Capítulo 36

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-Aún no estoy listo, apenas puedo con los pedazos que me traes. ¿Conoces a alguien que sepa manejar el cuarzo? -le pregunté.

-¡No! -declaró rotundamente -Hirashi es la única persona que conozco ya que su papá le obligó a practicar, pero no hay que meterle en esto.

-Miraiya, sé que no quieres, pero si queremos salvarle es la única opción -le expliqué -yo no tengo problemas en morir aquí, pero tú misma dijiste que le harán daño si se enteran que existo.

-Si realmente no te importa, voy a llevarme a Hira y mis hermanos. Igualmente la aldea del agua les informará de tí -se iba a ir, creo que es momento de decirle toda la verdad.

-No lo sabrán por ellos -pude escuchar cómo se detuvo -toda la aldea del agua fue extinta, solo quedo yo. Tú sabes lo que pasará si saben que solo estoy yo...

-Serás usado como base para una nueva aldea y te obligarán a tener hijos en tanto tu cuerpo lo permita -suspiró -está bien, traeré a Hirashi y junto a mis hermanos escaparemos, pero tú te encargas de los trámites de la aldea humana, parece que te llevas bien con ellos.

-¿Puede ser en dos días? -le pregunté -un amigo desea volver a casa.

-Nadie más, ¿Quedó claro?

-No hay problema -respondí justo antes que se fuera.

Pasó un tiempo más y seguí practicando con el pequeño pedazo de material.

Les heridas ardían, pero me comenzaba a acostumbrar.

-Hola de nuevo -un escalofrío recorrió mi espalda, esa es la voz de mi tío.

Aún no pasa el día, o eso creo. Llegó muy rápido.

-Les comenté a mis amigos  sobre tí y estaban ansiosos de verte. El jefe ya dió su permiso para que se puedan quedar aquí hasta tu siguiente comida. La única regla es que todo lo tape tu ropa, parece que no quiere que alguien se entere -¿Tanto?

Comencé a escuchar muchos pasos y eso me desesperó.

Podía sentir una mano tocando mi pierna y levantando mi ropa.

Escupí tanto fuego como pude, pero solo gané que me taparan la boca con una especie de bozal.

Mi corazón latía rápido, presentía lo peor.

Habían dos lenguas lamiendo mi cuello, me daba tanto asco.

Pude sentir cómo me hicieron una herida en la zona para luego lamerla.

-Bien, estás en buenas manos -"afirmó" mi tío antes de abandonar el cuarto.

Las heridas las hacían en muchas partes del cuerpo, sobretodo el abdomen y la espalda.

Trataba de pensar en algo para salir, para que se alejen, pero mi mente estaba bloqueada ante los estraños sonidos que hacían.

Cuando me iba a dar por vencido una idea pasó por mi cabeza, ¡El pedazo de cuarzo!

Con desesperación lo levanté con la cabeza y traté de moverlo a mi alrededor, no sé dónde están, solo veo manchas y los ojos me pican, pero espero que eso los aleje.

-Que ternura -escuché en mi oído.

¿No logré apartarlos? Mi angustia no hacía más que subir. ¿Todo esto por existir?

Alguien me levantó la polera y me la puso en el cuello. No podía hacer más que tiritar.

Traté de gritar pero el bozal no me dejaba.

Ya tenía muchas heridas lamidas, me daba tanto asco.

Alguien tenía su lengua en mi trozo y, no sé si la misma persona, metía mi mano por de bajo de mi parte baja.

Otro sujeto estaba "entretenido" en mi oreja y jugaba con mi cabeza.

Dos desconocidos estaban en mis piernas, las abrazaban y hacían una especie de masaje.

Ya no trataba de luchar, simplemente quería olvidar todo al salir de aquí.

Algo cayó yo y los sujetos gritaron, al parecer no eran solo hombres.

Las puertas se abrieron y cerraron rápido, unos pasos caminaron con fuerza hacia mí.

Ya no me esperaba nada, solo estaba dispuesto a aguantar lo que sea que esté ente quiera hacer.

Para mí sorpresa me llevé un abrazo, me puso la camisa de vuelta en su lugar, me quitó el bozal y volvió a abrazarme.

-Tn... -era la voz de Hira. Me estrechó entre sus brazos con fuerza, con más de lo que alguien había hecho -Mira me dijo que estabas aquí y que escaparíamos en dos días, pero quería saber cómo te encontrabas -su voz estaba quebrada -lamento tanto no haber llegado antes.

-No te preocupes -traté de calmarle ya que estaba llorando -estoy bien.

Para mí sorpresa me dió un golpe en la mejilla.

-¡¿Cómo se te ocurre decir semejante estupidez?! Es imposible que estés bien -me gritó -las cosas que te hicieron... Y esos cortes en tu cuerpo, muchos se están infectando, estás muy flaco también, yo... -suspiró -entiendo si no quieres hablar de esto, por algún extraño motivo. Me quedaré arriba en las ventilaciones vigilando que no vuelvan a entrar, Miraiya se puede encargar de los preparativos sola, no te voy a dejar solo aquí. ¿A qué mounstro se le pudo haber ocurrido hacerte eso?

No sabía si decirle, abrí los ojos, pero solo era una mancha más en el universo.

Comenzó a limpiarme con lo que olía, a nada, por lo que seguramente es agua.

-¿Sabes de control del agua? -cuestioné

-Tía Mika me enseñó lo básico la última vez que vino -hubo un pequeño silencio -¿Qué te pasó? Tus ojos volvieron a ser pálidos.

-La misma persona que me capturó y trajo a esos sujetos me puso unas amebas que me están comiendo los ojos, de manera resumida -le expliqué.

-¡¿Quién es?! En tanto lo vea lo meteré en la cámara 9 y lo pondré en "extra lento" -declaró con fuerza -¿Sabes su nombre? -me preguntó -así lo puedo buscar para que pague por esto.

-No vas a querer saberlo -le advertí.

-Sí quiero, eres mi primo, no, eres una persona y esa cosa se atrevió a hacerle algo tan horrible a un ser vivo -tenía mucha seguridad en su voz, pero no encontraba correcto, ya tiene una imagen no tan buena de su papá por mi culpa -Tn, ¿Me lo dirás si prometo que no me va a afectar sea quién sea? Solo quiero que reciba su castigo, lo que te hizo podría hacerlo a alguien más.

-Es tu papá -solté. Tenía razón en eso, podría lastimar a alguien más.

Hubo un largo silencio.

¡Hola!

Espero que se encuentren lo mejor posible y que les haya gustado el capítulo.

Gracias por estar aquí y leer esta historia 💙

¡Nos leemos luego!

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