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Hoooola.

Antes de empezar vengo a decir que esta vez traigo una historia original mía (una que empecé en otro fandom y no terminé, pero ahora con wandanat tengo más ideas).

Como es una historia mía estoy un poco más insegura de si va a gustar o no, me da algo de vergüenza asldgfjk, pero ojalá sea que sí.

Así que espero que la disfruteis mucho, y feliz año nuevo! ❤️

...

Llevaba más de una hora dando vueltas por el salón de casa sin mirar a la carpeta que descansaba sobre su mesita. Esa que Agatha le había entregado esa misma mañana con todo lo que necesitaba saber para el trabajo, pero todavía no se había decidido a abrirla.

Sabía que iba a ser díficil desde ese momento en el desayuno en el que dejaron caer la idea. Lo sabía porque era algo que no había hecho antes y porque además, estaba completamente fuera del que ella podía decir que era su estilo.

Wanda Maximoff es una prestigiosa estilista y diseñadora de moda Sokoviana que actualmente vive en Nueva York. Era realmente buena en su trabajo, pero su destacable humildad no la dejaba presumir demasiado de ello, aunque no le faltaban razones para poder hacerlo. Debía todo a su gran esfuerzo por llegar hasta ahí, desde luego nadie puede quejarse de que no fuese una chica trabajadora y luchadora. Pero también le debe mucho a su maestra, amiga y mentora Agatha Harkness. De ella aprendió todo lo que necesitaba para introducirse en este mundo de la moda. Siempre le hacía caso y escuchaba sus consejos y recomendaciones, se sentía en deuda con ella por todo lo que había hecho por su carrera como estilista. Y por eso mismo le estaba costando mucho negarse al último trabajo que le había propuesto.

Natasha Romanoff estaba escrito en la portada de esa carpeta con letras gruesas. Ese era el nombre de su nuevo dolor de cabeza.

Natasha era una cantante de origen ruso que llevaba casi toda su vida viviendo en Nueva York. Era la artista del momento, todo el mundo la conocía por sus éxitos internacionales. No había día en el que alguna canción suya no sonara en la radio o en un programa de televisión, que su imagen no apareciese en las noticias o su nombre fuese tendencia en las redes. Hasta Wanda ya podía decir que la conocía bien, se había encargado de investigar a fondo su carrera antes de aceptar ese trabajo.

Según había podido ver la chica era una reina del pop, una diva. Pero también había leído algunas malas críticas en cuanto a su actitud, la mayoría coincidían en que era bastante borde, egocéntrica y creída. Si esto es verdad vamos a llevarnos mal, pensó Wanda. También decían que era muy inalcanzable, pocos tenían el placer de trabajar con ella y menos aún tenían acceso a su vida personal. Suponía que era el precio de ser una estrella tan conocida. Alomejor por eso habían pensado en Wanda para este proyecto. Aunque a ella misma le costaba admitirlo, ya tenía un caché importante y no era fácil contactar con ella para cualquier trabajo.

Su problema era lo que tenía que hacer. Natasha empezaría la promo de un nuevo disco muy pronto y le han propuesto en un principio ser su estilista durante esta, eligiendo los atuendos para las galas y eventos a los que asistiría. No le había parecido mala idea al principio, aunque tras su investigación había visto que sería bastante difícil. A esa chica lo mismo la podías ver en un vestido de alta costura muy elegante que en unos simples jeans y chaqueta de cuero, o incluso sudadera para aparecer así en una alfombra importante, y eso... Eso no iba mucho con Wanda.

Sin embargo, le dieron otra propuesta: diseñar desde cero la ropa que ella llevaría sobre el escenario para su nueva gira. Y ahí fue donde Wanda entró en pánico.

Estaba de acuerdo con que estaba bien ponerse nuevas metas y nuevos retos, pero no algo así. Diseñar el vestuario original completo de una artista era algo muy complicado, algo que jamás había hecho, y más aún si esa artista no iba para nada con su estilo. Y si todo lo que había leído sobre su personalidad era verdad, el problema también estaba en que fuera ella. Se lo iba a poner muy difícil.

Pero si se negaba... Agatha, como buena amiga, la podría llegar a entender, pero también sabía que se iba a decepcionar, y le daba igual decepcionar al resto del mundo, perder su caché, quedar como una cobarde ante los demás, pero no con ella. A la persona que la ayudó a llegar hasta ahí no podía hacerle eso.

Así que sin entretenerse más abrió por fin la carpeta que había estado bailando entre sus manos todo ese rato y comenzó a leer.

Lo primero que vio fueron tres fotos suyas. Una posando en la alfombra de una gala de premios, muy formal y elegante, y muy sonriente también. Además de muy guapa. La siguiente era una foto tomada en una actuación desde delante del escenario, se veía que estaba muy metida en la canción y se le marcaban todos los músculos con los que estaba realizando un esfuerzo por debajo de un minúsculo body negro y su pelo rojo se pegaba a su cara por el sudor. Wanda se fijó bien en la imagen y le pareció muy sexy, pero rápidamente borró ese pensamiento y sacudiendo la cabeza pasó su vista a la siguiente. Esta última era una foto de ella andando por la calle, con un jersey ancho, unos jeans ajustados, bambas y gafas de sol. Parecía tomada por un paparazzi. Le pareció una foto más tierna que las anteriores, parecía relajada y para nada la chica que describían las criticas, aunque las apariencias engañan, pensó.

Dejando a un lado las fotografías empezó a leer y pasar las hojas de la carpeta. Todo era información supuestamente útil para ella. Desde datos sobre su carrera artística, los cuales ya casi conocía de memoria tras su labor anterior, hasta datos personales y gustos sobre anteriores estilismos que no le venían nada mal.

Cerró la carpeta y volvió a repetirse que no iba a ser nada fácil, pero finalmente se armó de valor y decidió que iba a hacerlo. Si al final no salía, tenía la opción de abandonar dando cualquier motivo. Aunque no estaba dispuesta a hacer eso, desde bien pequeña se había propuesto cumplir sus metas y esta vez no iba a ser menos.

Llamó a Agatha para informarle de su decisión y la mujer, feliz por ello, le propuso quedar para concretar datos, citas, fechas y demás.

Después de varios cafés y una charla, el trabajo era completamente suyo. Su amiga le había ofrecido, como siempre, tener el mejor equipo a su disposición y también su propia ayuda si le era necesario, pero aun así Wanda estaba intranquila. Aún no sabía lo que se le venía encima.

...

Al cabo de unos días la avisaron del primer evento al que Natasha Romanoff iba a asistir, y por tanto, el primero en el que ella tendría que intervenir.

Puso todas sus ganas en que todo saliese bien, si en algo destacaba Wanda Maximoff era en su perfeccionismo. Tenía que estar todo milimetrado y perfecto al detalle. No le gustaban los cambios de última hora, por eso lo pensaba todo siempre desde el principio.

Era una gala muy importante, los Oscars ni más ni menos. Supuso que sería muy elegante e hizo que su equipo se pusiera en contacto con las mejores marcas para recibir los vestidos más impresionantes. Era su primera oportunidad de lucirse y no la iba a desaprovechar.

Estaba tan concentrada en todo eso que solo había una cosa con la que no contó.

- Wanda, mañana tenemos la primera prueba de vestuario con Romanoff en su estudio, para que os conozcais y a ver que le parece todo. -la voz de Sam Wilson, su mano derecha, le sacó de sus pensamientos.

En ese momento recordó que trabajar para ella implicaba conocerla y contar con su opinión, que claramente era la que más importaba, y recordó todo lo que había leído sobre ella. Mierda.

No sabía si estaba preparada para ello, pero definitivamente iba a conocer a la gran Natasha Romanoff.

Las apariencias engañan - wandanat / scarletwidowWhere stories live. Discover now