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Tony, Sid y yo devolvimos a Chris como Jal nos había dicho también, llevándolo de regreso a la funeraria y luego deslizando rápidamente el ataúd en el coche fúnebre antes de irnos sin que nadie lo viera. Todos decidimos que íbamos a asistir al funeral, incluso si iba en contra de los deseos del padre de Chris.
Pasamos por mi casa de camino al cementerio. Mi madre dijo que me habían entregado un correo antes y yo sabía que eran los resultados de mi examen. Corrí adentro, agarré los sobres que me había dejado de la mesa y los metí en el bolsillo de mi abrigo. Volví a subir al coche. Condujimos hasta el patio de la tumba en silencio.
Fue un día hermoso, pero los estados de ánimo de todos eran lúgubres. El resto del grupo estaba esperando, de pie en la cima de una colina que daba al cementerio. Me paré entre Tony y Maxxie, mirando cómo el ataúd de Chris era llevado a una tumba abierta. Los asistentes al funeral vestían de negro, de luto por un niño al que apenas conocían, un niño al que nunca apreciaron a pesar de toda su brillantez.
"Yo soy la resurrección y la vida", habla el sacerdote, leyendo de un libro abierto mientras el ataúd de Chris desciende a la tumba. "El que cree en mí, aunque esté muerto, dice el Señor, pero vivirá. Libra a tu siervo Cristóbal ..."
"He estado pensando en lo que Chris hubiera querido que dijera hoy", dice Jal entre nosotros, al frente de nuestro grupo. "El consejo que me daría, que sería algo como, '¿Sabes qué bebé? A la mierda".
"Él decía, 'estos chicos saben todo sobre mí. Cuéntales sobre alguien diferente", nos dice Jal. "Así que pensé en decir algo sobre un héroe de Chris. Un hombre llamado Capitán Joe Kittinger".
Todos nuestros ojos están pegados al funeral al pie de la colina, pero nuestros oídos solo escuchan a Jal.
"En 1960, subiéndose a un globo de aluminio, el Capitán Joe ascendió 32 kilómetros a la estratosfera. Y luego, armado solo con un paracaídas, saltó. Cayó durante cuatro minutos y 36 segundos, alcanzando 714 millas por hora antes de abrir su paracaídas. cinco kilómetros sobre la tierra ".
Sentí que se me formaba un nudo en la garganta mientras reprimía las ganas de llorar.
"Nunca se había hecho antes y nunca se había hecho desde entonces", continúa Jal, con la voz quebrada mientras contenía las lágrimas. "Lo hizo solo porque podía ... y por eso Chris lo amaba".
Jal habla tan alto y tan bellamente, que incluso las personas de negro que están al pie de la colina no pueden evitar mirar.
"Porque lo que pasaba con Chris era que dijo que sí. Dijo que sí a todo. Amaba a todos. Era el chico más valiente ... hombre, lo sabía. Y eso era ... se lanzaba de un globo de aluminio todos los días. Porque podía. Porque lo era. Y por eso ... y por eso lo amamos ".
No me doy cuenta de que también estoy llorando hasta que Tony me empuja hacia su costado, envolviendo y rodeando mi cintura con un brazo mientras pasa su mano arriba y abajo de mi costado, en un intento de consolarme.
