Distintos, pero ¿iguales? [PI #2] ✔️

V-E-I-N-T-E

JACE

Mamá y papá nos movieron a una habitación aislada para poder tener "privacidad", dijeron que ya era hora de enfrentar esto y darle un fin para nuestro bien y el de Dylan.

—¿Ella está bien? —pregunta mamá a Jason antes de terminar de sentarse; de hecho, queda a medio camino y se regresa, caminando en su dirección y viéndolo con consternación.

Jason le sonríe, triste y la toma de los brazos. —Ella está bien —le asegura—. La doctora mencionó algo de que un par de idiotas la alteraron —sus ojos viajan a Logan y a mí—, que, a pesar de encontrarse en estado de coma, ella aún puede percibir voces y con su pasado de TEPT es probable que hayan mencionado algún detonante que la hizo reaccionar así. Tuvieron que aplicarle más sedante, pasará unos días más con el respirador.

Me hundo más en mi asiento, soy consciente de lo que hablamos e hicimos en esa habitación, muy al fondo sabía que no era el lugar ni el momento para discutirlo, pero la impotencia y la forma en que Logan me escupía las palabras fueron suficientes para colmar mi paciencia.

—Se le escapó una lágrima, imbéciles —afirma mi hermano mayor, recriminando nuestras acciones.

—¿Qué? —indaga papá desde su lugar, frunciendo el ceño.

—Cuando me acerqué, después que la doctora la tratase, acaricié su cabello y una lágrima rodó por su mejilla —las palabras de Jay salen llenas de dolor, su ceño se frunce y el hueco en mi corazón se agranda cada vez más—. Tú sabes lo que eso significa.

Señalándome, le da un abrazo a mamá y con pasos pesados se dirige a la salida de la habitación.

—Par de tarúpidos —dice desde el umbral de la puerta, a propósito para tener a Dyl en nuestras cabezas—. Por tarados y estúpidos.

—Jason —le riñe papá con su voz ronca, mostrando su dominio ante él. Como respuesta, Jason sólo abre los ojos y termina de salir de la habitación, dejándonos a los cuatro en un abismal silencio.

Mamá nos da la espalda, pero eso no la libera de que la escuchemos sollozar, además del movimiento de sus hombros mientras noto que pasa sus manos por su rostro. Papá se acerca a ella y la abraza desde atrás, le dice unas cosas al oído a lo que ella asiente, limpiando su rostro y sacando una bocanada de aire antes de volver a tomar asiento en la cama que está enfrente nuestro.

—De acuerdo, chicos —habla en un tono neutro y calmado, aunque sus ojos siguen igual de hinchados y rojos—, vamos a hablar de esto como se debe. Su disputa no nos está llevando a nada y menos está ayudando a Dylan, de por sí, ambos deberían ser conscientes de lo importantes que son para ella y que su relación se vea afectada, la afecta a ella de alguna forma. Ahora, sigo sin entender qué estaban haciendo los tres con Kayla y por qué si sabían que es esquizofrénica y sus medicamentos no trabajaban como se debe, no dijeron nada. Así que ¿quién será el primero en explicar?

Alza una ceja y espera a que uno de los dos hable primero. Pasan unos segundos, Logan y yo nos damos una vista rápida, pero no decimos nada; los ojos curiosos de mamá y los molestos de papá nos escanean de arriba abajo a la expectativa.

—Ni uno podrá ver a Dylan si no arreglan sus problemas ahora —sentencia papá, sin perder ese aire autoritario—. Mi hija no pasará por más mierda por culpa de ustedes dos.

—Joseph —le chista mamá con sus ojos cafés bien abiertos.

—Mónica —se la regresa.

Es un momento serio, pero la comisura derecha de mi boca se eleva al pensar en que Dyl disfruta de este tipo de escenas de nuestros padres, de su conexión y la forma en que se tratan, pues siempre le brillan los ojos cuando los ve como pareja, un ejemplo para ella. Y es ese sentimiento el que me hace sentarme recto, respirar profundo y tomar el primer paso para abrir la boca.