Ocultamiento: Primera parte
Apretando sus dientes, Jin Guangyao golpeó algunos acupuntos por encima de su brazo cercenado. La gran pérdida de sangre lo estaba mareando y su visión empezaba a nublarse. De repente, vio a Nie Mingjue dar un paso hacia él, con sus ojos fijos y en blanco, el alma de Jin Guangyao casi abandonó su cuerpo.
A un lado, Su She tosió sangre nuevamente y gritó con voz ronca y a todo pulmón —¡Tontos! ¡¿Qué están esperando?! ¡Deténganlo! ¡Detengan a esa cosa en la puerta!
Los cultivadores de la secta Lanling Jin que habían estado patrullando el exterior y los que estuvieron parados estupefactos en todo este tiempo, finalmente levantaron sus espadas y fueron hacia allá. Sin embargo, en un instante, dos cultivadores salieron inmediatamente volando por el aire con un solo golpe de Nie Mingjue.
Jin Guangyao roció polvos medicinales sobre el extremo cortado de su brazo, pero la copiosa sangre los arrastró y limpiaba de inmediato. Con sus ojos prácticamente rebosantes de lágrimas, trataba de arrancar una tira de su propia túnica, en un intento de atar su herida para detener la hemorragia. Sin embargo, su mano izquierda estaba debilitada por el polvo venenoso que había en la caja negra y yo no tenía fuerzas para rasgar la tela. Tirando frenéticamente durante varios momentos, finalmente lanzó un frustrado aullido. Su She prácticamente se arrastró hacia él para ayudarlo y, arrancándose una tira de tela de sus propias túnicas, vendó con ella el brazo de Jin Guangyao. Luego, en medio de su agitación, Su She buscó entre sus ropas geles y polvos medicinales de repuesto. Cuando no pudo encontrar ninguno, se volvió hacia Lan Xichen, que se había desplazado a un sector más seguro de la habitación mientras protegía a Nie Huaisang.
Le dijo —¡Líder de Secta Lan! Líder de Secta Lan, ¿tiene medicinas? ¡Por favor, ayúdelo! El Líder de Secta siempre ha sido amable y cortés con usted, ¡por favor, sólo ayúdelo!
Al ver a Jin Guangyao en ese terrible estado y a punto de perder el conocimiento, la expresión de Lan Xichen se desarmo ligeramente y sus ojos se suavizaron. Sin embargo, antes de que alguien pudiera reaccionar, Nie Mingjue rugió de nuevo, lanzando golpes de puño pesadamente, ¡y tres cultivadores se convirtieron en una pile de carne en un instante!
Wei Wuxian y Lan Wangji se pararon frente a Jiang Cheng y Jin Ling mientras el primero gritaba —¡Wen Ning! ¡¿Cómo fue que te lo encontraste?!
Después de que Wen Ning volviera a poner su brazo en su sitio, se movió para fijar su pierna rota —Joven Amo... Lo siento... Me dijo que volviera a buscar al Joven Amo Lan, pero, no lo encontré en la posada, así que fui a buscarlo en las calles. Sin embargo, antes de que pudiera encontrar al Joven Amo Lan, vi a Chifeng-zun caminando por las calles como si estuviera buscando algo. Un grupo de mendigos lo vieron y fueron a molestarlo, sin saber lo peligroso que era. Chifeng-zun está completamente inconsciente, y a esos mendigos, él casi... No tuve más opción que luchar con él y traerlo aquí...
Wei Wuxian no necesitaba preguntar por qué no encontró a Lan Wangji en la posada. Ya que, si él mismo no pudo conciliar el sueño en la habitación que estaba al lado de la de Lan Wangji, ¿Cómo podría Lan Wangji haber dormido pacíficamente después de lo sucedido y en una habitación al lado de la suya? Sin duda, Lan Wangji también había salido a rondar o recorrer, hasta que se encontró con Hada que había ido a buscar refuerzos con la cola entre las patas. Y, la repentina tormenta, sin duda se había iniciado cuando Wen Ning y Nie Mingjue empezaron a luchar.
Los cadáveres andantes ya eran una manifestación de la cultivación demoníaca, atrayendo energía oscura y de resentimiento, ¡ni hablar la que atraían dos cadáveres feroces de inimaginable poder!
