciste sentir como una prostituta! - terminó, golpeándome el brazo.

- Auch Lau - bajé la mirada - tienes razón.

- Sé que tengo la razón, pero no es conmigo - que deberías estar hablando- dijo, como si fuera obvio.

Le envié un mensaje:

"Hey Daniela, de verdad me gustaría que habláramos, por fa"

20 minutos después...

"Daniela, sé que soy una idiota, pero por favor deja que me explique"

20 minutos después...

"Hermosa, por favor..."

Y no obtuve respuestas. Tampoco contestó a mis llamadas.

Todo Cambio Desde Que Te ConocíWhere stories live. Discover now