Derritiéndose

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—Falco... Falco —susurró Reiner una vez vuelto a la realidad y fuera de su Titán.

Se abrazó a sí mismo mirando a todos lados sin encontrar rastro de Falco... sólo el cuerpo de Gabi.

Gimió, cerrando los ojos y llevándose las manos hasta sus oídos, tratando de frenar el terrible sonido que hacían los titanes colosales con sus pisadas, intentando frenar sus pensamientos, su culpa, su arrepentimiento.

Cayó de rodillas, deseando haber podido salvar a Gabi. Quizá aún podía salvar a Falco.

Es la primera vez que se transforma en Titán, él no recordaría nada y no podría moverse de inmediato, pensó frunciendo el ceño.

—Se lo llevaron —susurró, enfocando su mirada hacia enfrente. Quizá había sido Soho, ¿y si ella se lo había llevado para...? Negó repetidamente.

Uno de los nueve titanes no podía ser ignorado y mucho menos asesinado, a menos que hubiese un Titán puro para comérselo. Se levantó del piso con un gemido lastimero. Le pesaba el cuerpo y le dolían los huesos, no le quedaban muchas fuerzas después de la batalla. Por alguna razón, su armadura se había desprendido.

Y las murallas habían sido destruidas.

—El mundo será destruido por Eren —soltó, observando la imponente y al mismo tiempo aterradora marcha de los titanes colosales.

Sus pies se movieron por inercia hasta la casa más cercana para refugiarse y cuanto entró, su cuerpo cayó contra el suelo mientras suspiraba con pesar, estaba agotado.

Tenía que avisarles a los soldados de Marley. Debía advertirles lo que se avecinaba. Eren puede controlar a todos los titanes y descendientes de Ymir a su voluntad. Nadie podría detenerlo, sólo quedaba huir.

—Debo advertirles... debo... —susurró hasta quedarse inconsciente.

Ese era el fin del mundo.

—¡Vámonos! —gritó Connie, tomando a Soho de la mano, aprovechando que habían vuelto al mundo real y el cuerpo del Acorazado yacía en el suelo sin su armadura

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—¡Vámonos! —gritó Connie, tomando a Soho de la mano, aprovechando que habían vuelto al mundo real y el cuerpo del Acorazado yacía en el suelo sin su armadura.

—¡Llévatela! —gritó Jean, volviendo a su lado con Falco en su brazos, yaciendo inconsciente.

De pronto, Soho alzó la mirada, observando que en uno de los tejados estaba Floch, mirándola con preocupación y dispuesto a ir por ella. Negó lentamente, aprovechando que Jean y Connie discutían sobre Falco. Floch pareció entenderlo y se dio la vuelta.

Connie se acercó para poder quitarle su equipo de maniobras y la tomó con fuerza de la cintura, elevándose por el aire con Jean detrás de ellos. Soho gimió de dolor en cuanto la presionó contra su costado. Se detuvo con fuerza del cuerpo de su ex compañero mientras gruñía, intentando acomodarse para evitar lastimarse aun más. Pero era mejor sentir eso a lo que acababa de presenciar, lo cual se alejaba a sus espaldas. Su rostro se giró para observar a los titanes colosales y al enorme esqueleto que se suponía era Eren.

𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑾𝒊𝒏𝒈𝒔 • SNKWhere stories live. Discover now