Una luz de esperanza

Temporada 2 capítulo 13

Luego de un par de aburridas semanas en las que Gaara me puso la dichosa crema 3 veces al día me dieron el alta, pero que tuviera cuidado.

Esta misma tarde nos íbamos a ir a la tierra de la ciudad dentro del volcán, o eso dijo el Kazekage.

De cierta manera me da curiosidad cómo hicieron una ciudad dentro de un volcán sin que nadie se la haya topado. La de la tierra estaba bajo la arena al menos.

Dejé todo lo que indicaba que era un Hokage y esperé por él en la oficina.

Había planeado todo para que nadie se diera cuenta de nuestra "desaparición" hasta que ya fuera demasiado tarde, pero para eso mi acompañante tenía que llegar pronto.

La puerta se abrió y el sonido de la arena moviéndose junto a los pasos ya me indicó de quién se trataba.

Lo seguí en silencio y con calma. En este momento los ninjas que cuidan la mansión se dividen en dos, los que almuerzan y los que vigilan desde arriba.

El plan es que cuando salgamos nos quedaremos justo debajo del techo para que no puedan vernos mientras nos llevo bajo tierra para después dirigirnos al noreste.

Dicho y hecho volvimos a elevarnos varios metros lejos de la aldea.

-Bien, ahora debemos ir sobre la tierra para poder ubicarnos -aseguró tomando mi mano.

-¿No crees peligroso que vayas así como así caminando en el bosque con un ciego? -cuestioné.

-Tú y yo sabemos que si alguien se atreve a atacarnos, tu condición de ceguera no será impedimento para partirle la cara -afirmó.

-¿Por qué te quedaste en Konoha? ¿Por qué no volviste a tu aldea y ahora me acompañas? -era una duda genuina que tenía desde que insistió en ir.

-Porque quiero estar ahí para tí -apretó el agarre de nuestras manos -quiero poder ayudarte y apoyarte cuando me necesites.

-¿Aunque tenga mi cuerpo sucio y cubierto de cicatrices?

Él paró de caminar y me abrazó.

-Lo único que me molesta e importa de eso es que no pude evitarlo -aseguró -sigamos, queda una larga caminata.

Volvió a tomar mi mano y retomamos el camino.

-Si quieres, puedo llevarnos más rápido sobre la tierra -sugerí.

-¿Te lastimarías? -preguntó serio.

-No, es un movimiento bastante corto -mencioné.

-Entonces, está bien.

Aguantando la punzada que me dió el mover mi tronco superior mientras dejaba estático el inferior separé la placa y nos elevé.

-Necesitaré que me guíes -le avisé.

El ambiente siguió denso por algunas horas.

¿Por qué está molesto ahora?

Es extraño, a veces es cariñoso y amable, mientras que en cualquier momento se molesta, no te dice nada y no puedes saber qué hiciste mal.

Este será un largo viaje si eso no cambia.

-Llegamos -avisó para yo bajarnos lentamente hasta chocar con el piso inclinado -la entrada al volcán está por acá -volvío a tomar mi mano para llevarme hasta el borde.

Me arrepentí de seguir con vendas ya que hacía muchísimo calor.

-¿Sabes manejar lava? -cuestionó.

-Muy poco -aseguré.

Solo la he movido, pero jamás había llegado a manipular su composición sin la ayuda de otro elemento.

-Entonces tendremos un problema -afirmó.

-¿Por qué? -pregunté dudoso.

-Todas las bajadas a la ciudad son de lava -aclaró.

-Bueno, ese sí es un problema -mencioné -pero, ningún elemental o humano puede tocar lava sin sufrir quemaduras muy graves. Incluso el calor los tuvo que haber matado...

¡Por eso pensaron que nadie se acercaría al volcán!

Es bastante inteligente, pero francamente imposible que ellos puedan.

-En tu duelo con Shikamaru en los exámenes -llamó mi atención -hiciste una armadura y la envolviste en fuego, ¿No podrías hacernos una igual?

-Las altas temperaturas nos matarían igualmente, en esa oportunidad por poco me desmayo luego de unos minutos tratando de evitarlo -comenté.

-Pero...

Una voz chillona cantando lo interrumpió por lo que volteó a ver y yo me concentré en sentir quién era.

Debo volver a agarrar la costumbre de esto.

-Pensé que habías dicho que todos tenían el pelo blanco -recordó.

-Lo tienen -afirmé.

-Ella lo tiene rojo completamente -avisó dejándome desconcertado.

¿Qué haría una niña al borde de un volcán si no es una elemental?

-¡Melody! -se acercó corriendo una chica un poco más baja que nosotros.

La pequeña estaba jugando con los zapatos de Gaara.

-Lo lamentamos mucho, tuvimos que haberla vigilado mejor -me concentré más, pero solo estaba ella y la niña ¿Por qué habla en plural?

-No hay problema -afirmé -disculpa, somos visitantes de la ciudad debajo del río y queríamos cómo podríamos bajar a la ciudad.

-Oh, Zelyn sabe cómo hacer eso -esperé que dijera quién era, o dónde le encontrábamos, pero al parecer ese no iba a ser el caso.

-¡Tienen suerte! Justo llevamos brazaletes extra. A Melody le está saliendo su primer diente y ya ha roto 3 -dijo la misma chica con un tono diferente de voz -se ponen en las muñecas, tobillos y el cuello, crean un escudo protector de ambientes hostiles.

Me entregó 5 aros, pero al ponerme los artefactos los dejé de sentir en mi piel, pero ya no tenía calor.

-Debemos llevarlos con nuestro hermano, él sabe sobre estos temas de turistas y lo que deben hacer -otro tono...

-Disculpa las molestias, pero, ¿Cómo vamos a bajar por la lava? -preguntó mi amigo.

-¡Muy sencillo! Usaremos una balsa -¿Qué?

-¿Una balsa nos llevará por la lava? -trató de asegurar que había escuchado bien.

-Exacto, la nuestra es un modelo algo antiguo, pero sirve para su propósito -afirmó.

-Son varios metros de caída libre -mencioné tomando en cuenta que probablemente habían edificios.

-Son 200 kilómetros mínimo de profundidad, ya que a esa altura se forma el magma -volvío a cambiar.

Casi me atraganté con mi propia saliva al escuchar semejante número. Sería dos veces la altura del sapo de Jiraiya.

La chica tomó a Melody en sus brazos y nos dirigió por el borde del volcán hasta un río de lava.

-Por cierto, ¿Cómo te llamas? -pregunté curioso.

-Somos Zelyn, Jun, Aelin, Milua, Fian y ella en nuestra hermanita -declaró.

¡Hola!

Espero que se encuentren lo mejor posible y que les haya gustado el capítulo.

Lamento que solo sea uno, pero esta semana no me he sentido muy bien y he tenido cosas que hacer.

¡Nos leemos luego!