Las apariencias engañan - wandanat / scarletwidow

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Después de una no muy larga conversación por WhatsApp, las dos había decidido quedar al día siguiente en casa de Wanda y así poder estar y hablar más tranquilas. La conversación no fue para nada tensa incluso aunque ambas recordaban perfectamente el momento en el baño de la noche de la gala.

Wanda no entendía al principio por qué la pelirroja tenía tanto interés en verla ya, iban a tener que quedar igualmente durante esa semana para hablar de algún que otro evento, pero no era necesario correr tanto. Luego pensó que quizá lo que Natasha quería era hablar sobre ese casi beso de la fiesta y no mentiría si dijese que eso la asustó. No habían hablado absolutamente nada sobre eso después de que pasara. Es verdad que no se habían vuelto a ver, pero tampoco lo intentaron aclarar después de ese momento en todo el rato que se quedaron de más en la fiesta. Aunque quizá lo prefiera así, ese no era el momento ni el lugar ideal para hacerlo.

Wanda temía bastante la reacción de Natasha ahora pensadolo en frío. No recordaba cómo fue exactamente que sucedió todo en ese momento porque estaba borracha, pero creyó haber visto las mismas ganas en la cantante que las que tenía ella de dar el paso, sin embargo al contrario del pánico que la morena sintió cuando se vieron interrumpidas, ella observó que Natasha parecía casi aliviada. Tal vez si Wanda hubiera dado el paso ella se hubiera apartado, o debido a su estado de embriaguez le hubiera seguido el beso pero luego se arrepentiría de ello. Por eso mismo se alegraba de no haberlo hecho, de no haberla cagado, lo último que quería era que todo se estropease así. Pero tenían que afrontar el tema en algún momento y no sabía si estaba lista para escuchar como Natasha seguramente le restaba importancia a lo que pasó o lo olvidó, descubrir que para ella no significó nada y que se alegraba de que no hubiese pasado. Pero ese el momento tendría que llegar y mientras antes lo asuma, mejor.

...

Natasha estaba frente a la puerta del apartamento de Wanda. Se había pasado los pocos minutos que duró la entrada al bloque y la subida en el ascensor colocándose bien el pelo y la ropa bastante nerviosa. Se vistió arreglada, no mucho pero sí más de lo que te arreglarías solo para estar en casa de una amiga. Ni si quiera sabía qué pretendía, ¿impresionarla? Wanda ya la había visto en muchas ocasiones desarreglada.

Respiró hondo, pulsó el botón del timbre y volvió a respirar mientras esperaba a que la puerta se abriese. Cuando lo hizo se sorprendió porque no era Wanda quien la esperaba si no un chico jóven, alto, con el pelo plateado algo despeinado, y unos ojos claros que estaban abiertos como platos sorprendidos mirando a la pelirroja que estaba estática en la puerta. Si no supiese que Wanda vive con su hermano mellizo porque ella se lo dijo un día, estaría muy confundida ahora mismo, nunca había estado en su casa antes ni le había conocido, pero supuso que se trataba de él. Antes de que Natasha pudiese si quiera hablar el chico reaccionó dirigiendo su voz y su mirada hacia dentro del apartamento.

- ¡Wanda! Es para ti. -volvía a dirigir su vista a Natasha.- Perdona, ehm... Pasa, no te quedes ahí.

- Gracias. -habló esta un poco tímida de repente adentrándose en la casa. Él cerró la puerta y se fue hacia dentro por el pasillo diciéndole a Wanda algo que Natasha pudo oír perfectamente.

- ¡Pero Wanda! ¿Cómo no me cuentas que la mismísima Natasha Romanoff iba a aparecer en casa ahora? ¡Esto se avisa! ¡Y yo con estas pintas! -Natasha no pudo evitar soltar una leve risa, ahora podía entender la cara de sorpresa del chico al verla en la puerta.

- Perdónale. Es que es un poco fan tuyo y no le avisé. Se pone intenso.

Wanda apareció sonriente en el salón y se dirigió hacia Natasha para saludarla con un abrazo como siempre hacían al verse. La pelirroja sintió que se relajaba de golpe entre los brazos de Wanda y hasta se le olvidó de por qué venía tan nerviosa.