Moon Knight

011

"Tener sexo al despertar, puede incrementar tu rendimiento laboral en un ochenta y cinco por ciento ¡seamos productivos! O bueno, eso es lo que parecen indicar los
estudios" Jake Lockley~

Brillitoz-felicez

–¡Jake ya déjame! ¡Me tengo que ir a trabajar y voy a llegar tarde por tu culpa!–Le dijiste tratando de mantenerte lo más seria posible, intentando quitártelo de encima.

Ambos estaban recostados en su cama en el departamento que compartían los cuatro, pero justo, JUSTO esa mañana, Jake tuvo que tomar el control del cuerpo.

No es que no te gustara estar con él, al contrario, te encanta pasar tiempo con los tres por igual. Es solo que Jake siempre comienza a hacer todo un escándalo cuando debes irte a trabajar, y no te deja salir de la cama.

–No. Usted hoy se queda conmigo.–Te dijo recostándose encima tuyo, escondiendo su rostro entre tus pechos.

–Jake. Tengo que ir a trabajar. No puedo quedarme contigo.–Soltaste un pesado suspiro, pasando tus manos por tú rostro.

–Podemos quedarnos haciendo otras cosas más divertidas que trabajar, mami. Cómo por ejemplo... podemos empezar por quitarnos la ropa.–Te dijo a la vez que empezaba a dejar besos en tú cuello, intentando quitarte la playera de Marc que estabas usando. Con quien por cierto, fue que te dormiste la noche anterior.

–No vamos a tener sexo ahora. Ya te dije que debo irme.

–Mi dama, "tener sexo al despertar, puede incrementar tu rendimiento laboral en un ochenta y cinco por ciento ¡seamos productivos! O bueno, eso es lo que parecen indicar los
estudios".–Se apoyó en sus brazos para verte a los ojos mientras hablaba.

–¿Y sugieres que tengamos un rapidin antes de que tenga que irme a trabajar para que me vaya mejor?–Arqueaste una ceja, cruzándote de brazos mientras lo veías a los ojos.

–Pues claro. No hay mejor manera de comenzar el día, mi vida.

–¿Y si lo hacemos rápido, después me vas a dejar ir?

–Sí así usted lo desea mami, entonces si.

Rodaste los ojos y te levantaste un poco para quitarte la playera mientras Jake te veía con una gran sonrisa.

–Más te vale que sea rápido.–Le dijiste tratando de contener la sonrisa que se estaba formando en tu rostro.

–A sus órdenes, mi dama.–Se quitó los pantalones y luego te quitó los tuyos, para comenzar a besarte con salvajidad, pasando sus manos sin descaro por todo tu cuerpo.