Capítulo 15

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Era un viernes por la noche, por lo que Thomas sabía que saldría temprano, habían pasado varios días desde que el señor Lucali había vuelto ya, así que él ya no tenía más la responsabilidad de entregarles las pagas al resto de los trabajadores, observó como Lucía se despidió de él tan pronto tomó su sobre por su trabajo semanal y la vio caminar por las oscuras y frías calles de aquel lugar, para poder irse tranquila a casa.

Él sabía que debía de regresar a casa, la suya no estaba tan lejos, se encontraba a unas cuantas cuadras, así que tan pronto recibió su paga, se largó de aquel restaurante para poder llegar a casa a descansar, sabía de una fiesta que habría ese mismo día, sin embargo no se sentía con todos los ánimos del mundo para ir a ser sociable con la gente que se encontrase en aquella fiesta, así que decidió que no iría.

Mientras caminaba a su departamento, pudo ver como se acercaba una motocicleta que conocía, así que saludó desde la distancia con un gran grito a aquella rubia, quién le dio un aventón hasta su casa, incluso si estaba a unas cuantas cuadras, él la invitó a su casa por cortesía, pero le sorprendió que ella aceptase, ya que con frecuencia solía negarle aquellas invitaciones que él solía hacer, ya que la rubia debía de cuidar del taller o de su tío, por ello le extrañó que estuviese por esos rumbos.

Al entrar al departamento de aquel chico, Elizabeth pudo ver el desorden habitual que siempre veía, era un poco desordenado aquel chico, pero le había aceptado la invitación ya que quería comer un poco de buena comida que sabía que él siempre hacía de cenar. Así que ni corta ni perezosa, ella le pidió que si podían cenar juntos, él solo se rio, pero al ver la cara seria de Elizabeth guardó silencio y se dispuso a cocinar el doble de lo que tenía pensado aquella noche, pensando también que al día siguiente tendría que comprar un poco de más de comida para el resto de la siguiente semana.

—¿Por qué estabas por estos rumbos Elizabeth? —. Le preguntó con sumo cuidado aquel chico mientras echaba al sartén aquellos vegetales que recién había cortado —. Pensé que estarías en la fiesta del departamento de ingeniería, ya que siempre sueles ir a las fiestas de la facultad los fines de semana.

—Me invitó una chica pesada que está interesada en mi —. Dijo ella mientras rascaba su barbilla con incomodidad —. Pero sencillamente solo tenía planeado pasarla bien contigo, pero ya que supe que no confirmaste que irías a la fiesta, decidí venir a ver si algo te había pasado, ya que tú también sueles salir a estas fiestas.

—¿En serio solo has venido para pasar el rato conmigo? —. Preguntó él un poco desconfiado ante las respuestas que le acababa de dar aquella teñida, y no era que le creía, solo que era algo muy raro de ella.

—¿Habría otra razón? —. Aquel tono y mirada que le había dado Elizabeth eran conocidas perfectamente por Thomas, quién decidió no seguir preguntando —. Solo vengo a comer buena comida y disfrutar el resto del rato contigo.

Thomas solo suspiró mientras se alejaba a mover aquellas verduras en el sartén que se encontraban cociéndose, le molestaba un poco que Elizabeth fuese un poco enigmática, pero también le molestaba que él siempre quisiese saber el verdadero propósito de las acciones de los demás, sabía que casi nadie en esta vida hacía cosas sin obtención de un propósito, así que él siempre era muy reservado cuando encontraba a alguien así, pero con Elizabeth había sido un poco distinto, tan pronto supieron que ambos jugaban en bandos contrarios, un gran alivio surgió entre los dos, ninguno de los dos tendía problemas de alejarse por la incomodidad de sus orientaciones.

Elizabeth le estaba contando acerca de un cliente hostigador que tuvo aquel día, pensaba que por ella ser una de las empleadas del lugar era nueva y no sabía nada de carros, aquel hecho hizo reír a Thomas, aunque él hubiese trabajado un tiempo en aquel taller, él solo hacía lo que ella le enseñaba a hacer, pero no había aprendido casi nada de refacciones ni mucho menos de modelos de autos, sabía cosas básicas como los cambios y alineaciones de llantas, pero aquellos cambios complicados casi siempre los tomaba Elizabeth que era muy buena en su oficio, ya que todo lo había prendido desde corta edad, y con el tiempo se había especializado en ser muy hábil con los autos.

AfueraWhere stories live. Discover now