25. Mal En Peor

695 78 0
                                    

Las personas a veces caían demasiado bajo, a tal punto de su vida no debería sorprenderse, a pesar de tener veintitrés años había logrado darse cuenta de lo miserable que podían ser las personas y de lo bastardo que podía llegar a comportarse él para que nadie lo pasara a llevar y es que él podía llegar a ser demasiado ingenuo en algunas ocasiones.

Desde niño sus padres lo habían criado como un niño que debía tener todo, teniéndolo presente cada vez que maltrataban a alguna de las sirvientas, faltándose el resto entre ellos, peleándose a viva voz y regañando a su hermano mayor cuando este se marchaba un día y volvía cuando se le venía en gana, Taeyong jamás había sido la clase de hermano que era agradable y cariñoso, cuando se veían solía tratarlo con la punta del pie, burlándose de él desde niño.

Se había ido de la casa cuando había cumplido la mayoría de edad, dejándolo completamente solo con sus padres, tiempo después la diabetes provocó que toda la atención de ellos cayera sobre él, sometiéndolo a dieta que los doctores le habían dado, encargándose ellos mismos de hacerla más estricta de lo que era, criticándolo cada vez que podían.

El trato poco afectuoso que siempre había recibido de sus padres lo había vuelto una persona seria y dura la mayor parte del tiempo, menos con una persona; el abuelo Lee siempre había sido más papá que su propio progenitor, lo consentía en todo lo que quería, ni siquiera era capaz de negar que lo prefería mil veces antes que, a sus padres, pero había muerto, y a pesar de que su abuela también era cariñosa con él, simplemente no era lo mismo.

Mucho menos después de su muerte.

Se había ido de casa a sus veinte años, tiempo después de la disputa de su familia paterna por la herencia de su abuelo, o tal vez sus padres lo habían corrido cuando el abogado se había encargado de darles a conocer las palabras de su abuelo, siendo él y su abuela los únicos que habían heredado el dinero y propiedades que este tuvo por su gran esfuerzo.

Sus familiares ni siquiera le dirigían la palabra desde entonces, incluso cuando él los había ayudado cada vez que le habían pedido ayuda financiera, desaparecían por completo luego de eso; había tenido amistades que, así como llegaban se iban luego un tiempo, dejándole claro que realmente no podía confiar en nadie, y aun así, con todas las experiencias desagradables que había tenido durante sus años de vida, se sorprendía de lo bajo que había llegado una persona como Yoo Jimin.

Las palabras con las que había acabado su última llamada telefónica aquél sábado por la noche habían sido llenas de furia y resentimiento, él no le dio la importancia en ese momento.

•Flashback•

—Mi padrastro me golpeo —Explicó la chica a través de la línea telefónica, sollozando débilmente.

—...¿Te encuentras bien? ¿Qué hay de tú mamá? —Quiso saber él algo preocupado.

—No dijo ni hizo nada, es una inservible, me fui de la casa... ¿puedo quedarme contigo?

—N-no... no Jimin, no puedes —Dijo él pasando una mano por su cabello mientras cerraba sus ojos, soltando un pesado suspiro—. Lo que pasó esta tarde, creí que había sido claro, no quiero tener ningún tipo de relación contigo Jimin, lo siento...

—Jeno, tú no sabes de lo que soy capaz, yo te amo, pero te estás comportando como un imbécil, puedo dejarte peor de lo que estás, si no quieres que lo haga entonces tienes que dejar de decir ese tipo de basura...

—Está bien Jimin, haz lo que quieras —Comentó él rodando sus ojos para luego finalizar la llamada, dejando caer su cuerpo sobre la cama.

•Fin Flashback•

Saekki •NoMin• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora