Capítulo 11

48 7 1
                                    

El restaurante Lucali finalmente había cerrado sus puertas, la mayoría de los trabajadores se encontraban exhaustos, el turno vespertino finalmente había terminado, y cada quién podría irse a su casa, pero Lucía no se iría tan temprano esa noche, ya que tendría una cena con Giorgio Lucali, quién era el dueño del lugar.

Él también gerente le había pedido a ella que se quedase a cenar, ya que quería conocer un poco más del personal que trabajaba en su hermética cocina, y que no cualquiera entraba, por supuesto que si incluso aquella invitación le había dado mala espina, Thomas le dijo que era completamente normal, y que cada uno de los que seguían trabajando en la cocina, habían tenido una cena con él, que solo era para preguntarte sobre tu pasado y la razón por la que te encontrabas trabajando para él, para que el pudiese conocer un poco más con los empleados con los que estaba conviviendo en su cocina, y evitarse algún problema a futuro.

Con eso, Lucía se pudo relajarse un poco más, así que decidió ayudar a terminar de guardar los utensilios que habían faltado, y decidió subir por unas escaleras que se encontraban en la parte trasera de aquel restaurante, en donde la planta superior era la casa de aquel viejo hombre; cuyas canas eran bastante visibles, también su piel ayudaba a brindarle aquella apariencia de mucha sabiduría que estaba acompañado con su edad, ella se preguntaba que si el fuese abuelo, pero se dio cuenta que incluso no sabía si tenía hijos, o si se encontraba en algún matrimonio.

El hombre comenzó a recalentar un poco de lasaña que tenía del día anterior, mientras preparaba una ensalada, Lucía se levantó a ayudar a cortar las verduras que aquel hombre estaba lavando con sumo cuidado, no se sentía bien esperar sentada a que aquel hombre viejo le preparase lo que iba a comer gratis aquella noche, así que prefirió ayudarle un poco.

—¿Por qué has decidido trabajar tan lejos de casa?—. Le preguntó Giorgio mientras ella no se detenía de cortar en finas rebanadas aquellas verduras en la tabla de picar—. Me contó Thomas que eres su pequeña hermana, así que asumo que te encuentras en el refugio de aquellos chicos en Soho, en donde se solía quedar él.

—Cualquier oportunidad en la que se pueda obtener dinero es bien bienvenida—. Le respondía Lucía mientras distribuía las verduras en dos trastes para que ambos pudiesen comer ensalada.

—No deberías de contestar así, ya que las personas pueden malinterpretar lo que dices con tus acciones, sean buenas o malas—. Le respondió él con un tono indescifrable para ella, pero el hombre canoso continúo hablando—. Entonces déjame rectificar mi pregunta, ¿Por qué entre todos los lugares tomaste este empleo?

—Quiero saber cómo funciona la cocina , tengo deseos de abrir algún restaurante y pasar horas cocinando, o incluso ser socia de algún restaurante pero seguir cocinando—. Dijo ella con emoción, había pasado un tiempo desde que él había visto a una persona tan comprometida hablando sobre algo que deseaba, le sorprendió observar aquella flama en las palabras de la chica, se vio a sí mismo en aquella chica que si incluso hablaba así debía de tener algún pasado, ya que era muy raro que gente tan joven aceptase trabajos tan duros como al que ella estaba sometida—. Quiero poder estudiar y trabajar sobre eso, aprender más sobre la cocina y poder brindarles un gran sabor a los paladares de las personas.

—Y también debes de entender que algunas veces, no puedes ser sincera con lo que piensas, y transmitir tus deseos como si fuesen simples palabras sin saber quién las está escuchando—. Le dijo él después de apagar la hornilla donde sudaba calentando las cosas que comerían en aquella cena—. Debes de ser envidiosa sobre las cosas que quieres, pero sin pisotear a nadie, pero reservarlas hasta el final, y cuando finalmente las alcances, puedes agradecer por ellas y quizás presumir con tus más allegados, ya que puedes encontrarte a gente en tu camino que quiera exactamente o al go muy parecido a lo que tú quieres, si la oportunidad se presenta para ambos, no dudarán en tirarte debajo del tren incluso si son conscientes de que es el sueño de ambos.

AfueraWhere stories live. Discover now