¿Y Si Nos Vemos De Nuevo? (Skrillex & tu) ||Terminada||

#19 New York, New York

-¿Y me lo vienes a decir cuando ya, prácticamente, llegamos al aeropuerto? -Río tratando de calmar un poco la tensión entre nosotros, la sombra de una sonrisa asomándose en sus labios me causó un leve sonrojo, podría quedarme viéndolo todo el día. -Eres un tonto. -Bromeo.

-Soy tu tonto. -Dice tierno, casi se me va el aire por un segundo, mi corazón se acelera y mis mejillas se pintan de un fuerte rojo, escondo mis nervios y demás desviando la mirada. Y así es como doy por iniciada nuestra pequeña mentira.

Luego de cinco horas de viaje y minutos que parecieron eternos mientras esperaba mi maleta, por fin estábamos frente al hotel. Lo que había visto de Nueva York por las ventanillas del taxi me había encantado y no podía esperar para salir y ver más. Estaba cuidando la maleta de Sonny y la mía mientras él sacaba otras dos del baúl. Eran exageradamente grandes para un viaje de una semana, tanto así que

alcancé a preocuparme. Sonny cierra el baúl tras dejar la última maleta en el suelo y le da unos golpecitos al taxi para indicarle al conductor que ya podía irse.

-¿Para qué necesitas tanto equipaje? -Pregunté.

-La maleta que tú tienes lleva mi ropa y las otras, equipo de fotografía. -Explica.

-¿No deberían tener su propio equipo? -

-Y lo tienen, pero me gusta trabajar con lo mío, me siento más cómodo. -Ríe, y toma las maletas para entrar.

Este no era el hotel de la dicha carta. Sonny me dijo que nos quedaríamos aquí hasta el miércoles. Tomó las maletas y entró detrás de él. La recepción era gigante. No me imagino cómo será el otro hotel. Miraba curiosa cada adorno y cuadro que había en las paredes. Parecía sacado de una película. Sus brazos me rodearon desde atrás y apoyó su mandíbula en mi hombro.

-Ya llevaron nuestras maletas, vamos. -Su aliento choca con mi nuca haciéndome sentir cosquillas en la panza.

Me agarra de la mano y sin vacilar entrelaza nuestros dedos. Bueno... será mejor aprovechar esta semana al máximo, ¿Qué más da? El pelinegro aprieta mi mano y acaricia mis nudillos mientras caminamos hacia el elevador. No me suelta en ningún punto del camino hasta la habitación. Había un salón con un sofá, dos sillas, una mesita de centro, una televisión y más al fondo, al lado de la ventana, una mesa de cuatro puestos. Desde allí tenías una excelente vista de la ciudad, sin duda era más hermosa de lo que siempre había imaginado. Sonny va hasta las maletas que estaban a un lado del pequeño sofá.

Entro a la habitación que estaba dividida apenas por una pared en arco. Había dos camas con sábanas color beige y almohadas blancas. Sus brazos rodean mi cintura haciéndome girar por el aire y luego cae en una de las camas conmigo. Apenas tengo tiempo de reaccionar. Río y me acuesto a su lado, mirándolo de frente.

-Te vencí. -Dice un poco agitado, le sonrío y él me devuelve el gesto.

Podría pasarme todo el día admirando la sonrisa de este hombre. Con delicadeza, toma un mechón de cabello que caía sobre mi rostro y lo coloca detrás de mi oreja. Después, desliza su mano hasta mi mejilla y la acaricia suavemente con su pulgar. Instintivamente, inclino un poco más mi cabeza hacia su mano, respondiendo a su caricia. Su mirada se desvía hacia mis labios, y siento que mi respiración se agita, aunque intento mantenerla bajo control. No puedo evitar morderme el labio, mientras mi corazón late más rápido. Necesito reprimir esos sentimientos que están surgiendo dentro de mí.

-No hagas eso, ______. -Dice con voz aterciopelada.

-¿Qué..? -Pregunto algo atontada.

-No te muerdas los labios. -

-Entonces deja de mirarlos. -Digo con unos nervios aparentes.

-Ya que insistes. -

Pone su mano en mi nuca y me acerca a él para unir nuestros labios en un beso tierno que no demoro en responder ¡Por Dios! Adoro sus labios, tímida pongo delicadamente mi mano en su mejilla y la acaricio, Sonny sonríe entre el beso, todo continúa lentamente, como si el mundo no existiera y esa sensación en mi estómago era tan cálida que lo hacía todo aún más perfecto. Nos separamos por falta de aire, Moore une nuestras frentes, así nos quedamos un rato, me acomodé en su pecho y ahí me quedé dormida junto a él, nos habíamos levantado muy temprano y dormir en el avión no es muy cómodo que digamos.