•𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟑•

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 →𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟓.

—¿Notas el sabor del aire?

—¡Mierda! —al ver a esos guardias, Tyler agarró la mano de su mejor amiga y entraron corriendo en el centro comercial—. Pensaba que nunca iba a tener que cuidarte drogada —comentó la muchacha. Corrieron por los pasillos y se colaron en el cine—. Vosotros dos, os toca vigilar mientras nosotras vamos a por ayuda. No os mováis de aquí, ¿entendido?

—Entendido.

—Vale. Robin, vámonos —Harrington y Buckley se marcharon, dejando a Blair y Steve a cargo de Dustin y Erica, que los sentaron en unas butacas vacías de la sala.

—Ya la habéis oído. Quietos.

—Vale, papá —dijo el mayor, logrando la risa de Blair.

—¿De dónde las has sacado? —preguntó la rubia al ver el paquete de patatas que tenía el chico en sus manos.

—Si te soy sincero, creo que de la basura.

—Joder, qué asco.

—Están buenas.

—¿De qué va la peli?

—No tengo ni idea —reconoció Harrington.

—¿Sabes qué? Tengo mucha sed —ambos se miraron—. Y fuera hay una fuente.

—Pues vamos —se levantaron de sus asientos y salieron de la sala—. Yo primero.

—¡Eh, ha sido idea mía salir!

—La película es una auténtica pasada —Steve acercó su boca al grifo.

—Bueno... No es que le estuviera haciendo mucho caso que digamos. Pero me ha parecido que la madre quería morrearse con su hijo.

—Espera, ¿la tía buena era la madre del prota?

—Sí, estoy segura —dijo totalmente convencida.

—Pero tenían la misma edad.

—No, ha viajado al pasado.

—¿Y por qué se llama Regreso al futuro?

—Él tiene que volver al futuro, porque está en el pasado. Así que el futuro en realidad es el presente de su época.

—¿Qué?

—Me toca a mi —le apartó de la fuente para poder beber ella—. Tu ya has bebido suficiente.

—Eh, Blair. Tienes que ver esto —dio un último trago de agua y se puso a su lado. Ambos miraron al techo—. ¿Lo ves? Es precioso.

—Ala... —dio una vuelta sobre sí misma, que como consecuencia, trajo unas náuseas que hicieron que los dos fueran corriendo al baño a vomitar. En esos instantes, la muchacha agradeció tener el pelo recogido en una coleta, porque sino se hubiera llenado el pelo de vomito. Tras unos minutos infernales, pararon, y ella se tumbó en el suelo—. El techo ya no me da vueltas, ¿y a ti?

—Que fuerte, a mi tampoco. ¿Crees que ya lo hemos vomitado todo?

—No lo sé, pregúntame algo.

—No se me ocurre nada, pregúntame tu.

—A ver... —sabía que no era el momento adecuado, pero lo más probable era que muriesen esa noche—, ¿Qué sientes?

—¿Qué?

—Eso, ¿qué sientes? —unos segundos de silencio hasta que Harrington pasó al otro baño para poder encararla.

—¿A qué viene esa pregunta? —y ahí, la rubia ató cabos.

—No te has dado cuenta, ¿verdad? —preguntó Blair, a lo que Harrington negó.

—¿De qué?

—Joder —la chica se soltó el pelo.

—Blair, estás muy rara.

—¿Cómo coño quieres que esté si dijiste que no estabas con Robin porque seguía en el instituto? —le miró, seria—. Diste a entender que te gusta, y también diste a entender que no funcionaría por el insti, Steve. ¿Pensaste algún momento en cómo podría llegar a sentarme eso?

—Blair...

—La otra noche estuve hablando con tu hermana, cuando durmió en mi casa. Y me dijo que me arriesgase a... —se le entrecortó la voz y rompió el contacto visual—, Que me arriesgase a tirarme a la piscina, pero no sé si puedo hacerlo.

—¿Por qué no puedes?

—¡Porque no tengo nada en claro, Harrington! —exclamó—. No sé lo que tú sientes, nunca hemos hablado de eso. No sé si es que estás conmigo porque te pongo muy cachondo, porque te atraigo o simplemente porque puedo llegar a darte pena —el chico no decía nada, realmente no sabía qué responder, aquello le había pillado de sorpresa—. Necesito que me digas algo, Steve, cualquier cosa —le volvió a mirar fijamente—. Lo que sea, y te juro que me tiro de cabeza a la piscina contigo. Porque por muy raro que te suene me he enamorado de ti, y no he podido evitarlo. Porque lo he hecho por como me has tratado cuando hemos estado a solas, por como le dijiste a Tommy que le matarías si me tocaba, por como me besaste la primera vez, de verte con los chicos y por acordarte de todos los detalles que te he dicho que me gustaban. Has sido mi primera vez en todo. Mi primer amor, mi primer beso de verdad con sentimientos fuertes de por medio y el primer chico con el que me he acostado. Esa noche me sentí plenamente feliz, Harrington, no te imaginas cuánto.

—Blair... —aún sentados en el suelo, se acercó a ella para acunar su cara entre sus manos, y ya de paso secarle un par de lágrimas rebeldes con los pulgares. Sonrió sin mostrar sus dientes—. Eres una chica genial. De verdad te lo digo. Me has enseñado un montón de cosas en muy poco tiempo. ¿Lo del instituto? Eso me importa una mierda, lo puse como excusa para que Dustin cerrase el pico. No podría salir con Robin porque estoy condenadamente enamorado de ti. Y lo estaré hasta el último día de mi vida porque tú me has enseñado lo que es querer sin límites, estar todo el día pensando en una sola persona y querer hablar a todas horas con ella —Sallow puso sus manos en las muñecas de Steve, de nuevo habían establecido contacto visual—. Has sido mi mejor amiga, y lo seguirás siendo pase lo que pase, por el simple hecho de que te quiero, Blair Sallow. Te quiero y me han dado igual las advertencias de Ethan cuando nos conocimos —la chica sollozó y le abrazó, eso era lo que ella necesitaba escuchar—. Y también te digo que este es un momento de mierda para hablar estas cosas.

—Me da exactamente igual el momento. Esto era lo que yo quería oír, lo que quería tener, una seguridad.

—¿Y ahora que la tienes, qué vas a hacer? —la chica sonrió y se separó, lo suficiente para quedar a centímetros de su cara.

—Quererte hasta el fin de mis días y cargar gustosamente con ello, Harrington.

—¿Y eso significa...?

—¿Por qué tengo que decirlo yo? ¡Hazlo tú! Yo he sido la primera en confesarse —Steve se rió y agarró una de las manos de ella.

—Significa que yo también te voy a querer siempre, y... Que estaré encantado de presentarte como mi novia.

—¡Muy bonito todo! —Tyler entró en el baño e interrumpió aquel momento—. Me encanta que mi hermano sea feliz con una chica y que mi mejor amiga sea mi cuñada —se puso de cuclillas delante de ellos—. Pero tenemos que irnos. Porque como nos pillen, nos matan.

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Agápē ||Steve Harrington||Where stories live. Discover now