Extra - Mano de Garfio: Primera parte
La residencia Bai era muy conocida en la zona, principalmente, gracias a la habitación blanca (1).
En primer lugar, se le llamaba habitación blanca, por supuesto que por ser blanca. Cuando la construyeron, la pintura blanca se extendía por todas las paredes antes de que el dueño la decorara. Todo iba perfectamente en las demás zonas de la residencia, pero, solo cuando se trataba del patio poniente, extrañas cosas comenzaban a ocurrir. Por eso mismo, ese asunto solo podía quedar pendiente por el momento. Hasta el día de hoy, la habitación blanca seguía creando un enorme contraste con la copiosa y exquisita decoración del resto de la residencia bai. Era tan blanca que lucía fantasmal.
—Esa habitación está bajo tres candados y tres pestillos. Sin importar qué tan cálido sea el verano, siempre la rodea un frío aire, es como si estuviera hecha de hielo. Según el dueño de la residencia Bai, una vez, cuando su padre jugaba con una pelota, esta rodó y paró justo en la entrada de la habitación. Cuando fue a recogerla, no pudo controlar su curiosidad y le dio un vistazo a través de la brecha de la puerta.
Con un rostro serio, Jin Ling continuó, hasta que vio, a un lado, a Wei Wuxian; quien estaba metiendo su mano dentro del ataúd y parecía como si estuviera abriéndole los párpados al cadáver dentro. De inmediato, se atoró.
Al escuchar su pausa, Wei Wuxian se giró —¿Y le dio un vistazo a través de la brecha de la puerta...?
El grupo de los jóvenes Lan, atrás de él, también y al unísono, posaron sus ojos sobre él. Jin Ling vaciló antes de continuar —...Y le dio un vistazo a través de la brecha de la puerta antes de congelarse en el lugar de la impresión. No fue capaz de alejarse aún después de un largo rato. Cuando su familia le encontró, lo sacaron de ahí y él se desmayó con una fiebre que le dejó con casi ninguna memoria. Después de eso, nadie se atrevió a acercarse al lugar de nuevo.
—Pasada la media noche, nadie tiene permitido abandonar su habitación y caminar por ahí, especialmente, no acercarse a la habitación blanca. Esta es una estricta regla de la residencia. Sin embargo, unas horas después de la media noche, aun si no hay nadie dentro de ella, la gente aún puede escuchar el viejo piso de madera crujir por el peso de unos pasos. También está esto.
Jin Ling apretó su puño e hizo un gesto colmado de intención de matar.
—Un sonido similar a una cuerda de cáñamo siendo lentamente apretada como si fuera a estrangular algo.
Unos días atrás, uno de los sirvientes de la residencia Bai pasó por la habitación blanca mientras hacía su rutina de limpieza mañanera. Descubrió que había un agujero del tamaño de un dedo en las delgadas ventanas de papel de la puerta de madera de la habitación blanca. Y, en el suelo, yacía un hombre.
Era un extraño que nadie de la residencia conocía. Tenía alrededor de cuarenta años, su rostro estaba oscurecido y lleno de venas. Con sus dedos metiéndose en su pecho, hacia ya mucho tiempo que había fallecido.
Los sirvientes casi murieron del susto. El dueño también. Después de algunos contratiempos, los oficiales locales llegaron a una conclusión: Este era un desafortunado ladrón que por mala suerte entró en la zona prohibida de la residencia Bai. Ahí, vio algo que le causó un problema al corazón y literalmente se asustó hasta morirse en ese mismo lugar. Y, para saber acerca de qué era exactamente ese "algo", sacaron todos los sellos y candados de la habitación blanca, pero, aun así, seguían confusos, incluso después de una intensa búsqueda.
