38. Mi Debilidad

673 91 2
                                    

Durante más de dos años había soportado muchas cosas de parte de Jeno, incluso cuando él demostraba mantenerse fuerte frente a cada uno de sus maltratos, él siempre había estado allí cada vez que este lo necesitaba, porque él era consciente de que Lee Jeno lo necesitaba cada vez que algo le sucedía, él era el único que sabía sobre su enfermedad en la universidad y por lo mismo trataba de acudir a él en cada uno de sus sube y baja de diabetes, pero Jeno, él jamás había estado para él en dos años, y sinceramente no necesitaba de su atención, porque se sentía lo suficientemente fuerte para soportar cada vez que fue pasado a llevar, pero ahora, se sentía tan débil y molesto de siquiera pensar en la posibilidad de que las palabras del rubio fueran ciertas.

Porque a pesar de que en realidad no cambiaban él como habían sido las cosas, él estaba más que seguro de que era demasiado débil como para no perdonarlo, y de solo pensar aquello se se sentía lleno de remordimiento consigo mismo.

Había soportado muchas cosas.

—¿Por qué debería creerte? —Cuestionó él tratando de que su voz no se quebrara en alguna de sus palabras, a pesar de que había dejado de sollozar las lágrimas seguían rodando por sus mejillas, igual de dolorosas que el nudo que se había instalado en su garganta.

—No te pido que me creas... solo te suplico que me perdones por todo lo que te hice —Dijo el rubio mientras mantenía su mirada perdida entre sus manos, viendo de reojo como el mayor movia su pierna rápidamente de arriba a bajo—. Incluso si es mentira, necesito escuchar que me perdonas para no terminar sintiéndome tan mierda

—Te sentirías peor sabiendo que es mentira...

—Merezco sentirme así, todo este tiempo estuve actuando como un bastardo contigo por el miedo que sentía, lastimandote para tratar de alejarte y aún así seguías estando para mi cada vez que lo necesitaba —Habló él volteando a ver al azabache, encontrándose con sus enrojecidos ojos cristalizados—. Tú sabes que siempre te he necesitado cuando yo jamás fui una necesidad en tu vida.

Jaemin observo en silencio al mayor por unos segundos, dejando escapar un suspiro mientras desviaba su mirada rápidamente, pasando su mano por ambas mejillas tratando de limpiarlas mientras se levantaba, necesitaba salir de allí, porque a pesar de fingir ser fuerte, cuando estaba con Jeno a solas siempre terminaba actuando de una manera completamente distinta a como deseaba, y no era momento de dejarse llevar por sus sentimientos, no ahora.

—Te perdono, pero no me pidas que actúe como si nada hubiera pasado —Comentó él volteando a verlo, notando como este se levantaba y acercaba a él con nerviosismo—. Solo quiero que no te atormentes como todo este tiempo, asi que... te perdono.

—Jaemin, yo...

—En relidad ya escuché demasiado, necesito irme —Interrumpió él mientras cerraba sus ojos por unos segundos mientras giraba su rostro.

—Puedo llevarte a casa —Aquella oración sonó más como una súplica en lugar de una propuesta.

—No, no quiero ir a casa...

—Irás con Renjun... es decir, lo siento, ni siquiera debería estar indagando sobre eso —Murmuró con desgano el mayor, dándole la espalda al azabache para dirigirse a su habitación de inmediato.

Jaemin parpadeó con nerviosismo mientras dejaba escapar un sollozo ante el molesto nudo en su garganta, no entendía nada de lo que estaba sucediendo, internamente se gritaba que saliera de ese lugar, pero su cuerpo solo atinó a moverse siguiendo los pasos del mayor, encontrándose con él sentado en la cama mientras jugaba con sus manos, presionandolas con fuerza mientras lloraba en silenció.

—Deberías irte... puede ser peligroso si se hace más tarde —Murmuró el mayor sin siquiera voltear a verlo.

—La casa de Renjun no esta tan lejos de aquí...

—No quiero escuchar nada que tenga que ver con él, así que... por favor vete de una vez, pero cuídate ¿sí? —Pidió Jeno levantándose de la cama intentando huir del menor y cualquier tema que tuviera que ver con el otro chico.

Jeno estuvo apunto de ingresar al baño cuando el cuerpo del menor se lo impidió, tomándolo por sorpresa, acto que lo hizo levantar su mirada para encontrarse con aquel hermoso, rojizo y cristalizados par de ojos celestes que lo observaban con atención, sintiéndo de repente la respiración del otro chocar en su rostro mientras sentía su pulso comenzar a acelerarse.

—Tengo miedo —Murmuró Jaemin mientras bajaba su mirada por unos segundos—. Te odio porque a pesar de todo no puedo dejarte solo, no así...

—No necesitas quedarte...

—No necesitas mentirte —Acusó el azabache logrando robarle una pequeña sonrisa llena de melancolía—. Eres tan débil...

—Desde el primer momento, siempre has sido tú y no era capaz de admitirlo, tú me haces débil —Murmuró él cerrando sus ojos mientras apoyaba su frente contra la del menor, levanrando sus manos para colocarlas con cuidado sobre las mejillas del azabache.

—Mentiste aquella vez que dijiste que me había enamorado de ti luego de aquella beso... él que se enamoró fuiste tú —Comentó el menor ladeando un poco su rostro mientras rozaba levemente la punta de su nariz con la del mayor.

—Soy un maldito mentiroso —Acotó él asintiendo levemente mientras volvía a mirar al menor, conteniendo su respiración por unos segundos mientras este se dedicaba a recorrerlo con su mirada.

Jamás le había gustado aquello, pero ahora era capaz de entenderlo, Jaemin siempre habia sido capaz de leerlo con una sola mirada, sus ojos eran tan expresivos que no dejaban de atormentarlo cada vez que había notado el rechazo y la decepción en ellos, la mirada de Jaemin se había ido apagando con cada uno de sus maltratos, eso era lo que no le gustaba, él había sido el causante de que eso sucediera.

—...Por favor, déjame besarte —Rogó él dejando escapar un suspiro mientras intentaba contenerse para no incomodar al azabache.

—¿Qué te hace pensar que dejaré que me beses?

—Todo tú me hace pensar que necesitas besarme tanto como yo quiero besarte a ti —Murmuró él acercándose hasta rozar sus labios con los del menor, dejando escapar un suspiro mientras cerraba sus ojos.

—Debería irme...

—Ya es tarde para reconsiderar eso.

Si lo era, porque de repente se encontraba sumergido en la suave sensación que le daban los labios del mayor moviéndose con cuidado sobre los suyos, con tanta delicadeza que lograba hacerlo sentir adormecido, completamente aterrado a la vez por lo que aquél beso lograba hacerlo sentir mientras el rubio pegaba sus cuerpos colocando uno de sus brazos alrededor de su cintura, tomándolo por sorpresa, permitiéndose acabar aquél beso mientras bajaba su mirada por unos segundos al sentir su espalda apoyarse en la pared.

—Perdón... —Murmuró Jeno parpadendo con nerviosismo mientras relajaba su agarre, soltandolo con cuidado para luego dar un paso atrás.

—Tal vez deberías descansar, iré a la sala...

—Quédate conmigo.

No se porque shirus, pero las partes tristes me inspiran, me lo lloro como un barraco mientras escribo jsjsjs 😮‍💨✌🏻💐

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No se porque shirus, pero las partes tristes me inspiran, me lo lloro como un barraco mientras escribo jsjsjs 😮‍💨✌🏻💐

Saekki •NoMin• Where stories live. Discover now