•𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟗•

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 →𝐇𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬, 𝟏𝟗𝟖𝟔.

El parking de caravanas. Blair iba a ver a Max algunos días durante la semana. Más bien cuando tenía tiempo libre. Era de noche, por lo que debía volver pronto a su casa.

—Hey... —en cuanto la vio, la abrazó dulcemente—, No te he visto hoy en el instituto. Ni en el partido.

—Ya, he estado... En el despacho de la señorita Kelley un rato. Ya sabes —la pelirroja estaba dándole de comer a un perro—. Y sobre lo del partido, no es que tuviera muchas ganas de ir, sinceramente. De hecho Lucas me dio una entrada para ir, pero se la devolví —ambas se sentaron en los escalones del porche de la casa de Mayfield.

—¿Tan mal acabasteis?

—No es eso. Es que... No quiero arrastrarlo al fondo conmigo, ¿sabes? Se merece ser feliz. A mí se me han complicado mucho las cosas últimamente —Blair la abrazó por los hombros—. Pero... Por suerte te he tenido a ti siempre.

—Te lo dije aquella noche, que te cuidaría. Y sé que últimamente no he estado muy pendiente, pero es que entre el trabajo y todo... No me está dando la vida.

—No te preocupes —Max puso una mano en la rodilla de la mayor—. Se agradece que vengas a verme de vez en cuando. ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Claro, lo que quieras.

—Si... Si tu hubieras visto que a tu hermano le pasó lo que a Billy... —a Blair le recorrió un escalofrió con tan solo imaginarlo. No se podía imaginar su vida sin Ethan—. ¿Qué hubieras hecho?

—Supongo que... Me hubiera alejado de todo el mundo. Querría estar sola. Max, no te sientas culpable por eso. Somos tus amigos, y siempre estaremos contigo —en ese momento, escucharon música por los alrededores. Ambas se miraron y vieron que se trataba de la furgoneta de Munson. Al bajarse el chico, se percataron de que no iba solo, sino acompañado de Chrissy Cunningham.

—¿Qué cojones...?

—No... No lo sé —en ese momento, un millón de ideas pasaron por la cabeza de la rubia. Pero sacudió su cabeza, eliminándolas por completo—. Creo que eran amigos antes, querrán ponerse al día.

—Sí... Será eso.

—Bueno, yo me tengo que ir, que sino vuelvo ya mis padres me matan —se levantaron y se dieron un abrazo de despedida—. Si necesitas cualquier cosa, me llamas.

—Lo sé, tranquila —la menor de los Sallow le regaló una sonrisa y se montó en su coche para volver a su casa.

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—Joder, ¡ya voy! —exclamó ante la insistencia de la persona que estaba tocando el timbre—. Me habéis despertado. Eso es motivo de muerte para los dos.

—Necesitamos tu ayuda —el tono de Henderson logró captar la atención de la joven.

—Claro, pasad —los menores entraron y fueron hacia el salón—. ¿Qué ocurre?

—Anoche... Cuando te fuiste pasó algo raro —comenzó a decir Max.

—¿De qué nivel de rareza estamos hablando?

—Eddie se fue a toda prisa en su furgoneta.

—¿Y...?

—Y... Han encontrado a Cunningham muerta esta mañana. En su caravana —un balde de agua fría. Eso sintió.

—Espera, ¿qué?

—¿A que es imposible? —le preguntó Dustin a Blair.

—Vale, ya, pero decían lo mismo sobre Ted Bundy —dijo Maxine—. "Sí, es un tío súper majo, pero luego sale a matar a mujeres los findes."

Agápē ||Steve Harrington||Where stories live. Discover now