Las apariencias engañan - wandanat / scarletwidow

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Wanda llevaba cuatro dias sin salir de casa excepto para lo que era estrictamente necesario. Natasha estaba paralelamente en su casa haciendo lo mismo. Si no tenían que salir para nada, se la pasaban vagando como almas en pena por sus habitaciones.

Natasha había intentado por todos los medios contactar con Wanda, llamándola, enviandole miles de mensajes disculpándose... Pero nunca obtenía respuesta alguna. Tenía claro que se merecía que Wanda no quisiera verla ni saber de ella, jamás la había cagado tanto con alguien que era importante para ella, y le dolía mucho haberlo hecho.

Por muy egoísta que suene, necesitaba urgentemente hablar con ella. Pero hablar en serio, con tranquilidad y sobre todo, con la verdad por delante. Solo que no sabía como hacerlo si no podía contactar con ella, ni querría verle el pelo.

Clint le dijo que algunas personas de su equipo, conscientes de que hubo algún problema entre ambas chicas, habían propuesto la posibilidad de un cambio en el equipo de estilismo de Natasha. En otras palabras, sustituir a Wanda o prescindir de ella. Natasha se negó rotundamente al momento, lo último que quería era arruinar también su trabajo. Se le pasó por la cabeza que tal vez haya sido Wanda la que ha pedido irse, pero Clint le aseguró que no le habían comentado que nada fuese de parte suya, que el equipo había pensado eso por su cuenta y solo por la comodidad de la artista. Estaba claro que no sabían nada sobre con qué o quién se sentía cómoda si nunca le preguntaron sobre ello.

Esa mañana Natasha tomó su móvil para despejarse un poco entrando a sus redes sociales. Entonces se le ocurrió una idea que pensó que tal vez podría servir de algo.

Fue a por su guitarra y la llevó al salón sentándose en el sofá con las piernas cruzadas y la guitarra sobre ellas. Encendió la cámara del móvil y lo colocó sobre la mesa apoyado en un recipiente, de modo que la enfocaba bien a ella. Se acomodó, se arregló un poco el pelo con los dedos y se preparó para tocar.

Y lo hizo, cantó por primera vez para la gente esa canción a la que tanto cariño le guardaba. Esa que ella sabía que, aparte de poca gente del estudio de grabación, era la única persona que conocía de su existencia. No cantó la canción completa, solo un trozo de menos de un minuto, pero suficiente para dar el mensaje que quería. No esperaba respuesta, sabía que no la tendría, pero al menos esperaba que supiera que le cantaba a ella.

Subió el vídeo tanto a twitter como a instagram. El pie de foto que acompañaba al video en ambas redes era parte de la letra, y ella pensaba que era lo suficientemente claro.

@romanoff_music
(vídeo)
I am still enchanted
by the light you brought to me 💫

Los fans no tardaron nada en gritar y celebrar la nueva canción que Natasha había regalado al mundo. Teorizando además sobre por quién podría ir el mensaje y la letra. Se quedó con que les hubiese gustado tanto, al final Wanda tenía razón en eso cuando le dijo que le gustaría a todo el mundo. Solo rezaba porque supiese que era para ella.

...

Unas horas más tarde Natasha iba paseando por un centro comercial obligada por Clint a salir de casa. A ver si relajaba un poco su mente después de todos los sucesos. Por suerte apenas la habían reconocido, solo un par de fans muy educadas a las que atendió sin problema. Lo que sí reconoció fue ella a un chico que al pasar se le hizo muy familiar, y no dudó dos segundos en girarse y pararle.

– ¡Pietro! –el chico giró sobre sus pies al oír la voz de la cantante reconociéndola rápidamente.

– ¡Hey! Hola Natasha ¿Qué tal?

– Bueno, bien... ¿Y tú?

– Muy bien, vengo de comprar unas cosas. -dijo alzando la bolsa que llevaba en la mano.