Capítulo 3: Belleza de jade

1.3K 270 128
                                    

Xiahou Lian no estaba acostumbrado a su nueva cama, por lo que no pudo dormir bien. Se levantó al amanecer y abrió la puerta para ver que la luz de la habitación de Xie Jinglan estaba encendida. Xiahou Lian llevó una taza de té y vio que Xie Jinglan estaba sentado en su escritorio, sosteniendo un pergamino, y que la vela de su escritorio estaba casi quemada hasta el fondo.

Este tipo no leyó toda la noche sin cerrar los ojos, ¿verdad?

La suposición de Xiahou Lian era correcta; Xie Jinglan había estado sentado allí toda la noche. A los libros que había recogido en el pasado les faltaban páginas o esquinas, o estaban llenos de anotaciones desordenadas y sin sentido de Xie Jingtao, así que esta era la primera vez que conseguía un pergamino tan bueno. Había leído toda la noche, saboreando las partes que entendía mientras memorizaba rigurosamente las que no, terminando la mayor parte del libro.

Era como una persona pobre, hambrienta y sedienta en una llovizna tras un largo periodo de sequía. Prácticamente quería tragarse todo el libro.

Xiahou Lian no se atrevió a molestarlo, así que salió lentamente de la habitación y fue a la cocina a por una bandeja. Llevó la bandeja de un lado a otro, fingiendo ser un sirviente ocupado mientras se paseaba por la mansión.

La primera tarea de un buen asesino era familiarizarse con el terreno y planear el mejor asesinato y la mejor ruta de escape.

Cuando era más joven, acompañaba a su madre por la montaña y la seguía mientras inspeccionaba sus alrededores. Aunque tenía mapas que le habían proporcionado los espías de Garan, su madre siempre quería recorrer personalmente las calles, las zanjas, los pozos y los almacenes secretos.

La Mansión Xie era muy grande, por lo menos cinco veces el tamaño de Garan. Xiahou Lian caminó durante mucho tiempo hasta llegar al muro exterior, y al ver que no había nadie alrededor, trepó por él. Justo cuando aterrizó, una gran mano le cubrió la boca y lo levantó. Xiahou Lian se dio la vuelta para ver que en realidad era el tío Duan, al que no había visto en mucho tiempo.

Xiahou Lian se emocionó, ya que el tío Duan debía haber venido a asignarle una misión.

—Mocoso, ¿aún no te han castigado ahí dentro? Mírate, eres como un mono, y no puedes comportarte ni siquiera cuando te has convertido en un sirviente. —El tío Duan le dio unos cuantos bollos al vapor para comer y él mismo se encendió un cigarrillo, abriendo la boca para expulsar varios anillos de humo flotantes.

—Tío, date prisa y dime a quién debo asesinar. ¡Garantizo que lo haré de forma limpia y hermosa!

—¿Crees que un debilucho como tú puede asesinar a alguien? Sería bueno que te mantuvieras con vida. Compórtate allí y no te metas en problemas. Tengo algo que hacer, así que tendré que ir a Zhili del Norte. Tu madre fue a las Regiones Occidentales, y sólo regresará después de más de medio año. Quédate aquí, y si hay problemas, busca a un anciano de la mansión que lleve leña —le exhortó el tío Duan mientras le daba dos taeles de plata.

Xiahou Lian finalmente entendió, y dijo enojado: 

—De ninguna manera, ¿no dijiste que si tenía éxito esta vez colgarías una placa para mí? Resulta que simplemente has encontrado un lugar para que me quede y no te estorbe.

—¿Qué quieres decir con colgar una placa? Eres como una prostituta en un burdel, ¿crees que colgar una placa te hará mejor? Con tu torpeza, ni siquiera te acercarás a alguien antes de que te rebanen. —El tío Duan le pinchó la cabeza—. Mocoso, esto es por tu bien, ¿crees que es muy fácil estar en nuestra línea de trabajo?

—Quiero ser como mi madre, ¡un poderoso asesino al que todos temen!

El tío Duan sacudió la cabeza y miró a Xiahou Lian durante un rato antes de suspirar.

El gobernador está enfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora