Capítulo 27

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En Soho había un hombre que suspiraba por no saber qué hacer y no quería preocupar a Alex. Aquel fornido hombre se mantenía mirando al techo en busca de algún tipo de respuesta que le dijera que era lo mejor que podía hacer en esa situación, sabía que no podía seguir posponiendo las cosas con tanta facilidad como lo había hecho con años anteriores, el haber ignorado sus responsabilidades era una carga que podía aguantar conforme los años pero se había vuelto tan pesada que ya le estaba afectando al punto de llegar a involucrarse a su día a día. Él sabía que eso no estaba bien, sin embargo también sabía que todo eso estaba pasando por decisiones propias.

Algunas veces él deseaba que tuviese un hermano mayor, una persona a la que le pudiese confiar todo, que si incluso la diferencia de edad fuese la mínima, podría confiarle las cosas que le agobiaban y que lo protegería como un hermano mayor. Pero él no contaba con eso, había tenido el infortunio de ser hijo único. Las cosas materiales jamás le habían faltado, su familia era muy bien acomodada, su padre había logrado armar una empresa de maquinaria para árboles, lo cual era un mercado que él dominaba en una zona arbolada en Wyoming, por lo cual él había crecido con la idea y la presión familiar de ser el sucesor de aquella empresa de maquinaria que tantos recursos le había proveído a su familia.

Las cosas habían ido de maravilla ya que él había logrado obtener un trato con su padre antes de que Alex transicionara, él seguiría con la empresa y siendo sucesor de la empresa, si su padre y madre aceptaban que él se casase con Alex, pero las cosas no siempre pasan como se tenían planeado, e incluso sabía que algo estaba pasando con Alex en aquel entonces, pero no le dijo nada.

Los padres de Alex en aquel momento al ver que quién era su hijo de toda la vida, estaba cruzando por una crisis de su género y la incomodidad que sentía por forzarle a ser mujer, decidieron enviarle a vivir un tiempo a Nueva York con una tía suya, sin darse cuenta que el enviarle lejos le permitió conocer mayores historias de diferentes personas que sufrían y pasaron exactamente por lo mismo que él estaba sufriendo por lo cual la transformación que paso fue radical, pero incluso si ahora Alex se había ido, siempre le prometió a Roy que regresaría para estar junto a él.

La primera vez que regresó Alex completamente transformado, renovado y cómodo con él mismo, también fue para Roy una gran sorpresa, sin embargo le abrazó por todo el tiempo que le estuvo esperando. Por supuesto que Roy también se cuestionó en ese momento su sexualidad, ya que realmente él siempre había estado enamorado de mujeres, pero el amor que sentía por Alex trascendía mucho más allá de la identidad que tenía, pero sin importar que, ambos se habían hecho una promesa.

El problema fue que los padres de Roy jamás comprendieron el por qué él había querido casarse con Alex y ahora él era un chico, sabiendo que podría haberse casado con cualquier otra mujer del pueblo, fue en ese momento que tanto el padre como Roy tuvieron una gran disputa verbal y el trato se rompió. Pero la gota que derramó el vaso para cortar la unión familiar que ambos tenían fue que aquel hombre al que había visto como un padre, guía e incluso una persona que admirar, lo miró con decepción, por las palabras que su hijo había dicho.

—¡Yo me casaré con Alex! —- Dijo a los gritos un Roy muchísimo más joven —. ¡No me importa que me llamen maricón!

Pero fue las palabras que le dedicó su padre que le hizo comprender que a él solo lo veían como un simple objeto de sucesión para no perder el capital que aquel hombre se había tardado tanto tiempo en recolectar y que si bien había sido de esfuerzo puro, no quería dejárselo a nadie más que a Roy y en toda su vida había sido presionado por sus padres para que tomaran algún punto de su vida la dirección de aquella empresa.

—En ese caso, te lo quitarán con terapia, para que dejes de ser un desviado.

Fue en ese momento que Roy comprendió que su padre no lo iba a llevar con un psicólogo sino que iría a terapia de conversión, lo cual él no deseaba eso, ya que sabía que simplemente entraría más en conflicto con sus propios pensamientos y que el estar ahí le enseñaría una forma de evadir la realidad que él deseaba vivir para poder ser feliz, y que no iba a ser su felicidad lo que los demás pensaban y deseaban para él.

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