Capítulo 65

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Le había comentado todo el plan de acción, también parecía sorprendida por lo que pasaba frente a nuestras narices sin darnos cuenta. Aunque ninguno de nosotros tenga el suficiente tiempo libre para pasear por la ciudad.

Tía Nade estaba en una conferencia con los ninjas que serían parte del equipo junto a los voluntarios. No me agrada que me haya dejado afuera, pero supongo que no les agradará que les recorten los sueldos, por lo que no me quejo.

Al salir pude apreciar varías caras molestas, pero me concentré en la última que salió.

-No les agradó el recorte temporal -asumí -¿Cuál es el primer equipo de exploración? Voy a unirme a...

-No -declaró -tú te quedarás aquí y cuidarás de los niños que vayan viniendo, no te quiero dónde pueden haber maltratos y cosas horribles.

-Pero fue mí idea...

-No importa. No solo estás herido físicamente como para tener problemas si una pelea se presenta, estás débil por no alimentarte y hay algunas cosas que pueden traer malos recuerdos a tu mente. Eres bueno con los niños, es un trabajo seguro y deberás comer con ellos. Te quedarás aquí -aseguró.

-Pero yo...

-Nada de "peros". Es una orden como tú tutora -sin dejarme decir nada, se fué.

No pude hacer nada más que suspirar, después de todo tenía algo de razón.

A los pocos minutos a la sala especial que habían dejado llegó el primer niño con los ojos bien abiertos y respirando de manera agitada.

-Hola -le saludé con una sonrisa, este solamente se espantó, el pequeño apenas tenía unos 4 años.

Noté que afirmaba fuertemente un juguete de una galletita con ojos.

-¿Te gusta cocinar? -el pequeño asintió, al menos entiende lo que digo -¿Te gustaría cocinar conmigo? Van a llegar más niños y deben tener hambre.

Esa idea parecía haberle gustado, ya que se paró como pudo y tomó mi mano.

Por suerte había una cocina apartada para poder cocinarle a los pequeños, por lo que le acerqué una silla y con algo de dificultad se subió.

Cocinamos pasta desde cero, fue algo tardado, pero el pequeñín parecía disfrutarlo.

Antes de preparar la salsa que acompañaría el platillo puse "I'm still standing" de Elton John.

Al pequeño le sorprendió, pero al verme cantar sonrió y comenzó a menearse un poco.

Justo cuando terminamos llegó un grupo de 7 niños más.

Con el que cocinaba ahora tenía una amplia sonrisa y respiraba más calmado.

Los otros niños parecían apagados o tristes, pero al menos comieron lo que preparamos.

No los culpó ni mucho menos, deben venir de situaciones muy difíciles. ¿Qué puedo hacer para animarlos?

Extrañamente todos parecían de más o menos la misma edad, lo cual tiene sentido si los hermanos mayores fueron con los adultos o al hospital.

Deben estar asustados por ser sacados de sus casas de esta manera, pero ¿Qué puedo hacer?

¿Qué puedo hacer?

¿Qué podemos hacer?

No me mires a mí.

Unas campanas me llamaron la atención, una bebé estaba tratando de sacar un tren entre los juguetes.

Otro niños comenzó a mover la cabeza al ritmo de la música...

¡Música!

Me quité el cabestrillo dejando solo un yeso para mí brazo y me paré frente a todos tratando de parecer lo más animado posible.

-¡¿Quién está listo para bailar?! -pregunté con una sonrisa -¡Ustedes! -tomé al que movía su cabeza y al que me ayudó a cocinar -presentence y digan qué paso de baile quieren hacer.

-Me llamo Gregory y no sé qué paso hacer -habló con una pequeña sonrisa el primero en llegar.

-Pues yo soy Masaru y podríamos hacer "el torbellino" -habló firme.

-¿El torbellino? -se acercó la chica con el tren de juguete.

-¡Sí! Eres un torbellino de agua que baña toda la aldea -empezó su relato sobre el paso de baile y los demás niños se acercaron.

De inmediato puse la canción perfecta, "You spin me round" de "Dead or alive".

A medida que pasaban las canciones cada quien bailaba como quería.

Sus risas eran muy contagiosas, de cierta manera era muy satisfactorio hacerlos reír.

Luego de que se animaran comenzaron los juegos. Los 8 niños eran un equipo y debían protegerme del malvado dragón de metal (uno que yo controlaba).

Todos tomaron distintos juguetes y trataban de rescatarme, pero no sé los dejaría tan fácil.

Pude apreciar como todos de juntaron y susurraban cosas.

Iba a detener el juego para saber qué pasaba, pero me sorprendieron cuando tomaron las cajas que tenían juguetes y se las pusieron en las cabezas para correr hacia mí.

Un grupo se detuvo con el dragón y el otro pasó pegado al suelo entre sus patas para llegar hasta donde yo estaba.

-Te salvaremos -declaró una pequeña de nombre Olivia.

Mei me puso la caja de juguetes en la cabeza y gritó algo para luego arrastrarme junto a los demás hasta el otro lado del cuarto.

-¡Salvamos a Lord Tn! -afirmaron victoriosos.

-¡Me salvaron! -me uní a los gritos de victoria y desarmé el dragón para hacerlo una pequeña torre.

-¡Todos al castillo! -animó Kito.

Todos corrimos hasta allá y celebramos el triunfo.

Podía ver cómo algunos bostezaban, es cierto, aún toman siestas.

Busqué en un armario sacos de dormir, cada quién tomó uno, yo saqué una manta y una almohada. Me iba a apoyar para esperar a que despertaran cuando todos se me acercaron y me rodearon.

-¿Podemos dormir con usted? -preguntó Gregory tímido.

-Claro -dije sin dudar.

Muchos se apoyaron en mí y el resto tomó uno de los dedos de mis manos con todo el cuidado que podían para no tocar el yeso.

Se durmieron rápidamente, parecían más calmados.

Espero que esto les ayude, realmente quiero darles un futuro mejor a estos pequeños.

Sentía como mis párpados pesaban y mi respiración se calmaba. Pude liberar mi mano buena para guardar mis lentes de contacto, pero cuando la apoyé nuevamente en el piso fue sujetada de nuevo.

Al final fue inevitable no dormirse, estos niños son lo mejor que le pudo ocurrir a la aldea, estoy feliz que les agrade.

Una luz de esperanzaWhere stories live. Discover now