La noche del Apocalipsis Pt.2

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Magath había decidido enterrar a Yelena en ese lugar.

Quizá se merecía algo mejor, pero no lo había. Además, no podían perder más tiempo, a pesar de que deseaba poder asesinar al idiota que le hizo eso en primer lugar y no era porque apreciara a esa rubia extraña, era por todo lo que sabía.

Suspiró, volviendo junto a Pieck en su forma de titán a la fogata que los demonios habían encendido para la cena. Ni en mil años se hubiese imaginado esa escena... ni en mil años.

Jean por su parte, había evitado a toda costa hablar con cualquier Marleyano, y mucho menos con Reiner o Annie, quienes habían llegado junto a los de la Legión...y junto a Connie, quien al parecer no había podido convertir a su madre en humana, ya que Falco estaba con los de Marley.

Necesitaba hablar con él, pero cuando no hubiese nadie cerca, y al parecer su compañero también deseaba decirle algo, ya que lo miraba a hurtadillas y con cierto nerviosismo. Lucía tan confundido, y lo entendía. Parecía haber perdido cierto calor, confianza y su mirada estaba opaca.

No sólo había perdido a Sasha. Con su muerte había perdido parte de sí mismo. Incluso para él mismo era extraño ver a su amigo ahí solo, sin Sasha a su lado y eso dolía, pero por eso mismo estaba ahí.

—¿Nadie me va a dar una mano aquí? —gruñó Hange, mirando de un lado a otro mientras meneaba la cuchara dentro de la olla del guiso. Los presentes no respondieron, es más, ni siquiera la habían escuchado por estar lanzándose miradas unos a los otros con desdén—. Por favor dejen de mirarse los unos a los otros —rezongó con un suspiro lleno de hastío.

—Huh —soltó Magath a su lado—. Compartir comida con la gente que hemos matado y quienes también han matado a los nuestros... —dijo mirando a Jean, quien lo miró irritado— Qué interesante, ¿por qué cambiaste de parecer? —soltó, ahora dirigiéndose a Hange—. Si hubiesen dejado a Eren Jaeger solo, habrían visto al mundo convertirse en lo que deseaban, ¿no?. Un paraíso para los demonios de esta isla —acusó, mirándolos con el ceño fruncido—. Estuvimos así de cerca de prevenir que Eren y Zeke hicieran contacto... —musitó, haciendo un pequeño espacio con su pulgar y el dedo índice— Si tan sólo no hubieran intervenido.

Y mientras los adultos hablaban, Falco estaba hecho un ovillo junto a Reiner, quien tenía un brazo sobre los hombros del niño, consolándolo.

Gabi había muerto... su Gabi estaba muerta.

¿Qué debía hacer ahora?

¿Buscar venganza? ¿Huir? ...ya no había nada qué hacer.

Sorbió por la nariz, ausente de todo aquello. Había llegado hasta ahí por Gabi, para protegerla, y había fallado.

—Tal como se lo expliqué, señor General —continuó Hange—. Nosotros no deseamos un genocidio, de hacerlo, no habríamos huido hacia el bosque a hacer un estofado —soltó alzando su ceja.

—En otras palabras, ¿me dices que desarrollaron un sentido de justicia? —soltó Magath con fingida incredulidad y un poco de burla.

—¿Justicia dices? —susurró Jean, incapaz de controlar sus emociones. Vaya que Soho tenía razón— ¡¿Estás hablando de justicia?! ¿Tú, de todas las personas? —gritó, haciendo que los presentes se sumieran en un incómodo silencio— ¡Vivimos bajo la amenaza de los titanes que ustedes enviaron tras nosotros, ¿pero resulta que somos los malos?! —gritó, señalándolo— ¡¿Me oyes?! ¡La razón por la que peleamos desesperadamente es porque no queríamos morir siendo devorados por titanes! ¡¿Me estás diciendo que eso nos hace actuar como demonios, viejo de mierda?! —continuó, agitándose y mostrando los dientes mientras señalaba a Magath, quien lo miraba con los ojos entrecerrados.

𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑾𝒊𝒏𝒈𝒔 • SNKWhere stories live. Discover now