21. Hasta que La Muerte nos Separe

902 72 117
                                    

Despertar en los brazos de Harry Styles.

Había dormido apenas. Ayer, después de secar mis lágrimas, fui al baño a darme una ducha. Me cambié, me coloqué una playera suya esperando que al regresar a la cama él estuviera algo despierto dispuesto a hablar o simplemente abrazarnos, pero no. Lo encontré de espaldas, tapado, durmiendo e incluso roncando ligeramente.

Se me encogió el corazón.

Estuve por irme a mi habitación, pero no podía y no quería. Así esa noche no hubiera sido tan especial para él, lo adoraba. Quería estar a su lado, quería dormirme con él. Así que volví. Lo abracé por la espalda y cerré los ojos. No pasó más de una hora en que me desperté y me di media vuelta, dándole la espalda también.

No sabía cómo, pero hace minutos me había despertado por el peso de su brazo en la curva de mi cintura y su pierna sobre mi cadera, abrazado a mí como un oso.

No quería moverme, no quería despertarlo. Sentía su pecho inflarse y deshincharse pausadamente a la par de su respiración. Sentía muchísima paz pero a la vez nervios de pensar qué pasaría cuando se levantase. ¿Hablaremos sobre lo de anoche? ¿Lo ignorará?

—¿Por qué carajo tienes ropa? —Escuché su voz mañanera rasposa y arrastrada con pereza a mis espaldas.

Me dio escalofríos.

—Me la puse ayer —respondí.

Se removió en un gruñido, colocando su rostro en la curva de mi cuello y hombro.

—Qué lindo buenos días —murmuró besando mi cuello. Su mano se introdujo dentro de su playera y acarició mi vientre.

Su pulgar trazó en la curva debajo de mi pecho, causando que me encoja en mi lugar.

—¿Dormiste bien? —consulté.

—No tienes idea. —Exhaló por la nariz—. ¿Y tú?

Terrible. Fue terrible.

—Bien —Mentí.

Su mano tiró de mi cintura lento, pidiendo que me girase. Me volteé para encarlo. Juraría que verlo recién levantado es una de las cosas más lindas en la tierra. Sus labios secos, rojos, y sus ojos hinchados. Y ni qué decir de su cabello completamente despeinado.

—¿Qué sucede? —preguntó.

No podía ni mirarlo a los ojos más de tres segundos sin avergonzarme.

—¿No te... no te gustó lo de anoche? —inquirí.

Su ceño se frunció.

—¿De qué hablas?

—Es decir, te dormiste... —Intenté sonreír.

—Estaba cansado, creí que tú igual.

—Hm —Hice una mueca—. Bueno, eso.

—Oye —acarició mi espalda—, me gustó lo de anoche. Lo había querido por mucho tiempo, ¿y tú?

No pensé que terminaría así, definitivamente.

—También me gustó —aseguré.

Su mirada perdió el brillo y suspiró.

—¿Qué pasa, Trixie? ¿Hice algo malo? ¿Dije algo que no te agradó?

Háblale. Él no va a adivinar qué sucede por tu cabeza. Usa la comunicación.

—Creí que, ya sabes, al acabar... tendríamos un momento juntos —confesé apartando la mirada—. Solo es eso.

LoveFiction Where stories live. Discover now