Lujuria fuera del reino

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Con el reino en calma Predaking optó por recargar profundamente, los niveles de alerta en su procesador habían cesado y ahora solo se sentía el agotamiento. Ultra Magnus por su parte no podía recargar, como de costumbre le pasaba, acababa de frenarse una guerra y él estaba en cinta ¿Como iba a estar tranquilo con lo último taladrando una y otra vez su CPU?

Quiso marchar de aquella gran habitación, para su mayor sorpresa no hubo código pero el ruido de la apertura despertó rápidamente a la bestia;

- ¿Porqué no recargas? - Habló aún adormecido.

- Simplemente no quiero - Respondió secamente.

- ¿A dónde piensas ir si sales? - Preguntó curioso el Rey.

- No lo sé, no conozco estas tierras, por ello iré a explorar, a si me entretengo un rato y quizás así pueda recargar.

Predaking se estiró, haciendo crujir sus mecanismos metálicos que daban a articulaciones, y acabó transformándose allí, en aquella habitación, reduciendo considerablemente el espacio libre que había.

- Sube, vamos a explorarlo juntos. - habló más despierto.

Magnus rodó los ópticos y suspiró, no, no lo dejaría solo.

Subió a su lomo y hundió sus dígitos en las escamas de la cruz* de Predaking, indicó que estaba preparado. El rey saltó de la ventana de cara al vacío, se dejó caer unos nanociclos antes de extender sus alas y planear, el azulado adoraba la experiencia ¿Un autobot volando? Era una experiencia increíble, cada vez le gustaba más.

Predaking sobrevoló las cercanías del reino, a baja altura mientras explicaba al autobot que era exactamente lo que veía desde esa alta perspectiva, después se alejó, en silencio mutuo, mientras Ultra Magnus disfrutaba esa única experiencia que le daba el Rey, Predaking buscaba el sitio adecuado para aterrizar, quería un mirador alejado del reino pero a la vez con buenas vistas hacía el.

Y lo encontró, una formación metálica alta, con forma de acantilado, ese, era el sitio perfecto.

Magnus bajó dejándose resbalar por el cuerpo del Predacon y este volvió a su forma de bot, el instinto del autobot lo llevó a quedarse cerca de la orilla para mirar lejos, hacía el horizonte. Predaking se acercó desde atrás y lo abrazó suavemente arqueando su espalda para apollar su cabeza en el trapecio de Magnus, este se tensó como de costumbre, los servos del Rey subieron hasta el chasis del azul donde tapó su logo autobot y sintió el poco calor que se creaba dentro, signo de que un sparkling vendría en un futuro.

- Si te soy sincero, yo no sabía que estabas con la spark crecida hasta que el viejo de tonos morados lo dijo - se sinceró con él.

- ¿Alpha Trion? - le entró gran vergüenza en el momento, aunque pronto se le pasó recordando que estaba muerto.

- Si, como se llame, él se encargó de darte funcionalidad al chasis, quería ver al primer híbrido.

- ¿En serio? ...Alpha siempre admiraba los cambios evolutivos, me alegra que no lo viese mal, que esto no fuese un problema en la raza. - sin darse cuenta el oír esas frases le empezaba a crear seguridad que hasta ahora no tenía con el tema de la pequeña spark que se empezaba a crear en su interior.

- Te acostumbraras, y yo estaré a tu lado para lo que necesites - la mente del Predacon empezaba a querer llegar más lejos.

Suavemente giró a Ultra Magnus para que se vieran cara a cara, entonces se acercó despacio, sin apartar la mirada de aquellos ópticos celestes y juntó su boca con la del autobot, lo beso muy superficialmente, esperando la respuesta del contrario, Magnus no se movió ni le impidió nada, su mirada algo confusa, sabía que habría más pero tampoco iba a escapar, trataría de llevar el ritmo del Rey. Su mente lo hizo volver en sí al notar que las garras de Predaking lo cargaban, usó la pared que tenía detrás del "acantilado metálico" para apoyar la espalda del ex militar y comérselo entero, si, eso haría, Magnus se agarró en la cadera del Rey con sus piernas. Lo besó más profundo, se dejó llevar cerrando los ópticos, Magnus aceptó y eso fue increíble, un paso más, Predaking entonces metió la glosa buscando la de él, un jadeo suave se escuchó, comenzó una danza que cada vez cogía más velocidad, los sistemas internos se activaban poco a poco y más jadeos se iban escuchando cada vez...

Yo, ¿tu Reina?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora