Yo, ¿tu Reina?

Intento de huida

No podía recargar, estaba tumbado junto a su captor y violador ¿Quién podría recargar así? Todo era forzado, no era nada agradable ni cómodo, pasaban las horas y no lograba cerrar los ópticos...en una de esas Predaking se movió liberandolo, ahora le daba la espalda totalmente dormido, mejor.

Entonces es cuando pudo recargar.

Los rayos de sol lo despertaron, en seguida se recostó para ver donde estaba la bestia, para su sorpresa, no estaba. Recordó que sabía cual era la clave de esa habitación, era el momento perfecto.

Se acercó y tecleó lo que recordaba, negativo, se habría confundido en algún número, volvió a probar, tampoco, se puso nervioso, se paró a pensar un poco y a la tercera lo consiguió, las puertas se abrieron, se quedó esperando a que nadie pasase de golpe, luego miró a los lados del pasillo, no sabía ni por donde tirar, fue por la izquierda.
Estaba todo muy silencioso, le daba miedo que el ruido de sus pasos lo delatara, tenía que buscar algún sitio para comunicarse con su cuartel general, le habrían dado por muerto pero eso no importaba. Vio una puerta grande al lado del pasillo, era muy grande, debería de ser un sitio importante, no tenía código, solo un botón, Magnus lo presionó y se abrió de golpe, era un almacén de energon. ¿No lo custodiaban? Tendrían que tener unos cuantos...los Predacons comían mucho y Predaking ya tenía mucho ejército.

No le dio tiempo a pensar más pues en cuanto iba a moverse sintió algo grande detrás suyo...

Era el Predacon de armadura oscura, ese que estuvo el día que Magnus juró ante el Rey, si, lo reconocía perfectamente.

- ¿Que haces tu solo aquí? - preguntó.

- ...eh...Tenía hambre - fingió.

- Se supone que no debes andar solo...¿Ya confía en ti el Rey? - lo miró serio.

- Me ha dicho que podía venir aquí...

-¿Donde está Predaking?

- No lo se, salió.

- Me parece demasiado extraño que te sepas el código de sus aposentos.

Magnus ya no sabía que decir, estaba en apuros...

- Estará abajo, en la sala real, ven, te llevo con él.

- ¡No! Solo quería comer, luego volveré a la habitación - se le fue un poco el tono de voz.

Pues me quedo hasta que entres, no creo que el Rey te deje solo...

Magnus quería morirse por dentro, ¿Como iba a quitarse a ese pelma de encima?

En ese instante el Predacon divisó a Predaking a lo lejos, se dirigiría hacía su habitación, lo llamó.

- ¿Es seguro de que tu exclavo este rondando solo por tu reino? - preguntó, bastante seguro de que tenía razón.

- ¿Eh? ¿Que estas diciendo? ¿Dónde está Magnus? - Predaking se impacientó de golpe.

Se acercó hasta el lugar, miró por la puerta y vio a el azul al lado del Predacon...

- ¿Como has salido, Ultra Magnus? - le dijo serio, enseñando los colmillos.

-  Bueno...me aprendí el código...tenía hambre...- no sabía que más decir, ahora ya nada colaba.

Predaking rugió, se enfado bastante, le dio las gracias al otro Predacon y empujó de mala forma a el autobot para que andara directo a la habitación.

Allí, en cuanto las puertas se cerraron empezó la discusión, Predaking no se cortó un pelo, empujó a Magnus contra la pared más cercana.
Se le quedó mirando fijamente, Magnus cerró los ópticos, esperando lo peor. Entonces escuchó como se empezaba a reír Predaking.

- Crees...¿Crees que ibas a poder escapar? No Magnus no...es imposible. Aunque lo hicieras te buscaríamos por todo Cybertron...¡Me perteneces! ¡Me P E R T E N E C E S! - le gritó.

Magnus se sentía demasiado humillado, nadie lo había gritado así jamás, todos lo respetaban, era un bot querido y ahora solo estaba capturado por un Predacon que lo humillaba y usaba como le daba la gana.

- ¡Si me tratases mejor quizá esto no pasaría Predaking! No lo entiendes,yo no soy un Predacon para que me trates así, la era de la esclavitud termino, yo no soy un exclavo, ni mi cuerpo te pertenece. Si me tratas como es debido quizá las cosas cambien, deja de pensar tanto en ti y en tu cargo.

Solo recibió un zarpazo, un zarpazo lo bastante fuerte como para mandarlo al suelo inconsciente.

Se quedó mirándolo, en el fondo tenía razón, actuaba como le venía en gana, pero el era un Rey, nadie le daba órdenes, menos un autobot. Lo cargó y se lo llevó a la medbay. Hablarían más tranquilos cuando despertase.