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6 meses después.
El viejo Tony Stonem se había ido, reemplazado por alguien a quien ni siquiera reconocí. Cuando despertó del coma, luego de sufrir un hematoma subdural por el accidente, sabíamos que no volvería a ser el mismo. Pero nadie sabía realmente cuán diferente sería realmente, y nadie estaba realmente preparado para eso. Al principio no podía hablar, no podía caminar, no podía comer alimentos sólidos, no podía controlar sus manos o dedos. Esperaría junto a su cama de hospital, tratando de hablar con él, tratando de sacarle cualquier emoción, pero solo me encontraría con su mirada aburrida. Hubo momentos en los que tenía que excusarme para ir al baño, me encerraba en una silla y lloraba.
Hizo un progreso lento todos los días; ahora podía caminar y comer alimentos sólidos siempre que estuvieran cortados en trozos pequeños. También podía hablar ahora, pero tener una conversación con él era drásticamente diferente que antes. Su cerebro era el de un niño y había desarrollado un pequeño tartamudeo. A veces olvidaba que él no era el mismo, y decía algo sarcásticamente, como siempre estaba tan acostumbrado a hacer con Tony, pero él no entendía realmente la forma de hablar. Tuve que explicarle a Tony Stonem, una vez el hombre más sarcástico del mundo, el significado del sarcasmo.
Cuando llegó a casa para el hospital, sus padres temían dejarlo salir de la casa sin su supervisión. Pero gracias a que los amigos de Tony y yo nos convencimos mucho, se le permitió salir de la casa bajo nuestra estrecha supervisión.
Me senté junto a Tony en una capilla que Maxxie y sus amigos estaban usando para ensayar un baile en el que habían estado trabajando. Observé a Maxxie, absolutamente asombrada por la forma en que movía su cuerpo mientras bailaba, pero Tony no podía estar menos interesado. Se sentó derecho a mi lado, sus manos colocadas delicadamente sobre sus muslos, y miró al suelo.
"¿Qué opinas?" Yo le pregunto. Él no responde, su atención todavía está en el suelo. "¿Tone?"
Levanta la cabeza, sus ojos apagados se encuentran con los míos lentamente.
"¿Qué?" Murmura. "¿Pensar en qué?"
"Maxxie está bailando", le digo, señalando con la cabeza hacia donde Maxxie saltó por el suelo. Los ojos de Tony se encontraron con la figura de Maxxie, casi como si acabara de darse cuenta.
"Está bien", es todo lo que dice.
Maxxie y sus bailarines terminan el baile con una dramática caída al piso, antes de que los tres animen el baile que acababan de perfeccionar. Bromean por un momento, antes de que una de las bailarinas ataque a su novio con besos sofocantes, por lo que Maxxie los deja a ellos también, trotando hacia Tony y yo.
"¿Qué piensan ambos de eso, entonces?" Maxxie se regodea. "Yo, Jonno y Kel resolvimos los movimientos".
"Fue increíble, Maxxie", sonrío. "Eres increíble. Tony pensó que también era bueno."
