07. Mal Caracter

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—¿Paso algo? —Preguntó su papá con algo de cautela mientras lo observaba por unos segundos.

—Nada... no puede dormir bien anoche —Dijo él cerrando sus ojos por unos segundos, llevando una mano a su rostro antes de volver a mirar y dedicarle una pequeña sonrisa.

—Tal vez deberías quedarte a descansar, hijo —Comentó su mamá mientras ladeaba levemente su cabeza, acariciando su mano por encima de la mesa.

—No, estoy bien, hoy solo tengo dos clases, puedo llegar a descansar —Aclaró él mientras acercaba la taza de café hasta sus labios, terminando de beberlo para luego levantarse—. Iré a cepillar mis dientes.

El azabache se dio la media vuelta y salió del salón comedor para poder ir a su habitación, una vez allí se dirigió de inmediato al baño, tomó su cepillo de dientes y unto algo de pasta en el para luego llevarlo a su boca, se dedicó a cepillar sus dientes en silenció, observando su reflejo, notando lo levemente hinchados que se encontraban sus parpados, sus ojos lucían más pequeños y lo único que pasaba por su cabeza era: Soy un perdedor.

—Hijo, ya me voy...

La voz de su padre llego a sus oídos, provocando que este enjuagara rápidamente sus labios y se diera la media vuelta para salir de allí y despedir a su progenitor, luego de estar completamente listo se dispuso a tomar su mochila y su celular de la sala, encontrándose a su mamá leyendo una revista mientras tenía la televisión encendida a la vez.

—Ya me voy, señora SoJung —Informó él acercándose para dejar un beso en su mejilla, siendo correspondido por la adulta.

—¿Por qué no te llevas mi auto? Será más cómodo, al menos por hoy —Animó la mujer enseñándole una amplia sonrisa.

—Podrías ocuparla...

—No te preocupes, es mi día de descanso, no planeó salir de casa —Aclaró ella levantándose del sofá para sacar las llaves de su auto del cajón donde las guardaba.

Jaemin asintió levemente estirando sus manos para tomarlas, pero la mujer fue más rápida, alejándolas y pegándolas a su pecho mientras levantaba su mano libre para señalarlo con una mirada acusadora.

—¿Tienes tu licencia?

—Por favor, mamá —Murmuró él con obviedad mientras sacaba su billetera y la abría dejándole ver la licencia en uno de los pequeños bolsillos de esta.

La mujer sonrió ampliamente mientras le extendía las llaves, esta vez dejando que las tomara, la castaña tomó las mejillas del más alto e hizo que inclinara su cabeza para ella poder dejar un beso en su frente, el menor no protesto y no se alejó hasta que la adulta termino de darle la bendición, haciendo la señal de la cruz para que este luego diera un beso su mano, una costumbre que tenía la mujer desde siempre, incluso se encargaba de hacerlo con su esposo, quién al igual que él solo se quedaban en silenció y le dedicaban una pequeña sonrisa.

—Nos vemos, mamá —Dijo él para luego darse la media vuelta y acomodar su mochila sobre su hombro.

—Cuídate amor.

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Sus pasos por el pasillo eran lentos, era temprano y para su mal gusto, cada miércoles por la mañana debía permanecer solo por algunas horas ya que sus clases comenzaban antes que las de sus amigos, quienes pertenecían a diferentes carreras, pero aun así se encontraban dentro de la misma facultad.

Mientras se dedicaba a guardar algunas cosas de su bolso dentro de su casillero, de repente sintió a alguien colocarse junto a él, demasiado cerca de su cuerpo para su propio gusto, el de cabello naranja levanto su rostro, enseñando aquella típica expresión de pocos amigos que solía enseñar la mayoría de las veces, tuvo que contener las ganas de rodar sus ojos al encontrarse con aquel chico de cabello oscuro, con mechones de un tono más claro que lo observaba con una pequeña sonrisa ladina.

—Zhong Chenle ¿Ya tienes una respuesta? —Quiso saber el alto chico, sintiendo la mano del mayor alejarlo bruscamente.

—Disculpa, creí que había quedado claro que no lo haría —Dijo él cerrando su casillero con fuerza mientras rodaba sus ojos, desviando su mirada por completo para poder marcharse.

—Pensé que solo te negabas porque había sido un mal día...

—Pensaste mal, Park Jisung —Aclaró él caminando por el pasillo para poder dirigirse al ascensor—. No voy a ser tu maestro particular...

—Podría pagarte, si es por dinero no te preocupes, trabajo durante las tardes, conseguiré dinero —Comentó el menor siguiendo sus pasos, apresurándose para entrar al ascensor junto con el mayor.

—No necesito dinero, simplemente no quiero perder el tiempo enseñándote.

El de cabello naranja hizo una mueca con sus labios y se cruzó de brazos mientras observaba el reflejo en las puertas, notando como el menor se acercaba y extendía su mano hacia el control, presionando los pisos que había antes del suyo, haciendo que el ascensor se detuviera en ellos, el mayor volteó a verlo fijamente, conteniendo las ganas de insultarlo.

—Aprendo rápido, intenté encontrar ayuda con alguien más, pero todos me dijeron que eras excelente en el inglés y a pesar de eso, yo solo necesito que me ayudes a entender lo que pasan en clases para poder tener buenas calificaciones, no quiero retrasarme solo por esa estúpida materia, podrías ayudarme con eso, prometo o ser un dolor de cabeza... por favor —Pidió el más alto acercándose a su cuerpo, logrando que este se alejara hasta quedar apoyado en el costado del ascensor, mirándolo con seriedad.

—¿Qué gano yo enseñándote?

—Dijiste que no necesitabas dinero, puedo darte lo que quieras.

—...Eso sonó realmente horrible

—Deberías cuidar tu mente de ese tipo de cosas —Murmuró JiSung alejándose mientras sonreía con algo de diversión, observándolo con atención cuando este volteó hacia él para encararlo.

—Deberías controlar las estupideces que dices —Bufó él escuchando de repente como se abrían las puertas del ascensor.

El de cabello naranja observo el piso y frunció su ceño al ver que aún faltaba un piso para llegar al quinto, por lo que simplemente le dedicó una fugaz mirada al más alto y salió de allí, topándose con Na Jaemin, quien lo observó por unos segundos, murmurando un suave salido, el cual de inmediato respondió para marcharse de allí y comenzar a subir las escaleras.

Jaemin volteó a verlo hasta que desapareció, escuchando una suave risa a su costado, encontrándose con un alto chico que miraba en la misma dirección que él.

—¿Te hizo algo? —Preguntó Jaemin mirando al muchacho, incluso si sabía que no debía meterse, conocía la personalidad borde que solía tener el de cabello naranja, sabia por experiencia cuan hiriente podía ser.

—No, pero creo que se molestó —Comentó el menor sonriendo de lado, mientras se cruzaba de brazos frente al azabache—. ¿Qué haces aquí? Jaemin

—Acompañé a Ryujin, tiene clases temprano...

—Lo sé, es compañera de Chenle —Aclaró el más alto asintiendo levemente mientras acomoda a su mochila sobre ambos hombros.

—Deberías tener cuidado con él, se lo que te digo, él es... difícil —Murmuró él haciendo una expresión algo inquietante.

—No deberías preocuparte, Jaemin, puedo con ese chico malgenio —Dijo el menor dando palmaditas en su hombro—. Ahora... ¿A qué se debe tu expresión melancólica?

—¿Es tan obvio? —Preguntó él, guardando silenció al ver como el menor asentía sin siquiera dudarlo, un suspiro escapo de sus labios mientras hacía una mueca con sus labios.

Le tenía confianza a JiSung, en eso no había duda, pero no le agradaba la idea de andar por ahí contando sus cosas, cualquiera podía escucharlo y no quería más experiencias vergonzosas por culpa de terceros, no quería que nadie comenzara a rumorear cosas, debía controlar sus emociones y no dejarse ganar por ellas.

Saekki •NoMin• Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt