30. Golpe Merecido

689 93 8
                                    

Los días anteriores habían sido tan difíciles, sentía que su cabeza iba a explotar, luego de haber estado toda una semana sin asistir a clases, finalmente debía regresar, y es que con el poco tiempo que le quedaba no podía darse el lujo de faltar, no quería perderse nada para evitar que eso afectara sus calificaciones finales, definitivamente debía encontrar una manera para poder ponerse al corriente con lo pasado durante sus días de inasistencia.

Un pesado suspiro escapo de sus labios mientras se disponía a bajar del auto, colgando la correa de su mochila en su hombro mientras cerraba la puerta del automóvil con seguro, avanzando por el estacionamiento, ladeando levemente su cabeza al encontrarse una nueva e inesperada pareja, sentía algo de orgullo el haber acertado con sus palabras hace unos días, por lo que a pesar de no tener ninguna intención de provocar una pelea, no podía evitar sentirse algo molesto, Kim Sunoo sin duda parecía llamar la atención de más de una persona, y él definitivamente no había tenido esforzarse demasiado ppara hacerlo.

—¿Quién lo diría? Después de todo tenía razón, por eso el desespero por defender a Kim aquél día —Comentó  él con el tono divertido, observando a la pareja con una pequeña sonrisa—. No puedo creerlo, pobre Heeseung después de todo, uno de sus amigos le quito el chico

—...No puede ser, Lee Jeno apareció, ya te recuperaste la paliza que te dimos —Habló Sunghoon mientras colocaba uno de sus brazos alrededor de la cintura del azabache, mirando al mayor con una pequeña sonrisa para nada amistosa.

—Sunghoon mejor entremos —Murmuró el menor de ellos tomando su mochila para luego entrelazar su mano con la del peligris, quien no se movió en lo más mínimo.

—Sunghoon mejor entremos y me das por el culo —Se burló él modificando su voz, como si aquello lo hiciera sonar como el azabache.

El peligris giro hacia el rubio y con un rápido movimiento tomó la camisa de éste haciendo que el mayor soltara una pequeña risa ante la satisfacción de ver al menor fastidiado, era un completo imbécil, pero a este punto ¿a quién le importa?

Incluso si se hubiera quedado callado, todo el mundo estaría creando algún estúpido chisme, sabía perfectamente que esta incluso por debajo del suelo en cuanto a reputación, pero ya la verdad no le interesaba.

Sunoo le recordaba demasiado al Jaemin de hace unos años, aquél a quien secretamente había amado de una manera tan rápida e inocente, sin atreverse a confezarlo, por miedo a perderlo, pero incluso cuando no le había dicho nada, él se había ido igual, dejándolo con un vacío en él pecho, tratándolo de la misma manera que a otros.

Él simplemente tuvo que aprender a reprimir aquél sentimiento, obligándose a ocultarlo y fingir como si nada hubiera pasado, porque después de todo Jaemin solo bromeaba, y cuando correspondia sus sentimientos, él ya estaba sumergido en sus propios escombros.

—Es increíble lo miserable que debe ser tu vida como para que seas tan infeliz y disfrutes de humillar a otros —Murmuró Sunghoon observándolo fijamente, provocando que su rostro se tensara por completo—. Eres tan poca cosa que no logro entender como es que Jaemin puede sentir cosas por un idiota como tú, alguien completamente perdido en la miseria... Te molesta que alguien más pueda ser feliz con quien ama porque no eres capaz de corresponder ni sentir algo valido por otra persona

—Tú no sabes nada, estas seguro de que este chico te ama cuando hace nada andaba besandose con uno de tus amigos —Bramó él abriendo levemente sus ojos mientras lo observaba con furia—. Seguramente ya se acostó con él también, vaya idiota...

La mandíbula del peligris se tenso con fuerza mientras empuñaba su mano, levantandola de golpe, dispuesto a golpearlo de no ser porque la mano del mismísimo Sunoo lo detuvo, tomándolo por sorpresa pues a pesar de todo él sabia que aquél puñetazo iría directo a su rostro.

—Sunghoon solo vamonos, por favor —Pidió el azabache mientras miraba al alto chico, sintiéndose casi igual de molesto que este, pero negándose a decir algo.

—Vamos Kim, deja de aparentar ser el chico que no rompe un plato, de seguro eres una perra...

Sunoo aparto su mirada del peligris mientras empuñaba su mano, girando su cuerpo para enfrentarlo mientras levantaba su mano golpeando con el dorso de su mano el rostro del mayor, quien algo sorprendido abrió sus ojos en demasía ante la acción del menor, volteó a verlo mientras llevaba una mano hasta la zona afectada, tensando completamente su cuerpo mientras daba un paso hacia él.

—Atrévete a ponerle una mano encima —Amenazó Sunghoon abriendo levemente sus ojos, demostrando la furia en ellos—. Te lo adverti antes, si lo tocas te voy a golpear hasta cansarme...

Y es que realmente no lo iba a golpear, incluso si merecía ser pateado hasta ser puesto en una camilla, él simplemente no iba a golpearlo, aun así aquél golpe lo había tomado por sorpresa y vaya que le había encantado aquella acción, merecía que lo callaran a putazos.

—No puedo creer que pasa contigo que tienes locos a estos dos imbéciles —Murmuró Jeno mirándolo mientras se detenía frente a este.

—Yo tampoco lo sé... lo que si sé es que me atreví a estar con la persona que me ama y que amo, si tu no haces eso, al menos deja que los demás lo hagan, porque no estoy dispuesto a dejar que vuelvas a molestarme con tus estupideces —Respondió Sunoo observándolo con atención, siendo alejado de él de inmediato para marcharse junto al peligris.

Una pequeña risa sin ganas escapó de sus labios, sintiendo sus ojos arder, amenazando con cristalizarse en cualquier momento, pero sinceramente se negaba a volver a llorar, ya lo había hecho demasiado.

—Ni siquiera te recuperas de una y ya buscas otra paliza...

El rubio giro su cabeza para encontrarse con aquel par de cianitas observándolo con desaprobación, haciéndolo apartar la mirada de inmediato, permitiéndose sonreír con lástima mientras asentía levemente.

—¿Acaso esperas algo más de este bastardo? —Quiso saber él volviendo a mirar al azabache, quien hizo una pequeña mueca con sus labios.

—A veces si... espero que te des cuenta de que realmente eres mejor de lo que aparentas, pero termino decepcionandome siempre —Murmuró Jaemin sonriéndo levemente mientras negaba.

—Incluso si lo intentara no serviría de nada...

—Te equivocas —Intervino el menor de inmediato, tomando con fuerza la correa de su mochila—. Tú problema es que te preocupa demasiado lo que piense el resto, eso es lo que te mantiene encerrado en la misera que eres... si de verdad quisieras cambiar, simplemente lo harías.

Saekki •NoMin• Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin