Un grito de ayuda

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—¡Reiner! —gritó Annie, en cuanto vio que se llevaban a su compañero. Quiso acercarse, pero los titanes aún los atacaban y la ayuda no era suficiente como para abandonarlos. Armin chistó, notando la preocupada mirada de Annie y ajustó su equipo ante la mirada confundida de Mikasa.

—No puedes irte... después de lo que te sucedió. Te necesitamos —pidió Mikasa negando.

—No dejaré que se lleven a Reiner. También lo necesitamos, Mikasa —afirmó Armin antes de salir disparado. Mikasa observó a su amigo marcharse, llevándose una mano hasta su hombro herido al sentir una terrible punzada.

—Date prisa —rezó, cerrando los ojos y sabiendo que el tiempo se agotaba, y eso la hacía sentir que un terrible dolor difícil de manejar, atravesándole la garganta y volteándole el estómago.

El tiempo para Eren se agotaba.

Eso era lo que en verdad pensaba. Su tiempo para terminar con todo estaba agotándose, lo que significaba... el final de Eren.

Su mano se movió de su hombro hasta su pecho, haciendo un puño tembloroso mientras crujía los dientes, y es que... no podía hacerlo.

Pero debía, o si no, todo ese viaje habrá sido para nada, y Eren continuaría hasta no dejar ni un sólo rastro de la humanidad. Ni siquiera una pizca de él mismo.

Fue hasta es momento que notó que la idea de volver a casa se le esfumaba de las manos.


—Mikasa... necesitamos matar a Eren —susurró Levi, agachando el rostro con pesar.


En ese instante, había pensando que era una locura exagerada y después pensó que era lo correcto.

Pero era demasiado... demasiado por asimilar, y se estaban quedándose sin tiempo. Ambos se quedaban sin tiempo.

Suspiró negando. Estaba pensando demasiado.

Y por suerte, dejó de hacerlo en cuanto su rostro se iluminó por un relámpago amarillo que provino de la nuca del Fundador.

La mano de Annie se movió por la impresión y por consiguiente, Mikasa, quien estaba sobre su palma. Se tambaleó y cayó sobre sus rodillas.

—¿Qué...? —soltó, negando confundida y observando a Annie, quien también dirigía su mirada hacia la nuca, preocupada por Reiner— ¿Más titanes? —se preguntó, desesperada al pensar que hubiera más y más titanes por delante.

Negó. Debía continuar luchando, distraerse o su mente la llevaría demasiado lejos de ahí.

Activó su equipo y comenzó a atacar más y más titanes, gruñendo en cada estocada y movimiento de su cuerpo, ignorando el terrible dolor de su hombro. No importaba lastimarse. Era mejor sentir ese terrible dolor que escuchar sus pensamientos. De pronto, su mirada periférica notó que alguien se acercaba rápidamente de su lado.

—Jean —jadeó en cuanto reconoció a su ex compañero, quien le dirigió una mirada rápida. De pronto, Annie se movió y gruñó, golpeando a los dos titanes que la amenazaban con sus poderosas patadas—. Connie —musitó en cuanto lo vio moverse con ayuda de su equipo de maniobras detrás de Jean, pero parecía ir mucho más lento, y eso era porque llevaba un cuerpo sobre uno de sus hombros.

Pero incluso con eso, Connie pareció pensar más rápido, ya que activó su lanza trueno y la lanzó contra uno de los titanes que Annie tenía a un lado. Eso la desestabilizó por la explosión, pero aún con eso gruñó, cayendo de rodillas y extendiendo su mano hacia Pieck, quien venía corriendo hacia ella.

𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑾𝒊𝒏𝒈𝒔 • SNKWhere stories live. Discover now