Capítulo 25

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Ayla observaba como Lucía y Elizabeth hablaban, aquella cercanía le indicaba que algo había pasado en aquella salida, la cual se había enterado por boca de Elizabeth que era lo que había pasado, pero igual quería reafirmar claro el testimonio que Lucía le quisiera dar. En ese momento ella estaba sentada en la aquella pequeña reunión que había en la sala común de los dormitorios y logró visualizar como aquella chica llamada Eva, veía con disgusto aquella escena, incluso si no sabía la situación de aquellas tres , sabía que algo estaba pasando perfectamente y era aquella situación que le agradaba presenciar ya que en su vida no pasaban grandes cosas, vio como Lucía regresaba con algo en sus manos que lo dejó en la mesa.

—Te he traído esto Ayla—. Le dijo la castaña mientras le extendía una gorra nueva con las leyendas del equipo de béisbol masculino de la universidad en donde ambas estudiaban—. No me preguntes en donde la he conseguido, pero sé que te gustan coleccionar cosas de deportes.

—Muchas gracias—. Le dijo con emoción Ayla mientras pensaba en que parte de su habitación colocaría aquella gorra—. ¿Qué te traes con Elizabeth?

—Pues parece ser que algo—. Dijo ella un poco colorada, pero olió algo que hizo que sintiese un poco de asco, por lo que decidió decirle a Ayla—. Iré un momento a solas a la azotea, vuelvo en un rato.

Ayla simplemente asintió y decidió sentarse en un espacio de uno de los sillones que estaban a un lado suyo para esperar a que Lucía regresara, quién corrió a la azotea para respirar un poco de aire fresco, había olido algo que le había dado arcadas y ganas de vomitar, pero al menos el aire fresco evitaba que vomitase, decidió quedarse en un momento viendo el cielo cuando escucho como alguien abrió la puerta, era Eva.

Le extrañó ver aquel semblante en su rostro, ella solía ser muy altanera, pero verla tan desanimada, algo había ocurrido, la última vez que había estado así, fue cuando su padre le quito las mesadas que había reunido un año entero con la excusa que ella no estaba ocupando aquel dinero y que él podría sacarle más provecho.

—Por favor Lucía, permíteme volver a ser parte de tu vida—. Aquella súplica hizo que la castaña alzará sus cejas con sorpresa ya que pensó que quizás le diría otra cosa—. Hice mal las cosas y no tienes una idea de cómo me arrepiento de no haber venido contigo, no sabes cuantas veces me arrepiento de haber dicho que no.

—No sigas haciendo esto Eva—. Le dijo con tristeza ella—. El estar conmigo solo te traerá más problemas a futuro, debes de pensar un poco más al futuro, ¿de qué te servirá estar alrededor mío, si justamente lo que soy es lo que no quieres mostrar al mundo?

—No digas eso, tu no me puedes traer problemas a futuro, si lo dije me arrepiento, en ese momento estaba muy asustada, tome las peores palabras y reaccione muy mal Lucía, lo siento tanto.

—Eva, tú todavía quieres seguir manteniendo la relación con tus padres por lo cual estás en tu derecho, sin embargo sabes que no podrás estar siempre así—. Le dijo ella mientras veía como los ojos de aquella chica se pusieron un poco vidriosos indicándole que quizás aquello le hirió—.¿Lo ves? Si solo mis palabras te hacen mal, mi compañía te hará peor Eva, por favor, no quiero ser responsable de algo que afecte por completo tu vida.

—No me importa—. Dijo con decisión ella mientras le tomaba las manos a Lucía quién se sorprendió por aquel arranque de valentía—. He estado con arrepentimiento desde aquel día, no aguanto que esta sensación en mi pecho que siento cada vez que te veo, por ello te lo pido Lucía, permíteme volver a conocerte.

—Te daré una última oportunidad, pero te advierto, ya no te daré más oportunidades—. Lucía fue débil a los ojos de emoción que Eva soltó, quién la abrazó con emoción, haciendo que por inercia ambas se rieran.

AfueraWhere stories live. Discover now