36. Tan Tonta.

11.5K 1.1K 1.5K
                                    

HAVZEL POV.

Dejo sobre la mesa la última bolsa de comida que hemos comprado en el supermercado. Fue una aventura comprar cosas con los Spinster, en especial cuando Olivia y Oliver tienen gustos diferentes.

—¿Podemos decorar ya?—pregunta Olivia.

—Claro. ¿Kilian, puedes traer el pino?

—Claro, aquí soy un trabajador, mala idea buscar tu perdón—se queja.

—No seas mal humorado, te gusta tenerme aquí.

Sonrío al ver como sus mejillas se ponen rosas y sale de la cocina. Sé que le gusta mi presencia.

—¿Me ayudan a sacar todas las cosas de las bolsas?

Olivia siente de forma frenética, y de forma milagrosa, Oliver también acepta. Las fechas familiares son lo mejor, ablandan el corazón de todos, desde el mal humorado más pequeño, hasta el más grande.

—¡Havzel, ven y ayúdame, necesito que jales la caja!—pide Kilian a gritos.

Suelto un suspiro y camino hasta la sala donde está tumbado en el piso tratando de sacar el pino y con sus piernas empujando la caja, pero parece que todos sus intentos son en vano.

Me acerco y tomo un lado de la caja, jalo con todas mis fuerzas pero parece que está atorado.

—Jala con fuerza—exige.

—Tú jala con fuerza.

—Contaré hasta tres y luego jalamos—dice.

Asiento y acomodo mis manos en la caja.

—1... 2...  ¡3! —hace la cuenta.

Jalo con todas mis fuerzas hasta que se escucha como el pino se desliza por la caja y un golpe en el suelo. Y ese golpe fue mío, he caído de sentón y ha dolido mucho.

—¿Estás bien?—pregunta Kilian con una expresión preocupada.

Asiento mientras sobo la parte donde más me duele.

—Sí, estoy bien.

Se levanta del piso y me tiende la mano para ayudarme. Tomo su mano y ejerzo fuerza para levantarme. Al no medir mi fuerza con la de él, termino chocando con su pecho y casi volviendo a caer, pero Kilian lo evita colocando una de sus manos en mi cintura.

Estamos muy juntos, mucho a decir verdad, hace tiempo que no sucedía esta cercanía. Puedo ver como el azul de sus ojos se reduce por la dilatación de su pupila, como sus mejillas se ponen rosas, y también como relame sus labios ligeramente rojizos.

No puedo retirar la mirada de él. Es difícil.

Y supongo que a muchas personas les pasaría lo mismo que a mí, Kilian es demasiado guapo, cuando está frente a ti simplemente te hipnotiza.

Puedo sentir mi corazón acelerado y una chispa, solo espero que él no se dé cuenta o será vergonzoso.

—Si se van a besar que no sea en un lugar donde yo puedo transitar—manifiesta Oliver.

Ambos nos giramos a mirarlo, está parado detrás del sofá, con sus manos recargadas en el respaldo del antes mencionado, y una cara de desagrado.

—No, no, no nos íbamos a besar—dice Kilian separándose inmediatamente.

—Bueno, entonces vuelvan a la cocina, Via se quiere comer los dulces de una,  ustedes nos están cuidando, eso no es ser un adulto responsable, ni siquiera para ella... —me señala mientras habla.

El Día Que Te Amé Where stories live. Discover now