Capítulo 16

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-¡¿Alguien aquí se llama Tsunade?! -tres semanas. Tres malditas semanas buscando a la vieja esta. Ya perdí la cuenta de los bares a los que hemos ido.

-¿Quién la busca? -habló una señora con la voz algo grave.

-Lady Tsunade... -escuché a la chica a su lado susurrarle.

-¡Al fin la encontramos! -exclamé victorioso.

-¿Qué quieres mocoso? -se puso en frente mío.

-Quiero que te quedes un tiempo en esta ciudad y que tú o tu amiga le enseñen a Saku -declaré.

Ella se rió, su acompañante parecía menos soberbia.

-Debo admitir que tienes agallas, pero eso es estúpido -se iba a retirar del local, pero la detuve.

-¿Y si apostamos? -sugerí, gracias a su adicción a las apuestas, es obvio que dirá que sí.

-¿Y qué apostaríamos? -cuestionó ya detenida.

-Si gano, haces lo que te pedí, si pierdo, haré lo que pidas una semana -no iba a apostar dinero, eso sería muy estúpido. Tanto si pierdo, como si gano les doy una semana de ella aquí a Naruto y el viejo.

-Bien... ¿Qué jugaremos? -ahora sí parecía interesada.

Saku se puso a conversar con su acompañante.

-Un combate, a las afueras de la ciudad -mis propuesta se ganó otra burla.

-Te aplastaré con un dedo niño -se jactó.

-Si tú lo dices... Te parece que si me derrotas con uno o dos dedos, tú ganas, si te hago usar más o la mano, yo gano -la soberbia le jugará muy en contra.

-Trato -afirmó ella.

Tanto nuestras amigas como nuestras compañeras animales nos siguieron a afueras de la ciudad.

-Niño, te arrepentirás de haberme retado -se rió ya victoriosa.

-Ya veremos si me arrepiento -le contesté retador.

Ella estaba esperando que me moviera, lo cual ya me indica que sus ataques son físicos, puede usar mi propia energía cinética contra mí.

Lo bueno es que no es algo como Shika.

Como ya es costumbre, me puse una armadura. Si esta chica hace ataques físicos y es considerada para ser Hokage, debo protegerme.

Le lancé discos de piedra, primero debo medir la fuerza que es capaz de ejercer.

Le lanzaba cada uno más grande que el anterior, pero todos eran pulverizados.

-¿Eso es todo? -cuestionó divertida.

Mientras mandaba otro me posicioné bajó tierra, mientras que dejé la armadura allí.

Tengo que moverme rápido, si me canso será mi fin.

Salí detrás de ella y con una patada envuelta en piedra la mandé cerca de una roca.

-¡Eso es trampa! -reclamó.

Usé una tabla para moverme a su alrededor creando así un espacio limitado para que se moviera.

Creé otra armadura y me deslicé por el lado de la tabla.

Corrí hasta un río cercano y con todo el agua que pude cargar congelé todo el interior del cerco que creó la tabla.

Tsunade rompió gran parte de este y una pared con el puño.

Debo admitir que es formidable.

-Ya verás cuando te atrape mocoso -comenzó a correr molesta hacia mí.

-Lo que ví es que usaste la mano -se detuvo en seco -yo gané la apuesta.

-No eres tan inútil como pensé -soltó a regañadientes.

-Y tu soberbia está algo justificada -admití.

-Vengan, ya provocamos mucho desastre por hoy -declaró.

Saku salió corriendo a abrazarme.

-¡No esperaba menos de tí! -me felicitó.

-Hola, tú amiga tiene razón -la apoyó la otra chica.

-Muchas gracias...

-Shizune.

-Gracias Shizune, me llamo Tn y ella es mi amiga Sakura -nos presenté.

-Supongo que yo te enseñaré -le dijo a Saku -no creo que la señorita quiera hacerlo por ahora.

Ambas se fueron y yo alcancé a Tsunade.

-¿Qué me cuentas? -traté de sacar un tema de conversación.

-Necesito un trago -declaró.

-Te acompaño, yo quiero un jugo de frambuesa -le sonreí feliz.

Pude escuchar como suspiraba resignada.

-De acuerdo.

Llegamos y cada quién pidió lo suyo.

-Eres un elemental, ¿Verdad? -eso me tomó desprevenido y casi escupo mi jugo.

-¿Cómo...? -pregunté incrédulo.

-Una vez conocí a una chica de ese clan, Mika, no sé si sabes quién es... -esta señora conoció a mi madre.

-¿Cómo conociste a mi mamá Mika? -le pregunté algo agresivo.

-¿Tú mamá? Eso explica muchas cosas... -¿Qué tan borracha está?

-Le hice una pregunta -le recordé.

-Relájate, la conocí cuando fuí a una misión, querían que fuéramos a proteger una aldea de los "peligrosos monstruos del bosque" nos encontramos con que era tu Clan, ellos aceptaron no volver a molestar a las personas que entraran sin permiso y nos fuimos -explicó -¿Cómo está?

-Murió -le respondí.

Se incorporó rápido, a pesar de estar intoxicada.

-¿Murió? -cuestionó.

-Sí, junto con todo mi clan. Soy el último que queda -le expliqué.

-Lo siento -me "reconfortó" -te entiendo, yo también perdí a personas importa para mí.

Esta charla me bajoneó, pero era agradable de cierta manera.

-Por los que ya no están -levanté mi vaso.

-Por los que ya no están -repitió y chocó el mío.

Luego de varios temas de conversación y una que otra burla por su falta de reflejos fuimos a dónde se estaban quedando.

-¿Eres un ninja de la aldea de la hoja? -preguntó mientras entrabamos.

-Sí, el tercer Hokage me quería en sus líneas -expliqué.

-Tiene lógica -mencionó.

-¡Que bueno que llegaron! -exclamaron ambas chicas mientras que Nami me langueteaba la cara.

Lo mejor del sitio es que tenía el piso de piedra.

-Shizune, nos quedaremos aquí más de lo esperado, tú te encargarás de enseñarle a la chica, si aprende todo, yo le enseñaré -declaró -mientras, Tn me va a acompañar.

Tsunade ya me había hablado de eso, no tenía nada más que hacer y podría aprender algo de mi madre Mika en el camino.

-Está bien Lady Tsunade -la chica sonaba muy feliz.

-Vamos, es hora de comer y luego a descansar, sobretodo tú, niña -le "sugirió" a Saku.

Yo las seguí con Namika al lado, o eso hasta que se fue a jugar con lo que parecía ser un cerdito.

Bien Naruto, te conseguí bastante tiempo. Espero que con tu gran poder de convencimiento logres persuadirla para que acepte ser Hokage.

Una luz de esperanzaWhere stories live. Discover now