34. Visitantes Inesperados

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—Creó que ya es suficiente, deberías dejar de beber.

La voz de Chenle llego a sus oídos, haciéndolo levantar su cabeza cuando la botella fue arrebatada de sus manos, soltando un gran bufido mientras intentaba levantarse, en un torpe intento de tomar la botella que el menor alejaba de él.

Habían llegado pasada la media noche, y a pesar de que el rubio habia estado bebiendo con anterioridad a su llegada, había continuado haciendolo hasta esa hora, siendo acompañado por cortos tragos que daban los tres amigos a los pequeños vasos que se servían, entre shots, se habían dedicado a escucharse entre ellos, aunque Jeno y Chenle practiamente habían contado sus verdades con más detalle, DongHyuck y Sungchan no se quedaban atrás.

—Jeno, son más de las tres de la mañana, beber te hace mal, si lo sigues haciendo luego tendrás consecuencias —Advirtió el de cabello naranja mientras lo regañaba como si se tratara de un niño.

—¿Y si llamamos a Jaemin? —Propuso Sungchan mientras se cruzaba de brazos, soltando un suspiro mientras veía al rubio levantarse entre tambaleos.

—N-no, no quiero verlo... que se quede con ese idiota —Balbuceo el mayor acercándose a él, moviendo su mano en negación, con una expresión completamente indignada—. Yo no lo necesito...

—Eso no es cierto —Intervino DongHyuck observándolo con desaprobación, soltando un suspiro pesado mientras se acercaba a él para ayudarlo a mantenerse de pie—. No podemos llamar a Jaemin cada vez que algo sucede, menos ahora que Jeno esta completamente ebrio.

—No estoy ebrio, estoy destrozado —Murmuró el rubio dejando escapar un sollozo—. Soy un idiota...

—Si, eres un completo idiota, pero ahora debes dormir, intentaremos ver como hacer que Jaemin venga mañana, necesitas hablar con él y decirle todo esto —Animó Sungchan mientras hacia una mueca con sus labios.

—No va a venir, él me odia...

—Sabes que eso no es así —Comentó DongHyuck dejándolo caer sobre la cama, ayudándolo a acomodarse sobre su cama—. Ahora descansa, de verdad haremos que Jaemin venga, pero si no le dices nada, créeme que yo te pateare el trasero.
—No quiero verlo...

—Por supuesto, y yo no me enamoré de un chico que me persigue a todos lados —Ironizó Chenle alzando levemente sus cejas con obviedad en su mirada.

De repente las voces de los tres chicos se fueron alejando, permitiendole caer completamente rendido por el agotamiento que sentía, ni siquiera estaba seguro si era por el cansancio psicofisico o si era netamente efecto del alcohol ingerido.

Necesitaba prepararse, porque a pesar no sentirse para nada decidido a hablar las cosas, sentía que él solo hecho de ver a Jaemin lograría lastimarlo, era como si los papeles se intercambiaran, se sentía tan vacío y destruido, que Jaemin podía hacer con él lo que quisiera, no se sentía capaz de volver a fingir, estaba cansado de todo aquello en lo que se había convertido con el paso de los años, aquella fachada de bastardo había arrastrado muchas consecuencias consigo durante todos esos años, se había arruinado por completo.

Necesitaba prepararse, porque a pesar no sentirse para nada decidido a hablar las cosas, sentía que él solo hecho de ver a Jaemin lograría lastimarlo, era como si los papeles se intercambiaran, se sentía tan vacío y destruido, que Jaemin podía hac...

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—¿Estás seguro de que no te molesta? —Quiso saber su mamá mientras lo observaba con algo de tristeza.

—¿Por qué me molestaría? Mamá tengo 23 años, no soy un niño, entiendo que debes trabajar, solo es un cumpleaños, no deberías preocuparte —Aclaró él haciendo una pequeña mueca—. Aparte, no es como que hicieramos algo, no me gustan las fiestas ni ese tipo de cosas...

—Te conseguire un buen regalo, aun tengo tres días, así que solo espera —Comentó la adulta sonriendo ampliamente, logrando que sus claros ojos desaparecieran casi por completo.

—Bien, comprame un gran regalo, solo no te sientas mal por eso —Comentó él rodando levemente sus ojos mientras sentía los brazos de la más baja envolver su cintura mientras él soltaba un suspiro envolviendo sus hombros—. ¿Papá llega hoy?

—Si, dijo que el avión llegaría al medio día, así que tal vez este aquí alrededor de las dos de la tarde —Informó la mujer mientras lo soltaba, dando suaves palmaditas en los brazos del menor.

Jaemin asintió levemente mientras veía a su mamá acomodar su abrigo mientras avanzaba por la sala, dedicándose a tomar sus cosas en el camino hacia la entrada, donde volteo a verlo cuando este se apoyo en el marco de la puerta principal.

—Prepararemos una cena, invita a los niños, Renjun y Ryujin no pueden faltar... Oh, dile a Jeno y a los demás chicos que no pueden faltar, no se los perdonaré —Dijo la adulta mientras se dirigía hacia el automóvil, siendo seguida de inmediato por él, quien lucia completamente descolocado con sus palabras.

—Mamá, prefiero que solo seamos nosotros tres —Comentó él frunciendo levemente su ceño.

—Claro que no, siempre estamos solo nosotros, no entiendo porque cambiaste tanto, antes eras más divertido —Se burló ella sonriendo ampliamente.

—Renjun dijo lo mismo ayer —Se quejó él haciendo una mueca como si se encontrara agotado.

—Lo ves, tengo razón entonces —Dijo la adulta soltando una suave risa—. Ya sabes cariño

—Señora Na.

La adulta giro su rostro hacia su costado, abriendo levemente su boca ante la sorpresa, sonriendo sin poder evitarlo mientras cerraba la puerta del copiloto luego dejar sus cosas allí, acercándose rápidamente a los chicos que se encontraban a unos pasos de ella.

—¡No lo puedo creer, estan inmensos! —Exclamó ella alzando sus brazos para poder envolver a cada uno de ellos en un gran abrazo.

Jaemin no podía encontrarse más alarmado en ese momento, observando fijamente al trio de chicos que se encontraba a unos metros de él, luciendo completamente amistosos con su mamá, como si siguieran siendo igual de cercanos que años atrás.

—¿Por qué no habían venido a verme? —Cuestionó la adulta mientras pasaba su mano por el cabello anaranjado de Chenle quien tenía una pequeña mueca en su rostro mientras la miraba—. Todos ustedes se perdieron de repente...

—La universidad consume mucho tiempo —Dijo Sungchan sonriendo con algo de nerviosismo.

—No puedo creerlo, ustedes vienen y yo ya me voy al trabajo —Se quejó ella mientras volteaba hacia su hijo—. Cariño, invitalos a pasar, deje un deliciosos jugo de frutos rojos...

—Creo que deberías ir al trabajo —Recordó él tratando de lucir tranquilo, observandola fugazmente para luego voltear a ver a los tres chicos.

—Oh, por supuesto, niños espero que regresen más seguido por aquí, pueden venir a la cena que haremos por el cumpleaños de Jaemin...

—No, ellos no pueden venir —Intervino él de inmediato, parpadeando con nerviosismo ante la mirada de los chicos presentes—. Saldremos luego de que cene con ustedes mamá, ya... tenemos planes —Mintió haciendo una mueca con sus labios.

—Oh, entiendo, pero de todos modos deben venir a verme más seguido, cuídense, adiós cariño —Sentenció ella señalando a las tres chicos antes de subir a su auto.

El azabache levanto su mano y la movio suavemente antes de que el automóvil se pusiera en marcha, Jaemin rápidamente giro su cuerpo hacia los tres chicos cuando el auto desaparició por la calle, su mirada se poso sobre cada uno de ellos, tensandose por el simple hecho de tenerlos allí frente a su casa.

—¿Qué hacen aquí? —Cuestionó él alzando levemente sus cejas al no entender su presencia allí.

—Necesitamos hablar contigo.

Saekki •NoMin• Where stories live. Discover now