Alas de la libertad Pt.2

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—Levi... te ves bien —dijo Soho mientras observaba al mayor con una sonrisa y en verdad pensaba en eso.

Después de verlo destrozado por aquella lanza, el Levi que estaba frente a ella le daba cierta paz, alivio, aun a pesar de los vendajes y esa mirada que le dedicaba, en la cual había decepción y dolor.

Levi frunció el ceño hasta formar una sola línea tensa en su frente, intentando con todas sus fuerzas no ceder ante sus preocupaciones y sentimientos por esa mujer. Ella los había traicionado.

Lo había traicionado.

Pero estaba ahí por una sola razón y esperaba que con las respuestas que consiguiera, pudiese seguir adelante y sin mirar atrás.

—Y tú luces terrible —la castaña suspiró y se miró de arriba abajo, dejando caer sus manos a su lado dramáticamente—. ¿Qué te sucedió?

—Caí sobre una roca —dijo con media sonrisa, como si sintiera lástima por ella misma—. Qué mal que no estuviste para verlo, fue divertido —soltó, acomodándose en la cama mientras hacía una mueca de dolor.

—Estaba volando en pedazos, lo siento —espetó Levi con sarcasmo mientras le dedicaba una mirada repleta de repulsión y alzaba su mano, mostrando los muñones de sus dedos.

—Y aún así, llegaste hasta aquí, Capitán —sonrió Soho de manera burlesca—. Como siempre, tu orgullo arrastrándote de vuelta.

—¿Tú? ¿Hablando de arrastrarse? Vaya ironía —dijo, observando su deplorable aspecto.

—Sí, bueno, no puedes hacer demasiado con este incómodo uniforme estando herido —espetó, jalando la gruesa tela de su pecho—. No pensaron en eso cuando los diseñaron. Y para orinar es aún peor —se quejó mientras hacía una mueca.

—Ya no tienes derecho a usarlo —Soho resopló y miró a Levi de manera cansina.

—Eso es lo de menos, ¿no crees? —soltó, alzando una de sus cejas—. Ya nada de lo que fuimos existe —y no hablaba de la Legión.

—No tienes derecho a portar las alas de la libertad —gruñó Levi entre dientes, cabreado por el cinismo de la castaña.

—Las alas de las que hablas están rotas, Levi, así como tu Legión y su estúpida alianza —negó Soho con voz baja—. Las nuestras, en cambio, se alzan en vuelo. Son las verdaderas alas de la Libertad —dijo, desviando la mirada con un deje de melancolía.

—No sé en qué momento perdiste la cabeza. No entiendo porqué hiciste todo esto, y ni siquiera intento comprenderte —espetó con desprecio.

—Nunca estuve más lúcida, Levi —sonrió—. Pero, siéntate, parece que será una charla larga.

—No, no tengo tiempo para tus idioteces —soltó Levi entre dientes y cruzándose de brazos.

—Entonces, ¿vienes a asesinarme? Porque si es así, prefiero que lo hagas tú a uno de esos idiotas —señaló con el mentón hacia la puerta.

—No te asesinaremos. No somos como ustedes.

—¿Como nosotros? —preguntó con una sonrisa amarga—. Lo dices de una manera tan despectiva sólo porque nosotros decidimos hacer algo para defender a nuestra estirpe, y ¿por eso somos los malos?

—Lo son.

—Depende de quién cuente la historia —musitó Soho, alzándose de hombros y recostándose en la cama, mirando hacia el techo mientras Levi tomaba asiento en la silla. En realidad estaba un poco cansado y adolorido.

Había dos personas heridas en esa habitación, lastimadas de mil maneras.

—Sólo dímelo.

—Ya les dije lo que sé, ¿qué más quieres? —soltó, mirándolo con reproche.

𝑩𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝑾𝒊𝒏𝒈𝒔 • SNKKde žijí příběhy. Začni objevovat