Miro al pequeño quien no deja de detallar mi rostro con curiosidad. Extiende su manita poniéndola sobre mi mejilla para luego agarrar mi labio inferior enterrándome sus uñitas, suelto una queja de dolor y Balderik me ayuda a quitar su mano. Ahora entiendo porque Maksim tiene rasguños en la cara, no le han cortado las uñas.

— Disculpa, este pequeño es más travieso que el otro.

— No me sorprende — Digo y me mira indignado — ¿Qué? Lo digo porque es un bebé aún — Digo divertida y no dice nada cuando se acerca mi abuela a ver al bebé que traigo en brazos.

— Pero... — Dice sorprendida viendo al bebé — ¿Y este bebé?

— Es hijo de Hela — Digo sonriente al entrar en confianza con el pequeño.

Balderik nos pone al tanto de la situación, los bebés ahora estaban bajo la protección de Nerón, Maksim y de algunos de los hombres de Balderik que estaban a los alrededores fingiendo ser civiles que vivían en esta casa como una familia solo para no levantar sospechas de las personas que llegaran a pasar por el lugar, aunque yo no vi ningún alma rondando cerca y menos en el camino que recorrimos para llegar aquí. Balderik estaba siendo bastante cuidadoso para tener a sus sobrinos a salvo de cualquiera de sus enemigos, sobre todo de los Petrov.

Me quedo un rato con Massimo y mi abuela sostiene al otro ya que los hombres se han ido a instalar las cosas que trajo Balderik. Muebles y cosas para tener vigilado el lugar.

Maksim llega después de media hora y ayuda a mi abuela con Kay.

— Maksim, los bebés tienen sus uñas largas — Digo mirando las pequeñas uñas, hasta eso se me hacía tan lindo, pero era necesario cortarlas ya que hasta el mismo bebé se estaba haciendo daño — ¿Quieres que te ayude a cortarlas? — Preguntó emocionada.

— Por favor — Dice aliviado — No he querido hacerlo yo porque no soy muy hábil como Hela.

Maksim va por los cortaúñas dándome uno a mi y el otro a mi abuela. Acomodo al bebé en mis piernas, Maksim coloca almohadas a los costados y se inclina frente a mi tratando de entretener a Massimo para que no se mueva demasiado. Agarro su pequeña mano derecha y empiezo a cortarle las uñas, aquello me provoca sentimientos encontrados viendo cómo sonríe Massimo ante los gestos de Maksim. Niego con la cabeza queriendo apartar lo que me abarca. «No es momento» me digo a mi misma una y otra vez para luego empezar a cortarle las uñas de la mano izquierda.

— ¿Cuanto tiempo se van a quedar? — Me encojo de hombros, no sabía de eso y tampoco quería saberlo, solo quería disfrutar del tiempo que tuviera para estar con mi familia.

La risa del bebé me hace sonreír. Termino de cortarle las uñas y se lo entrego a Maksim para ayudar a mi abuela a cortarle las uñas a Kay. Son tan hermosos, una mezcla de Seth y Hela, aunque ambos tenían algo único de sus padres y era demasiado evidente.

— ¿Ya comen papilla? — Preguntó curiosa al ver lo gorditos que están.

— No, el médico dijo que pueden comenzar a comer alimentos sólidos a los seis meses, por ahora solo tienen cuatro meses así que solo toman la fórmula.

Termino de cortarle las uñas a Kay para luego tomarlo entre mis brazos mientras Maksim me pone al tanto de la rutina de los bebés.

— Ya están sus habitaciones — Alzó la mirada a ver a Balderik que estaba mirándome con atención. Estaba con ropa distinta y de brazos cruzados. Su vista recae en Kay que estaba sobre mis piernas riéndose a carcajadas después de haberle hecho cosquillas en la panza.

— Iré a descansar un poco — Avisa mi abuela y asiento. Balderik se acerca ocupando el lugar a mi lado, suelta un gran suspiro mirando unos segundos a Fang que permanecía como estatua en su lugar sin perderme la vista.

Amor Imposible Where stories live. Discover now