V-E-I-N-T-I-D-O-S

7.8K 562 252
                                    

BECCA

—Ella está loca —termino de contarle a Dylan sobre la chica con la que me juntaron en historia para un trabajo, pues solo con dos días mi estrés ha llegado a un punto muy alto—. Aunque, ¿sabes quienes están locos también? Tu novio y tu hermano. Te juro que no puedo creer que se hayan ido a meter a ese lugar solo por "respuestas".

Hago las comillas con mis dedos mientras frunzo el ceño con cada palabra que sale de mi boca. Para ser sincera esta situación me tiene enferma y no puedo soportar el hecho de ver una de mis personas favoritas con un respirador artificial.

—Como dirías, son unos grandes tarúpidos. Por tarados y estúpidos —reniego entre dientes.

—Guao —dicen desde la puerta. Sebastian entra con dos vasos de cartón en sus manos, me tiende uno y pasa a tomar asiento en la silla al otro lado de la cama—. Me voy y te estás quejando, regreso y te sigues quejando. ¿No tienes algo más que contarle?

Me encojo de hombros, dándole un soplido al chocolate en mi vaso antes de darle un sorbo, esta mañana ha estado un poco fría. Es la primera vez que Sebas y yo amanecemos aquí solo por ser fin de semana, le dijimos a Dyl que sería una especie de pijamada; y entre Sebs y yo contamos anécdotas con tal de sentir a Dylan más cerca nuestro aun cuando no pudiera reír con nosotros.

—¿Qué crees que encuentren allá? —pregunta Sebs con la mirada perdida en el suelo.

Mis ojos se quedan en el cuerpo inmóvil de mi amiga y mi cabeza sigue procesando el verla así. Ya de por sí, Dylan es tranquila a diferencia de otras personas, pero siempre la encontrarás con una sonrisa y riendo con cosas que nosotros decimos, haciendo pucheros y comportándose como una niña pequeña llena de sarcasmo; mi mente aun no concibe que esté así.

—Esperaría que sentido común, pero lo dudo —respondo, cortante.

—Con que el sarcasmo de Dylan se te ha pegado, eh —comenta con mofa y logra sacarme una pequeña sonrisa, pues se me hace curioso que apenas estaba pensando en ello—. Sea lo que sea que vayan a hacer ahí, espero que le puedan poner fin a todo. Dylan ya ha tenido suficientes traumas para una adolescente.

Mis ojos viajan a él, quien, con una mirada triste sobre su mejor amiga, le da un sorbo a su bebida, elevando una mano y tomando la de ella.

—¿Te puedo preguntar algo? —pongo el vaso en la mesa de al lado y apoyo mis codos sobre mis muslos. Sebas asiente con la cabeza—. Obviamente, no conozco mucho sobre el TEPT, pero no creo que unas simples burlas o bromas pesadas se lo hayan causado, ¿o sí? Es que, aunque es algo tímida, siempre la he visto confiada de sí misma.

Sebas apenas puede esbozar una sonrisa triste cuando me escucha decir las últimas palabras, aún sin soltar la mano de Dyl. Al igual que yo, deja el vaso de su bebida a un lado y se acerca más a la cama, reposando su mentón sobre el colchón, pasando a sostener su mano entre las dos de él.

—No fueron solo burlas y bromas pesadas —confiesa con cierto pesar y mucha tristeza—. Hubo algo más, la gota que derramó el vaso. El causante de su mayor trauma y de por qué todos nos cambiamos de escuela a una donde no la conocieran y pudiera empezar de cero.

Mis labios quedan entreabiertos por la noticia, no me quiero entrometer más de lo debido, pero siento la necesidad de saber qué es lo que pasó, qué le hicieron a mi pelinegra para tener que cambiar todo de ella con tal de estar en paz consigo misma y con los demás. Ella jamás me lo ha dicho y yo nunca he preguntado, pues no es de mi incumbencia y fue mucho antes que nos convirtiéramos en amigas.

—¿Crees...? —dudo en hacer la pregunta o no—. ¿Crees que ella se molestaría si... si tú, ya sabes...?

—¿Te digo lo que pasó? —termina por mí y asiento con la cabeza lentamente. Sebas me da una ligera mirada y luego, ve a Dylan. Copio su acción, concentrándome en su respirar—. No lo creo. No es algo de lo que le guste hablar, pero dudo que te lo negara.

Distintos, pero ¿iguales? [PI #2] ✔️Where stories live. Discover now