Afuera

Capítulo 44

La música estaba más alta de lo normal, se podía vislumbrar a bastantes personas con vasos en las manos, la mayoría de las personas bailando, algunas se limitaban a brincotear o menearse al ritmo de la canción que se escuchaba en ese momento, era una fiesta normal que se estaba llevando, pero había alguien que se encontraba solitaria en la azotea.

Aquella mujer con ojos color miel se encontraba tomando unas cuantas sodas de diferentes sabores que habría comprado de una tienda de conveniencia, debido a que sus padres habían viajado, podía darse la libertad de asistir a aquellas fiestas que usualmente las cubría con mentiras de ir a reuniones caseras y tranquilas en casa de amistades que tenía durante la universidad.

Disfrutaba por la soledad que le brindaba aquel solitario lugar, el poder estar sola tiempo atrás le parecía algo verdaderamente molesto y triste, pero ya había aprendido a hacer las paces consigo misma, había logrado comprender que no sólo su entorno había cambiado, si no que lentamente ella también lo había hecho, ya no pensaba en tantas cosas como solía hacerlo en aquellos momentos que experimentaba constantemente el sentimiento de soledad al estar sola. Pero reconocía que le gustaba estar acompañada para solo centrar su atención en esa persona.

Por ello no le sorprendió mucho cuando observó que una chica conocida se sentó a su lado, quién solía miraba la lejanía tal y como Eva se encontraba haciéndolo en ese preciso momento para después extenderle unas de las sodas que había comprado y aquella mujer de piel cobriza no dijera ni una sola palabra que no duró mucho ya que ella odiaba estar en silencio.

—¿Quieres venir a mi casa?—. Eva sabía el tono sugerente de aquella invitación pero al mirar el rostro de Aurora por primera vez pudo percibir el nerviosismo en su semblante.

—¿Ha pasado algo?—. Dijo Eva sin evadir la invitación pero deseaba saber el nerviosismo de ella—. Además pensé que ya habías regresado con tu exnovio.

—Las cosas no han ido como lo pensé—. Aurora fue sincera con ella mientras comenzaba a contarle, volviendo a cometer el mismo error que había hecho con Elizabeth—. Él se la pasa ignorándome, algo ha pasado que no me quiere decir y le está afectando.

—¿Ya has intentado hablar con él?—. Eva recordó aquella pequeña conversación que había tenido con Elizabeth sobre Aurora—. Lo mejor para saber algo es preguntar.

—No quiere decirme—. Dijo ella repitiendo sus palabras—. Pero sé que algo le sucede.

—Él debe de tener sus razones—. Eva se levantó mientras se sacudía un poco el polvo del sitio en donde ambas estaban sentadas.

—¿Entonces si irás a mi casa?—. Preguntó la chica mientras tomaba la mano de Eva quién simplemente suspiró.

—Ya estas saliendo con él, debes de serle fiel a Jordan—. Dijo Eva pero Aurora la sentó de golpe de regreso—. Sencillamente puedes contar conmigo todo lo que quieras, pero no te ayudaré a ser un cuerno en una relación a la que tu solita te metes.

—Solo será una última vez—. Le suplicó Aurora a Eva quién se dejó caer por aquella aperlada sonrisa que era envidiable—. Después de esto solo amigas, vamos.

Eva se levantó y ambas se dirigieron a casa de Aurora que tan pronto entraron fue un completo huracán de emociones, Eva se había percatado que las cosas con aquella mujer siempre salían a favor de ella, pero por aquellos escenarios, estaba más que dispuesta a dejarse convencer lo suficiente por Aurora. Eva comenzó a besarla como si cuerpo ocupase aquellos besos para poder sobrevivir en el mundo, la ropa comenzó a quedar regalado en el camino al cuarto de la chica.

La mujer de ojos color miel se repetía de forma constante en su cabeza que aquella sería la última vez, que disfrutaría y se dejaría llevar, era lo único que recorría su cabeza, hasta que sus impulsos más carnales salieron al ver a Aurora con el cabello desordenado y con aquellos labios carnosos que fueron objetivo desde la primera vez que le vio. Pero si incluso Eva se repetía eso de forma constante, no fue suficiente.