ALMAS GEMELAS, harry potter ✓

xxii. agrandamiento

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Jane no se esperó que cuando regresara a casa junto a Sirius y Remus la iban a recibir con una sorpresa, pero fue algo que le encantó y ni bien conoció a la nueva integrante de la familia se prometió darle todo el amor que merecía luego de le contaran que sus padres biologicos la hayan tratado pésimo. Era una suerte que Remus la haya encontrado.

Mantuvo contacto con Diana, que poco después le visitó y ambas pasaron un tiempo a solas antes de que le presentara a Malene, la nueva Black-Lupin. Diana quedó encantada, la pequeña la había recibido bien al instante, algo que fue una sorpresa para Jane y sus padres ya que al principio Marlene se mostró algo insegura y aislada.

Pero ninguno dijo algo, les gustaba que Marlene pudiera sentirse bien en su nueva vida.

Aunque se divertía junto a Marlene y su tiempo con Sirius y Remus, extrañaba la presencia de sus amigos y Harry, el cual desde que volvió con sus padres le pidieron que no podía mandarle ni siquiera una señal de vida y eso la estaba angustiando. Hermione y Ron estaban con ella poco tiempo después, pero aún así no era lo mismo cuando sabían que algo malo estaba por llegar.

Jane fue la primera en despertar gracias a Mimi, se puso algo cómodo y fue a preparar algo para ella y los demás. Sirius y Remus iban a tener una reunión, por lo cual le pidió a Mimi que la despertara más temprano de lo normal.

Poco tiempo después la mesa ya estaba lista, por lo cual fue a despertar a Marlene (la cual odiaba despertarse temprano, pero si había comida no le molestaría) y luego a Sirius y Remus, los cuales compartían habitación y eso la hizo sonreir y quedarse unos segundos apreciando aquel momento antes de tener que despertarlos. Amaría por ver esos momentos todos los días, sin importar las consecuencias.

Y por último, fue a despertar a Hermione y Ron, los cuales dormían solos antes de que llegaran los Weasley y terminaran ocupando las camas vacias.

─Hola pequeña ─saludó cuando volvió al comedor, con Marlene ahora ocupando su respectiva silla. Marlene hizo un sonido con su garganta, como un saludo perezoso, Jane rió mientras se sentaba frente a ella─. ¿Dormiste bien?

Marlene puso una cara de pocos amigos y resopló─. Creo que solo pude dormir unos minutos, ellos.. volvían a lastimarme ─su voz salió casi en inaudible, pero Jane pudo escucharlo, por lo cual le indicó que se acercara a ella y pudiera rodearla con fuerza.

─Ellos ya no volveran a lastimarte, Mar, lo prometemos.

Marlene empezó a jugar con sus dedos, algo que Jane observó con atención. Era como ella, y sabía que hacer. Tomó sus manos y empezó a acariciarlos, tal y como Harry lo hacía con ella. A veces podía ver a una pequeña Jane reflejada en Marlene y eso le traía nostalgia. Marlene estaba por cumplir los once años.

─¿Ustedes.. de verdad me quieren?

─Más que eso, te amamos y desde el comienzo estamos de acuerdo en tenerte como una integrante de la familia. Eres parte de los Black-Lupin, Marlene, nunca lo dudes ─sonrió de lado y dejó un pequeño beso en su mejilla antes de que Sirius se presentara con una apariencia algo.. rara─. Re no va a dejar que estés casi en pelotas en la reunión, ¿o sí? ¡Hay niños en la casa!

─Cierto, buenos días cachorrita pequeña ─saludó con un beso en la cabeza a Marlene y luego fue a Jane, haciendo lo mismo─. Buenos días cachorrita grande ─se sentó y empezó a desayunar como si nada, Marlene y Jane lo miraban─. No les voy a dar de mi belleza.

─Le diré a papá.

─¿Alguien dijo que estoy casi en pelotas? Pero que mentira más grande ─y Sirius desapareció en poco tiempo, dando paso a una Hermione algo confundida por ver a Sirius subir las escaleras.

─¿Vieron lo mis-

─Sí, tranquila, debe haber algo para los ojos.

Los días siguieron y la familia Weasley ya estaba casi por completo en la casa, por lo cual Ron ya no tuvo su privacidad y eso lo ponía de mal humor porque los gemelos Weasley lo usaban como conejillo de indias. Aunque agradeció que Marlene jugara con ellos por un tiempo, así no lo molestarían.

Lamentablemente un día donde Jane se veía algo preocupada y decía que era por Harry, poco después se dió a conocer que había enfrentado a un dementor con magia frente a un muggle y ahora estaba en riesgo de quedar expulsado (gracias a Dumbledore, sino ya estaba expulsado desde el primer segundo).

Jane estaba ansiosa ya que le habían dicho que hoy Harry ya no estaría con sus tios y su primo, sino con ellos. Tonks, una mujer que desde el primer momento estuvo divirtiendose con Jane y Marlene, Ojoloco (el real) y unos cuantos más habían ido a buscarlos.

Un jadeo repentino proveniente de Tonks le llamó la atención, dandose cuenta de que ya habían vuelto. Terminó de bajar las escaleras y ni bien lo vió se abalanzó sobre él, transmitiendole loucho que lo había extrañado y cual culpable se sentía por no hablarle ni siquiera por telepatía, pero era por precaución.

─¡Harry, te extrañe tanto! ¡Como lo siento por no haberte dado ni siquiera una palabra! Quise hacerlo pero me pidieron que no lo haga para prevenir, de verdad lo lamento por no estar ahí para tí. Por favor, perdoname.. ─siguió murmurando con rapidez, teniendo miedo de que no la perdonara.

─Ya, por lo menos ahora sé que estás bien, pensé que algo te había sucedido ─Harry acarició su cabello, por dentro un enojo se estaba haciendo presente que era contenido por muchos días, pero no iba a hacerla sentir mal, mejor aprovechaba que al fin la tenía de vuelta y sus pensamientos negativos de que algo le había sucedido se desvanecieron─. Yo-

─¡Jane, Mimi escondió la comida de Lily- Oh, ¿quién es él y por qué te está estrangulando?

─¡Marlene! ─ambos se separaron y Harry miró a la pequeña confundido─. Harry, ella es Marlene Black-Lupin, mi pequeña hermana. Mar, él es Harry, ya lo conoces.

─¿Hermana?

─¿Él es el que nunca te deja en paz?

─¡Marlene! ─la pequeña desapareció entre risas─. Lo siento, es algo juguetona y le gusta molestarme.

─Así que.. ¿una hermana?

─Sí, unos días después de regresar de Hogwarts. Vine para pasar un tiempo con Sirius y Remus, pero ¡sorpresa! una nueva integrante en la familia. Aunque no me quejo, es una buena compañia y además merece mucho amor, espero que ambos se lleven bien. Ven, vamos con Hermione y Ron.

─¿Y el saludo? ─Jane lo miró como si fuera algo obvio, pero luego entendió.

Primero dejó un beso en su mejilla, bromeando con Harry antes de darle otro en sus labios y jugar con su cabello que ahora estaba mucho más corto que los años anteriores.

─Lástima, ya no podré enredar mis dedos en tu pelo ─dramatizó antes de que Harry la rodeara por la cintura y volvieran a juntar sus labios. Jane sonrió como tonta, sonrojandose y dandose cuenta de algo─. Más viejo y más guapo, pasame tu receta, James.

Harry sonrió divertido─. Bien, pero se paga con besos ─lo bueno era que nunca iba a cambiar, solo físicamente.