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Alrededor de las 7 de la tarde, mi teléfono comenzó a sonar con una llamada de un número desconocido. Estaba comiendo pizza para llevar con Mini en el sofá de la sala y respondí la llamada con la boca llena de queso y pepperoni.
"¿Hola?" Amortiguo.
"Freya, esta es Effy. Conseguí tu número de mi hermano."
Mis cejas se arquean en confusión. "Oye Effy, ¿está todo bien?"
"Sí", responde debidamente. "¿Quieres venir?"
"¿Qué?" Es mi reacción inicial. "¿Tony te incitó a esto?"
"No", dice Effy. "Se fue de campamento y necesito ayuda con algo. Necesito ayuda desesperadamente".
A pesar de sus palabras de súplica, por el tono de su voz ni siquiera parecía molestarse. Podía imaginarla hablando por teléfono mientras se tocaba las cutículas con indiferencia.
"¿Con que?"
"Es ultra secreto", dice, evitando la pregunta. "Y están escuchando a través de nuestros teléfonos". No puedo responder antes de que termine la llamada telefónica, dejándome poner los ojos en blanco. Effy se parecía tanto a su hermano mayor que a veces me asustaba.
"Volveré Mini", suspiré, levantándome de mi lugar en el sofá y agarrando mi chaqueta que colgaba del perchero junto a la puerta principal. Estaba en pijama, pantalones de cuadros azules y blancos con una camiseta de gran tamaño, pero no podía molestarme en cambiarme. De todos modos, no estaría mucho tiempo en lo de Stonem.
"Cierra la puerta detrás de mí", le llamé a Mini mientras salía por la puerta principal, pero dudo que lo escuche, demasiado interesada en el programa de televisión mientras devoraba su segunda porción de pizza.
Saco el número desde el que me había llamado Effy, y le envío un mensaje de texto rápido diciendo que estaba en camino. No sabía por qué Effy había elegido llamarme fuera de todos, pero, de nuevo, recuerdo que Tony me dijo una vez brevemente que Effy realmente no tenía amigos. No porque no pudiera hacer ninguna, me dijo Tony, sino porque simplemente no le gustaba la gente.
Llego a la casa de Stonem las siete y cuarto y golpeo la puerta principal con el puño. Solo tengo que esperar unos segundos antes de que se abra.
Effy no dice nada cuando me ve, solo me mira con una sonrisa ladeada que tanto ella como Tony parecían compartir. Effy era una niña de pocas palabras de todos modos.
Ella se hace a un lado, permitiéndome entrar a su casa. La sigo a la sala de estar.
"Entonces, ¿Cuál es este problema que tienes que es tan ultra secreto?"
"Iré a buscarlo", me informa. "Espera aquí."
Puedo escuchar todas las joyas que usa chocar juntas mientras sube las escaleras. Me siento en su sofá, casi sentada en un cenicero que está fuera de lugar en el cojín del sofá. De hecho, toda la casa parecía estar fuera de lugar y desordenada en comparación con la última vez que estuve aquí. Definitivamente necesitaba una limpieza profunda.
