No puedo ni enderezar la espalda porque me duele horrores, hace más de una semana que él Coronel me dejo inconsciente por haberme pateado junto a sus soldados de confianza para que no divulguen la información de los métodos del Coronel para sacar información. Semanas en las que la espalda me duele y me punza todo el tiempo desde que me golpearon.

— Te lo vuelvo a repetir — Suspira cansado caminando de un lado a otro frente a mi — ¿Dónde esta Nerón y Balderik Ricci? — Levanto la cabeza tratando de ignorar el dolor que me recorre en toda la espalda.

— Con tu madre — Digo y enseguida impacta su puño en mi rostro. La mejilla me arde por el golpe, ni siquiera intento volver a levantar la cabeza por el dolor que me esta quemando la piel en todo el cuerpo.

— Muy chistosa — Me toma del mentón nuevamente y me aparta el cabello con brusquedad — Pero al menos mi madre sigue viva ¿sabes? — Trago grueso saboreando el sabor de mi propia sangre — Y mi padre no me ha vendido a la mejor postora — Sonríe con burla — Dime Hela, ¿Qué se siente ser traicionada por tu propio padre y que tu madre muerta no estuviera para defenderte? — Aprieto los labios y no permito que note la vulnerabilidad que me hacen sentir sus palabras — ¿Cómo sería tu vida con tu madre viva? ¿Serías alguien menos importante? ó mejor... ¿Igual te hubiese traicionado también? — Pregunta estando bastante cerca de mi rostro que aquello me hace enfadar y le muerdo la mejilla con tanta fuerza, si él planeaba marcarme como a un animal, yo también.

Lo escucho gritar mientras que el sabor de su sangre llega a mis labios. Me empuja con fuerza haciéndome chillar de dolor cuando mi espalda impacta contra la fría pared de mi celda.

El Coronel se pasa la mano por la herida manchando sus dedos con su propia sangre, al verlo se transforma por completo y vine directo a mi tomándome del cabello y estrellándome contra la pared, a pesar del dolor le sonrío con burla.

— ¿Qué no te gusto la marca de los Ricci? Creí que nuestra relación se basaba en eso, somos tan tóxicos.

— No me provoques Hela Ricci — Me señala amenazante — Probablemente no acabe contigo ahora, pero te aseguro que pasaras tus últimos días gritando de dolor y pensando en que llegue tu hora. Todo esto que te hago no se compara en nada a lo que verdaderamente quiero hacerte siendo solo Gian Lombardi y no el Coronel de Italia — Me suelta alejándose de mi para sacar un pañuelo y pasarlo por su mejilla — Nos vemos mañana — Apaga la luz dejándome en completa oscuridad y el frío no tarda mucho en presentarse para erizarme la piel.

La cabeza me da vueltas ya que no puedo diferenciar en si ahora mismo tengo los ojos abiertos o cerrados. No había ni un rayo de luz en esta pequeña y fría celda.

Trago saliva queriendo aliviar el dolor del estómago por la falta de alimento y agua.

¿Hace cuanto que ingerí algo por última vez? No tengo idea, pero la forma que esta tomando mi cuerpo me dice que ya tiene bastante, supongo por eso las heridas de la piel han tardado demasiado en sanar.

No entiendo porque le esta tomando demasiado tiempo a Balderik para venir por mi, ni siquiera la mafia Rusa ha venido por el Underboss porque de haberlo rescatado supongo ya estaría afuera para concretar la alianza que acordó el Boss con mi padre y es el que me case con el Underboss.

Mi cuerpo comienza a temblar de frío inconscientemente, no puedo ni buscar un rincón para sentir un poco de calor en mi propia piel ya que solo estaba en ropa interior y esta estaba empapada por el cubetazo de agua fría que me hecho el Coronel cuando llegó a pesar de haberme visto despierta y preparada para lo que se venía hoy.

No puedo ni dormir en paz porque los grilletes en las muñecas no me permiten moverme demasiado, el dolor es un martirio en el cuerpo además de que no quiero que el Coronel me agarre desprevenida.

Amor Imposible Where stories live. Discover now