El Día Que Te Amé

42. Una Noche Inolvidable.

KILIAN POV

Lo he admitido, y se siente demasiado bien poder decirlo, siento un peso menos en mi pecho. Era inevitable seguir resguardando dicho sentimiento hacia ella.

-¿Qué?

-Me gusta Havzel, me gusta mucho.

-Wow, cuando dije que esperaba que fuera pronto no creí que hablaramos de tan solo horas.

-¿Qué hago?

-¿De qué hablas?, ¿hacer de qué?, relajate un poco, cuando admites que te gusta alguien sientes una adrenalina en tu cuerpo, necesitas relajarte y respirar para que se pase. Lo importante ahora es que ya lo has admitido, ahora todo será más fácil.

-Ella está con Tyler.

-Entonces demuéstrale que eres mejor.

-¿Y si no le gusto?

-Vamos, ¿a qué chica no le gustarías?, Havzel y tú tienen algo que es raro de explicar, pero tienen mucha química y eso es el primer paso para comenzar a subir en la escalera del amor.

-Gracias por contestarme.

-¿Cómo es que te diste cuenta?

-Ella vino al hospital, trajo cena que preparó especialmente para nosotros, y al ver como sonreía, como Via lo hacía, incluso Oliver, y mucho más, con una mirada que me dio mi madre, una de complicidad, y cuando ella me miró a los ojos, fue cuando supe que Havzel Relish me gusta más de lo que pude haber llegado a pensar.

-Te dije que todos teníamos tiempo para el amor, porque no es malo, solo a veces somos torpes para elegir a nuestros acompañantes de vida.

-Gracias, Ian. Creo que te llamaré luego, estoy escondido en el baño, no quiero que piensen que me dio una infección en el estómago.

Escucho como ríe ligeramente.

-Claro, nos vemos luego. Actúa normal. Adiós.

-Adiós.

Cuelgo la llamada y suelto un gran suspiro.

Siento mi pecho apretado y la respiración entrecortada.

Me gusta, ella de verdad me gusta. Lo que he estado evitando que pasara, pasó, y fue tan de golpe la forma en la que entró en mi corazón, tan linda y sigilosa se introdujo en mi cabeza, en mi corazón, en mi pensamiento de cada noche. No quería que pasara porque ella es esencial en mi vida, con un romance fallido podría perderla, y no quiero que pase eso.

Salgo del baño y entro nuevamente a la habitación. Todos ya están esperando, hablando o riendo.

—¿Todo bien?—pregunta Hav mientras me mira con una sonrisa pequeña.

Sin poder mirarla a los ojos asiento. Me siento frente a ella y miro al suelo sin hablar ni unirme a la platica que tienen Hav y mi madre.

—¿Te comieron la lengua los ratones?—repite mamá.

Levanto la cabeza para mirarla, se está riendo, burlándose de mí, como si supiera lo que acabo de descubrir.

—No, estoy bien.

—Mmm, que raro, porque siempre hablas, y cuando Havzel está presente no dejas de sonreír.

Me está evidenciando.

—Estoy bien, solo un poco cansado.

Entre cierra los ojos observando mi vil mentira, pero solo lo deja pasar. Gracias al cielo, porque estoy muy nervioso.