•𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟕•

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 →𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

Cuando despertaron a los demás, les explicaron lo que habían descubierto a través de los dibujos de la pelirroja. Así que se montaron en el coche de la mayor de los Wheeler, y fueron hacia aquella casa. Una vez que se bajaron del coche, la miraron.

—Joder, es la casa de los Monster —comentó Steve.

Entre él y Nancy, comenzaron a quitar los clavos que sujetaban la tabla de madera que impedía llegar a la puerta principal.

—A ver, ¿qué se supone que buscamos en este antro?

—No lo sé. Pero sabemos que esta casa es importante para Vecna —respondió Nancy.

—¿Porque Max la vio en el mundo rojo de la mente de Vecna?

—Básicamente.

—Genial.

—Puede que haya una pista de su ubicación —comentó Sallow—. De por qué ha vuelto, por qué mató a los Creel...

—Y así lo podremos detener antes de que vuelva a por Max —añadió Tyler.

—Pero... No creéis que esté ahí dentro, ¿verdad? —preguntó Lucas.

—Ahora lo sabremos.

—¿Lista? —preguntó Steve, a lo que Nancy asintió con su cabeza. Dejaron caer aquel gigante tablón, logrando levantar una gran cantidad de polvo. Pero al intentar abrir la puerta, no pudieron. Estaba cerrada con llave—. Está cerrada.

—No jodas, Einstein.

—¿Llamo a ver si hay alguien en casa?

—No hace falta —todos miraron a Robin, que tenía un ladrillo en la mano—. Tengo la llave.

Sin pensarlo mucho, tiró el ladrillo hacia la vidriera para romperla. Steve metió la mano, y abrió desde dentro. Aquella casa daba muy mala espina, aunque era lo normal. Blair intentó encender una lámpara que había en el recibidor, pero no había corriente.

—Alguien no ha pagado la factura de la luz —comentó Tyler antes de encender su linterna.

—¿Tenéis linternas?

—¿Es que hay que decírtelo todo? No eres un crío.

—Gracias —dijo Harrington cuando Dustin le dio su mochila.

—Bolsillo de atrás.

—Lo dejaron todo tal cual —mencionó Nancy.

—Supongo que un triple homicidio no ayuda a la venta.

—Eh, tíos —Max captó nuestra atención—. Lo estáis viendo, ¿no? —preguntó refiriéndose al reloj de péndulo.

—Sí.

—Sí.

—¿Este es el que viste en tu visión? —preguntó Wheeler, y la niña asintió con su cabeza.

—Bueno, es... Un simple reloj. ¿No? —Robin se acercó, y limpió el cristal—. Es un reloj normal.

—¿Por qué a ese mago le obsesionan los relojes? ¿Puede que sea relojero o algo así?

—Has resuelto el caso, Steve —respondió Dustin de manera sarcástica.

—Yo creo que... La respuesta está aquí. En alguna parte. Vale, todo el mundo en grupos de dos. Robin, arriba —dijo Nancy.

—Venga, vamos —Max se fue con Lucas, Blair con Tyler y Steve se quedó con Dustin. El mayor comenzó a quejarse porque siempre le tocaba hacer de niñera.

Agápē ||Steve Harrington||Onde as histórias ganham vida. Descobre agora